“No podemos asegurar que recibiremos Hisgaura”: director de Invías
Juan Esteban Gil, director del Ivías, advirtió que aunque la obra se puede poner en servicio, preocupa su sostenibilidad en el tiempo.
Paula Delgado Gómez / @PaulaDelG.
El viaducto de Hisgaura, ubicado en el departamento de Santander, saltó a la fama cuando se hicieron virales unas fotos que mostraban una serie de ondulaciones en su tablero. Desde entonces el dilema ha sido si el Gobierno recibirá la obra que contrató con Sacyr hace cinco años.
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Si bien es responsabilidad del Fondo de Adaptación, el Invías actúa como supervisor o asesor técnico de la misma en el marco de un convenio con la entidad para que “puedan tener más elementos de juicio en la discusión con el contratista”, aseguró el director de la entidad, Juan Esteban Gil, en entrevista con El Espectador.
¿Cuál es su veredicto tras la prueba de carga?
En cuanto a esfuerzos y deformaciones, estamos viendo que el puente se está comportando según el modelo; al parecer no tenemos amenaza de que se vaya a caer y se puede poner en servicio. Pero no podemos asegurar que el Gobierno va a recibir la obra porque no quedó bajo las condiciones con que se contrató y porque hay unos elementos adicionales que tenemos que verificar y analizar detalladamente en los próximos días. Nos preocupan la sostenibilidad, la durabilidad, la seguridad, la funcionalidad y el mantenimiento.
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Entonces la decisión de si se acepta o no se extenderá varios meses…
Creo que se va a resolver este año, pero depende del Fondo de Adaptación, que es el que tiene la relación contractual. Lo que hay que mirar es cuánto va a durar el puente, si se va a mantener o se empezará a fisurar. Qué tal que lo recibamos y a los tres meses tengamos huecos, lo que no es estructural, pero sí muy incómodo para el mantenimiento. Son suposiciones, aunque técnicamente estamos alertando.
¿Cuáles serán los proyectos prioritarios para el Invías?
Dentro de los proyectos estratégicos tenemos obras que, en términos generales, se vienen ejecutando hace mucho tiempo y que ahora nos faltan pocos recursos para garantizar su terminación. Me refiero al Cruce de la Cordillera Central (túnel de La Línea y dobles calzadas de Cajamarca y Calarcá), el puente Pumarejo en Barranquilla, la carretera Espriella-Río Mataje que conecta Colombia con Ecuador en Tumaco, el puente de Honda, la doble calzada Armenia-aeropuerto El Edén y la Ruta del Sol.
¿Cuál es la estrategia para cumplirlo?
Lo primero fue analizar lo que traía el Gobierno anterior en proyectos grandes que se venían ejecutando hace más de 10 años. Les garantizamos un presupuesto para terminarlos con vigencias entre 2019 y 2020. Al Cruce de la Cordillera Central, por ejemplo, se le asignaron $620.000 millones y el puente Pumarejo recibirá del orden de $130.000 millones, por mencionar algunos. Aunque en muchos casos se harán adiciones a los contratos existentes, en otros abrimos licitaciones que ya están en curso.
¿Qué pasó con el mantenimiento que debía hacerse a la Ruta del Sol 2?
El contrato que adjudicamos empezó el primero de noviembre, donde garantizamos recursos para esta vigencia y para 2019. Ya se han tapado huecos en el sector entre Puerto Salgar y San Roque, donde había gran accidentabilidad; es un avance muy importante que nos permite garantizar transitabilidad. Además, el otro año se pondrá en servicio 50 kilómetros de doble calzada y se llevará a cabo el mantenimiento como tal de toda la vía. El gran proyecto de concesión se hará a través de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), que ya lo está estructurando.
Pero el Invías tuvo ese corredor bajo su cargo y no se avanzó…
La ANI le retornó la Ruta del Sol al Invías tras los líos con Odebrecht y ya había pasado un tiempo que no le hizo mantenimiento. Quedó bajo nuestra administración desde entonces, tuvimos que recibir esa carga. De acuerdo, no se le invirtió ningún peso y por eso se deterioró tanto, se acabó, porque no le transfirieron recursos al Invías en su momento. Pero ahora, con esos contratos, vamos a garantizar la correcta ejecución. En total son $380.000 millones que vamos a invertir hasta 2019.
¿Ya tienen claridad frente al estado de las obras del túnel de La Línea?
La concesión terminó el contrato del Cruce de la Cordillera Central en noviembre de 2016, pero no cumplió el objeto contractual ni las especificaciones, de manera que las obras quedaron iniciadas, sin terminar o con problemas de calidad en su ejecución. Se encargó un estudio detallado a Ingetec, una consultoría especializada, que presentó los resultados el 15 de noviembre junto con un diseño definitivo para reparar, repotenciar, reconstruir y construir los faltantes. El informe fue validado por terceros. Ya sabemos a ciencia cierta y con gran detalle cuánto nos falta (en tiempo, obra y dinero) y qué hay que hacer en cada tramo para terminar por completo.
