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El Gobierno expidió una resolución que el sector lechero había esperado y venía discutiendo desde hace meses. Se trata de la 083 de 2018, reglamento para la compra y venta de excedentes de leche, con fines de exportación y con una particularidad: el fomento a la producción en las denominadas Zomac (Zonas más Afectadas por el Conflicto Armado).
Para conocer del contexto de la noticia lea: ¿Qué hacer con la sobreoferta de leche?.
Se trata de un mecanismo al que productores y acopiadores del alimento pueden acogerse voluntariamente y a través de un contrato. Hoy, la leche que compran los acopiadores para que la industria la procese se paga al productor a cerca de $1.060 por litro, según Fedegán. El precio que la nueva resolución establece sólo para los excedentes -que son para exportar- ronda los $800 por litro.
Los ministerios de Agricultura y de Comercio expidieron la norma con la convicción de que se apoyará a las zonas afectadas por el conflicto, se diversificará la canasta exportadora y se promoverá la formalización. En Colombia, cerca de la mitad de la producción de leche se mueve en el mercado informal, en el que se paga entre $500 y $600 por litro, según el Ministerio.
Sin embargo, los productores, a través de Fedegán, no tardaron en manifestar su desacuerdo. “La mayor preocupación es que si la tasa de cambio cae o el mismo precio internacional baja, podríamos estar viendo precios por litro de menos de $400”, dice el gremio.
Para Fedegán, que a los productores se les pague un precio que está por debajo de los costos de producción no es positivo para las Zomac -en donde además está la “competencia” de los cultivos de coca- e incentivará a la industria a enfocar el acopio de leche en esas regiones, lo que generará incertidumbre en las zonas lecheras que no han sido afectadas por el conflicto. Para la Asociación de Productores de Leche (Analac), la resolución "genera inequidades para los productores que están en las Zomac".
Lea también: La lista de pendientes del sector agropecuario en 2018.
La norma en efecto establece que para que aplique este mecanismo la producción debe provenir de las Zomac. Contempla, además, que la duración del contrato sea de mínimo un año. El acuerdo incluye la garantía de compra del 100 % de la producción del ganadero -que se calcula con base en el promedio mensual producido en los últimos tres meses-, incluidos los excedentes.
El comprador debe, además, establecer un modelo de asistencia técnica que beneficie al productor y garantizar que los excedentes que compra tienen como destino la exportación. Hoy, Colombia vende en el exterior, principalmente a Estados Unidos, cerca del 3 % de su producción láctea, pero la meta que se ha trazado la industria es que esa cifra llegue al 10 % en un lapso de 15 años.
Ante el descontento, Fedegán pidió un pronunciamiento de la Superintendencia de Industria y Comercio.
Por su parte, Analac aseguró a través de un comunicado que "establecer un precio de compra menor, justo en las zonas más deprimidas del país, es oficializar la categoría de 'productores de segunda clase'". Javier Ardila, gerente general de este gremio dijo que "la resolución puede marcar una brecha más amplia al establecer dos tipos de productores. Los primeros que logran un líquido de alta calidad y reciben un precio sostenible, no necesariamente rentable. Y, los segundos, quienes tienen que vender la leche a lo que les paguen".