No firmar más contratos: ¿cuadran las cuentas con el petróleo que ya se explota?
La ANH desechó organizar nuevas rondas petroleras pero busca extender los plazos para el programa exploratorio, reconvertir los contratos YNC y destinar hasta el 50 % de la inversión para la generación de energía limpia. ¿Puede sostenerse país con la producción que ya está en marcha?
Jorge Sáenz
“Colombia ha decidido no firmar más contratos de exploración en carbón y petróleo y gas”, dijo el presidente Gustavo Petro desde el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, la semana pasada.
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“Colombia ha decidido no firmar más contratos de exploración en carbón y petróleo y gas”, dijo el presidente Gustavo Petro desde el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, la semana pasada.
Si bien la declaración no es nueva, el pronunciamiento no pasó desapercibido en el sector de hidrocarburos, al tiempo que mantiene en vilo la salud de las finanzas públicas a futuro, según algunos analistas.
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Petro aclaró que “no significa que nos quedemos sin el petróleo y sin el carbón, pues ya hay carbón, petróleo y gas en explotación, y ya hay muchísimos contratos de exploración firmados”. La tesis del Gobierno, de fondo, es que con lo que hay alcanza para hacer una transición energética que no lesiones las necesidades de abastecimiento del país ni las finanzas públicas (que dependen en buena parte de la explotación de hidrocarburos). ¿Cómo va esa hipótesis?
Colombia tiene alrededor de 452 contratos vigentes para la búsqueda de hidrocarburos: 202 son de exploración y 250 de explotación repartidos en un área de 20,5 millones de hectáreas. “El país no ha sido nada tacaño en entregar contratos y áreas de concesión”, anotó el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, en una citación del Congreso de la República.
Hasta ahora, la producción petrolera se mantiene dentro de lo previsible, pero no sube, al punto que países como Argentina superan a Colombia, según agencias internacionales.
“Colombia tiene el reto de mantener los niveles de producción, especialmente ante la disminución de la exploración a mediano y largo plazo, dado que la falta de incentivos a la exploración puede afectar la capacidad de sostener la producción nacional de petróleo y gas, y, por tanto, poner en riesgo nuestra seguridad energética”, advirtió la Asociación Colombiana de Petróleo y Gas (ACP). Para 2023 se proyectó una producción de 776.000 barriles diarios, y de 1.063 millones de pies cúbicos diarios en gas natural, reseñó el gremio.
El país no está pensando en organizar nuevas rondas petroleras, según lo manifestado por la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH). “En consonancia con la política petrolera del actual gobierno no se contempla asignar nuevas áreas para explorar y explotar hidrocarburos”, aseguró el presidente de la ANH, Orlando Velandia.
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“La política en materia de exploración y producción de hidrocarburos de nuestro gobierno implica el impulso y desarrollo de las áreas actualmente asignadas para este fin”, señaló Velandia. Los esfuerzos de la Agencia Nacional de Hidrocarburos se enfocarán en apoyar el desarrollo de actividad exploratoria a cargo de las compañías contratistas en los contratos ya suscritos, con el fin de generar nuevos descubrimientos, al tiempo que, de la mano de nuevas tecnologías, pueda incrementarse la producción actual de crudo y gas, así como el umbral de autosuficiencia del país, sostuvo el funcionario en un documento.
“El Gobierno tiene razón en el sentido que hay unas áreas importantes ya adjudicadas, pero también es cierto que muchas de esas áreas o tienen problemas o no resultan tan rentables y, por tanto, no abrir las posibilidades de nuevas rondas de contratos está viendo minada la capacidad de producción del país sobre todo a partir de 2026″, recalcó el presidente de ANIF, José Ignacio López.
Además, explicó que, en varios estudios que se han hecho en el país, se ve que bajo esta perspectiva, a partir de 2026 se empieza a reducir la producción de petróleo.
Es decir, que hasta el final del gobierno Petro se mantendría en los niveles actuales “pero luego sí empezaría a caer y eso, claramente, va a tener un efecto importante sobre las finanzas públicas”. Gremios como ACIPET coinciden que los saldos negativos se verán a futuro. “La decisión de no firmar nuevos contratos petroleros no afecta la producción del corto plazo, lo hará, y por ende los ingresos de la Nación, en el futuro”.
ACIPET llama la atención sobre que “la fuente mayoritaria de energía a nivel mundial, será la producida a partir de combustibles fósiles, por lo que no explorar hoy pone en riesgo la autosuficiencia y soberanía energética del país”.
Más contratos petroleros, más posibilidades
“Apoyamos todas las medidas que busquen, desde el diseño de la política pública, incentivar la exploración y explotación de los hidrocarburos. Esto debe ir acompañado de un ambiente propicio para la competitividad de nuestra industria, seguridad jurídica, física y estabilidad macroeconómica, así como programas que incentiven el desarrollo de los territorios donde opera la industria”, señala la Cámara Colombiana de Bienes y Servicios de Petróleo, Gas y Energía (Campetrol).
Además de incentivar los contratos actuales, “se debe buscar las maneras de firmar nuevos contratos que permitan incrementar así las probabilidades de hallazgos y extender el horizonte de autosuficiencia del país”, sostiene el gremio. “Para mantener, e incluso incrementar la autosuficiencia, es necesario firmar continuamente nuevas áreas y contratos y garantizar que los actuales se ejecuten para así seguir expandiendo la frontera exploratoria del país, de manera que no es suficiente con los contratos actuales”.
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Mientras tanto, la Asociación Colombiana de Geólogos y Geofísicos de la Energía (ACGGP) remarca que “el impacto de las decisiones de política petrolera como aquellas relacionadas con el ritmo de firma de contratos de exploración va a tomar varios años en verse”. Explica que el proceso exploratorio tiene muchos procesos, detalles, actividades y compromisos que se deben realizar, por lo que desincentivar genera que reiniciar después de un tiempo pueda ser un reto mayor. Por eso “es fundamental que como país no nos equivoquemos: dar marcha atrás hoy puede significar requerir el doble de tiempo mañana para reiniciar”.
Para el gremio es claro que manteniendo las necesidades actuales del mercado del gas, adicionando el fenómeno de El Niño que incide en un mayor consumo de gas para las planta termoeléctricas, “se ve la necesidad urgente de adicionar nuevas reservas de gas al país, que, si bien muestran buenos resultados en el offshore del Caribe, requiere de materializar oportunidades también costa adentro, en donde contamos con infraestructura para comercializar los futuros descubrimientos de una manera más rápida”.
Finalmente, ANIF argumenta que, “la actividad del petróleo sigue siendo una de las más importantes en materia de generación de divisas, condiciones que van a exigir del país nuevas fuentes o sustitutos, tanto para el tema fiscal como para las cuentas externas, y es un reto que el próximo Gobierno tendrá que enfrentar”.
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