¿Qué pasó con los puntos críticos del proyecto: las fallas del túnel y el puente La Herradura?
Efectivamente, se encontraron muchas anomalías. Dentro del túnel el pavimento falló, se llenó de fisuras, hay que demolerlo y hacerlo nuevamente; también hay problemas en 90 metros del revestimiento que muestran tendencia a caerse, hay que reconstruirlos. En el puente La Herradura tendremos que repotenciarlo, porque debía construirse la cimentación a 20 metros, pero en algunas zonas se construyó a 10 metros, según comprobamos con la perforación, y se encontraron errores en la continuidad estructural del concreto a lo largo de las pilas, pues no quedó aplicado homogéneamente. Eso genera un riesgo en la operación; ahí hay una posible falla.
Durante 2019 y 2020 estaremos ejecutando todas las obras e instalación de los equipos electromecánicos para garantizar la terminación del proyecto y entrar en la etapa de puesta en marcha (pruebas de seguridad, de ventilación, de iluminación, de visibilidad, de sonido, de monitoreo de cámaras, etc. con tráfico real) en el segundo semestre de 2020.
¿Cuál es el plazo que tienen para reformular la demanda contra el contratista?
Hasta este mes. Estamos en el proceso de reformular la demanda de reconvención (contrademanda) para poder garantizar que todos esos costos adicionales estén cubiertos dentro de las garantías. Inicialmente el monto era de $300.000 millones, pero en este momento es una cifra mayor. No puedo decirla hasta que se concluya, pero es muy alta y tomaremos todas las acciones jurídicas necesarias.
¿Cuándo funcionará el Puente Pumarejo?
En este momento estamos garantizando una inversión de $130.000 millones para terminar en diciembre del año entrante y poder colocarlo en servicio a finales de 2019, están todas las proyecciones técnicas orientadas hacia allá.
¿Ya se decidió qué se hará con el puente anterior?
Estamos haciendo un ejercicio de renovación urbana porque el puente es patrimonio arquitectónico. Diseñaremos un plan maestro urbanístico que permita demoler el centro, porque deben poder pasar los barcos que van a navegar por el río Magdalena, y garantizar la utilización en los laterales con malecones y zonas verdes, como han hecho otras ciudades del mundo. Otra opción es darle continuidad al puente para uso peatonal y de bicicletas, pero con zonas abatibles. Hablamos con el alcalde de Barranquilla y con el gobernador, les encantó la propuesta y ya estamos trabajando en ello. Ahí vamos a compartir inversiones, porque prácticamente el puente deja de estar en uso.
El viaducto de Hisgaura, ubicado en el departamento de Santander, saltó a la fama cuando se hicieron virales unas fotos que mostraban una serie de ondulaciones en su tablero. Desde entonces el dilema ha sido si el Gobierno recibirá la obra que contrató con Sacyr hace cinco años.
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Si bien es responsabilidad del Fondo de Adaptación, el Invías actúa como supervisor o asesor técnico de la misma en el marco de un convenio con la entidad para que “puedan tener más elementos de juicio en la discusión con el contratista”, aseguró el director de la entidad, Juan Esteban Gil, en entrevista con El Espectador.
¿Cuál es su veredicto tras la prueba de carga?
En cuanto a esfuerzos y deformaciones, estamos viendo que el puente se está comportando según el modelo; al parecer no tenemos amenaza de que se vaya a caer y se puede poner en servicio. Pero no podemos asegurar que el Gobierno va a recibir la obra porque no quedó bajo las condiciones con que se contrató y porque hay unos elementos adicionales que tenemos que verificar y analizar detalladamente en los próximos días. Nos preocupan la sostenibilidad, la durabilidad, la seguridad, la funcionalidad y el mantenimiento.
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Entonces la decisión de si se acepta o no se extenderá varios meses…
Creo que se va a resolver este año, pero depende del Fondo de Adaptación, que es el que tiene la relación contractual. Lo que hay que mirar es cuánto va a durar el puente, si se va a mantener o se empezará a fisurar. Qué tal que lo recibamos y a los tres meses tengamos huecos, lo que no es estructural, pero sí muy incómodo para el mantenimiento. Son suposiciones, aunque técnicamente estamos alertando.
¿Cuáles serán los proyectos prioritarios para el Invías?
Dentro de los proyectos estratégicos tenemos obras que, en términos generales, se vienen ejecutando hace mucho tiempo y que ahora nos faltan pocos recursos para garantizar su terminación. Me refiero al Cruce de la Cordillera Central (túnel de La Línea y dobles calzadas de Cajamarca y Calarcá), el puente Pumarejo en Barranquilla, la carretera Espriella-Río Mataje que conecta Colombia con Ecuador en Tumaco, el puente de Honda, la doble calzada Armenia-aeropuerto El Edén y la Ruta del Sol.
¿Cuál es la estrategia para cumplirlo?
