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Los 23 países de la OPEP+, el cartel de productores encabezado por Arabia Saudita y Rusia, no lograron de nuevo un acuerdo sobre las cuotas a tener en cuenta a partir del mes de agosto, tras un primer fracaso el día anterior.
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La Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados aplazaron al lunes sus discusiones iniciadas el jueves y que, al comienzo, debían terminarse este día, indicó la organización en una declaración transmitida a la AFP.
El comunicado indica que la reunión se reanuda al lunes a las 13H00 GMT.
Los miembros de la OPEP y sus aliados habían reanudado el viernes su reunión ministerial sobre las cuotas de producción a partir de agosto, aplazada la víspera por falta de acuerdo. La alianza tiene que establecer el nivel de su producción total a partir del mes de agosto.
Esta vez, no fue la tradicional rivalidad entre Rusia y Arabia Saudita la que impidió el acuerdo. Los Emiratos Arabes Unidos serían los responsables del fracaso de la cumbre, según comentarios de los observadores del mercado.
Abu Dabi habría renovado su demanda de la víspera, o sea la revisión al alza de su volumen de producción de referencia, que sirve de base al cálculo de su cuota.
Este umbral definido en octubre de 2018 es considerado obsoleto por los Emiratos, que reivindican “una capacidad (de producción) ahora más elevada”, indica Eugen Weinberg, analista de Commerzbank. Actualmente en 3,17 millones de barriles diarios, el ministro emiratí habría insistido para que sea “aumentado a 3,8 millones de barriles diarios”, precisa Ole Hansen, analista de Saxobank.
Pero la alianza no quiso al parecer abrir la caja de Pandora. En caso de autorización, “los otros miembros podrían protestar”, había advertido antes durante el día Louise Dickson, de Rystad. La estrategia se enmarca en la continuidad de la política del cartel desde el mes de mayo: reabrir poco a poco el grifo del crudo, tras haberlo cerrado a principios de la pandemia debido a la ínfima demanda.
Tempestad en un barril
Los países productores de la OPEP+ tenían sin embargo un plan en la mesa, el de aumentar la producción de petróleo de 400.000 barriles diarios entre agosto y diciembre, e incluso más, según el pronóstico de los analistas.
Con algún éxito a nivel de precios, desde el punto de vista de los vendedores: ambas referencias de petróleo crudo, el Brent y el WTI, oscilan alrededor de los 75 dólares, un alza impresionante de 50% desde el 1 de enero, lo que no se ha visto desde antes de la pandemia de Covid-19, en octubre de 2018.
A comienzos de junio, el grupo había optado por la prudencia, el término favorito del ministro saudí de Energía y de facto jefe de la alianza, Abdelaziz bin Salman, declarando para julio un alza de una proporción similar (+441.000 barriles diarios) con relación al mes anterior.
La alianza dispone todavía de 5,8 millones de barriles dejados voluntariamente bajo tierra cada día.
La tarea es difícil para la alianza, que debe tomar en consideración las múltiples incertidumbres que planean tanto respecto a la oferta como sobre la demanda de crudo. En consecuencia, la coordinación de la OPEP+ se ha hecho más estrecha desde el inicio de la pandemia y sus citas son casi mensuales.
De un lado, los precios altos provocan las críticas de los países consumidores, entre ellos India, un argumento que aboga a favor del aumento de la producción. Pero del otro, la propagación de la muy contagiosa variante Delta del Covid-19, que conduce a varios países a aplicar nuevas medidas de restricciones para el desplazamiento de bienes y personas, afecta el consumo de oro negro.