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La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, consideró este viernes que las nuevas sanciones económicas que los países del G7 y la Unión Europea van a adoptar mañana contra Rusia por invadir Ucrania aislarán “aún más” al país y cortarán los recursos para financiar la guerra.
“La UE y nuestros socios del G7 seguimos trabajando al unísono para aumentar la presión económica contra el Kremlin”, indicó Von der Leyen en un comunicado, después de que los líderes del grupo de países más industrializados del mundo -Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido- anunciaran nuevas medidas restrictivas contra Rusia. (Lea: Estados Unidos busca encarecer el comercio internacional de productos rusos)
La política alemana destacó que las oleadas anteriores de sanciones que han adoptado “han golpeado duramente la economía de Rusia”, mientras que “muchos de los principales bancos rusos están aislados del sistema bancario internacional”.
“Las empresas (extranjeras) están abandonando el país una tras otra, al no querer que sus marcas se asocien con un régimen asesino”, agregó, y avanzó: “Mañana adoptaremos un cuarto paquete de medidas para aislar aún más a Rusia y drenar los recursos que utiliza para financiar esta guerra bárbara”.
En concreto, señaló que negará a Rusia el estatus de “nación más favorecida” en sus mercados, revocando “importantes beneficios” en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
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Von der Leyen señaló que también trabajarán para suspender los derechos de Rusia como miembro en instituciones financieras multilaterales como el FMI y el Banco Mundial, por lo que no podría obtener más préstamos ni beneficios de estas instituciones.
A continuación, dijo que seguirán “presionando” a las élites rusas cercanas al presidente ruso, Vladímir Putin, para lo que los ministros de Finanzas, Justicia e Interior del G7 se reunirán la próxima semana a fin de coordinarse.
Igualmente, buscarán asegurarse de que el Estado ruso y sus élites no puedan utilizar criptoactivos para eludir las sanciones impuestas, y prohibirán la exportación de cualquier artículo de lujo de la UE a Rusia.
Otra medida será vetar la importación de bienes clave en el sector del hierro y el acero desde Rusia y, por último, Von der Leyen afirmó que propondrán prohibir nuevas inversiones europeas en todo el sector energético de Rusia, desde la exploración hasta la producción.
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“Esta crisis no tiene precedentes. Tampoco la unidad y la rapidez de reacción que nuestras democracias han mostrado hasta ahora”, aseguró la presidenta de la Comisión, quq concluyó diciendo que “Ucrania prevalecerá”.
Por su parte, el presidente de la Comisión de Comercio Internacional del Parlamento Europeo, Bernd Lange, celebró en un comunicado que el G7 anunciara su intención de revocar el estatus de nación más favorecida (NMF) a Rusia.
“Dado que la situación en Ucrania, que está siendo atacada por Rusia, empeora cada día, no podemos seguir como hasta ahora en lo que respecta al comercio con el régimen de Vladímir Putin”, señaló.
La UE ya había impuesto una prohibición de suministrar a Rusia productos de doble uso (civil y militar) y había puesto en marcha otras sanciones, pero ahora consideró que han dado “un paso más” al anunciar la intención de revocar a Rusia el estatus de nación más favorecida.
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¿Qué implica para Rusia perder el estatus de “nación más favorecida”?
La retirada de ese estatus a Rusia conllevará una subida de aranceles para los productos rusos. La cláusula de la nación más favorecida -conocida en Estados Unidos como la “relación comercial permanente normal”- es un pilar del libre comercio. Este principio de reciprocidad y no discriminación rige actualmente la mayor parte de las relaciones comerciales entre estados.
La Organización Mundial del Comercio (OMC) requiere que cualquier ventaja comercial, como una reducción de aranceles, otorgada por un miembro se aplique automáticamente a todos los demás. Rusia, que se unió a la OMC en 2012, se ha beneficiado desde entonces de este régimen.
En concreto, privarlo de este estatus permitiría a sus socios comerciales imponerle aranceles aduaneros más elevados, penalizando sus exportaciones. Ucrania y Canadá ya han retirado a Rusia el estatus de “nación más favorecida”.
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