Lo primero fue analizar lo que traía el Gobierno anterior en proyectos grandes que se venían ejecutando hace más de 10 años. Les garantizamos un presupuesto para terminarlos con vigencias entre 2019 y 2020. Al Cruce de la Cordillera Central, por ejemplo, se le asignaron $620.000 millones y el puente Pumarejo recibirá del orden de $130.000 millones, por mencionar algunos. Aunque en muchos casos se harán adiciones a los contratos existentes, en otros abrimos licitaciones que ya están en curso.
¿Qué pasó con el mantenimiento que debía hacerse a la Ruta del Sol 2?
El contrato que adjudicamos empezó el primero de noviembre, donde garantizamos recursos para esta vigencia y para 2019. Ya se han tapado huecos en el sector entre Puerto Salgar y San Roque, donde había gran accidentabilidad; es un avance muy importante que nos permite garantizar transitabilidad. Además, el otro año se pondrá en servicio 50 kilómetros de doble calzada y se llevará a cabo el mantenimiento como tal de toda la vía. El gran proyecto de concesión se hará a través de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), que ya lo está estructurando.
Pero el Invías tuvo ese corredor bajo su cargo y no se avanzó…
La ANI le retornó la Ruta del Sol al Invías tras los líos con Odebrecht y ya había pasado un tiempo que no le hizo mantenimiento. Quedó bajo nuestra administración desde entonces, tuvimos que recibir esa carga. De acuerdo, no se le invirtió ningún peso y por eso se deterioró tanto, se acabó, porque no le transfirieron recursos al Invías en su momento. Pero ahora, con esos contratos, vamos a garantizar la correcta ejecución. En total son $380.000 millones que vamos a invertir hasta 2019.
¿Ya tienen claridad frente al estado de las obras del túnel de La Línea?
La concesión terminó el contrato del Cruce de la Cordillera Central en noviembre de 2016, pero no cumplió el objeto contractual ni las especificaciones, de manera que las obras quedaron iniciadas, sin terminar o con problemas de calidad en su ejecución. Se encargó un estudio detallado a Ingetec, una consultoría especializada, que presentó los resultados el 15 de noviembre junto con un diseño definitivo para reparar, repotenciar, reconstruir y construir los faltantes. El informe fue validado por terceros. Ya sabemos a ciencia cierta y con gran detalle cuánto nos falta (en tiempo, obra y dinero) y qué hay que hacer en cada tramo para terminar por completo.
¿Qué pasó con los puntos críticos del proyecto: las fallas del túnel y el puente La Herradura?
Efectivamente, se encontraron muchas anomalías. Dentro del túnel el pavimento falló, se llenó de fisuras, hay que demolerlo y hacerlo nuevamente; también hay problemas en 90 metros del revestimiento que muestran tendencia a caerse, hay que reconstruirlos. En el puente La Herradura tendremos que repotenciarlo, porque debía construirse la cimentación a 20 metros, pero en algunas zonas se construyó a 10 metros, según comprobamos con la perforación, y se encontraron errores en la continuidad estructural del concreto a lo largo de las pilas, pues no quedó aplicado homogéneamente. Eso genera un riesgo en la operación; ahí hay una posible falla.
Durante 2019 y 2020 estaremos ejecutando todas las obras e instalación de los equipos electromecánicos para garantizar la terminación del proyecto y entrar en la etapa de puesta en marcha (pruebas de seguridad, de ventilación, de iluminación, de visibilidad, de sonido, de monitoreo de cámaras, etc. con tráfico real) en el segundo semestre de 2020.
¿Cuál es el plazo que tienen para reformular la demanda contra el contratista?
Hasta este mes. Estamos en el proceso de reformular la demanda de reconvención (contrademanda) para poder garantizar que todos esos costos adicionales estén cubiertos dentro de las garantías. Inicialmente el monto era de $300.000 millones, pero en este momento es una cifra mayor. No puedo decirla hasta que se concluya, pero es muy alta y tomaremos todas las acciones jurídicas necesarias.
¿Cuándo funcionará el Puente Pumarejo?
En este momento estamos garantizando una inversión de $130.000 millones para terminar en diciembre del año entrante y poder colocarlo en servicio a finales de 2019, están todas las proyecciones técnicas orientadas hacia allá.
¿Ya se decidió qué se hará con el puente anterior?
Estamos haciendo un ejercicio de renovación urbana porque el puente es patrimonio arquitectónico. Diseñaremos un plan maestro urbanístico que permita demoler el centro, porque deben poder pasar los barcos que van a navegar por el río Magdalena, y garantizar la utilización en los laterales con malecones y zonas verdes, como han hecho otras ciudades del mundo. Otra opción es darle continuidad al puente para uso peatonal y de bicicletas, pero con zonas abatibles. Hablamos con el alcalde de Barranquilla y con el gobernador, les encantó la propuesta y ya estamos trabajando en ello. Ahí vamos a compartir inversiones, porque prácticamente el puente deja de estar en uso.