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Alberto Carrasquilla, ministro de Hacienda, encabeza el equipo que hace una delicada cirugía financiera para evitar que el aparato productivo deje de funcionar, a la vez que se aseguran recursos para que el sistema de salud no colapse bajo el peso y las exigencias de la pandemia.
El funcionario asegura que se va a requerir una reforma tributaria que ayude a la recuperación de los $10 billones que se dejarán de recaudar por impuestos. “Esto significa mucha más deuda y es una deuda que tenemos que pagar una vez superemos esta tragedia”, comenta.
¿Qué tanto puede resultar afectada la economía colombiana con la pandemia y la caída del precio del petróleo?
Inmensamente. Este será uno de los peores años, si no el peor, de nuestra historia económica. Cada día de encerramiento forzoso —el primer paso esencial para manejar esta compleja situación— nos cuesta más de $2 billones a los colombianos, según un excelente estudio reciente de Fedesarrollo.
¿Qué puede ser más costoso: la incertidumbre por la pandemia o la caída de precio del crudo?
Caídas en el precio del petróleo las ha habido siempre, si bien esta es una de las más severas. El impacto de esto será grande. Sin embargo, en la medida en que el mundo se recupere, eso vendrá acompañado de un aumento en la demanda y un ajuste al alza del precio. Los efectos económicos de una pandemia son cosa de un par de veces por milenio.
¿En cuánto se calculan los menores ingresos en recaudo tributario por la emergencia?
La economía, obviamente, no va a crecer el 3,7 % que estimamos en el Plan Financiero redactado antes de la pandemia. La tasa de crecimiento será negativa y lo será en grado muy importante. Nuestro cálculo preliminar está entre -1,5 % y -2 %, con lo cual el recaudo tributario caería cerca del 6 %; es decir unos $10 billones.
¿Se abre la posibilidad de que, apenas termine esta incertidumbre, el Gobierno explore presentar una reforma tributaria?
Por supuesto. La crisis económica que atraviesa el país implica, de una parte, mucho más gasto público para atender los desafíos en salud pública, los humanitarios y los de iliquidez empresarial; pero también implica muchos menos ingresos públicos como consecuencia del frenazo económico que tiene el manejo de la pandemia. Esto significa mucha más deuda y es una deuda que tenemos que pagar una vez superemos esta tragedia.
¿Cuántos recursos estima usted que se necesitan para apoyar al sector privado y evitar que la economía se apague?
El sector privado colombiano —sus empresarios y sus trabajadores— es un sector de lujo y nunca ha funcionado basado en dádivas. Necesita ser sujeto de la confianza necesaria para acceder al crédito. Esa confianza se vio seriamente afectada con la pandemia. Es importante acordarse en estos momentos de que el crédito que otorga el sistema financiero tiene un respaldo en el ahorro de los ciudadanos y, lógicamente, en un momento como el actual nadie quiere arriesgar sus ahorros. El Gobierno tiene esa confianza en nuestro empresariado y en nuestros trabajadores y está, como consecuencia, en la disposición de poner toda su credibilidad económica en juego, tomar el riesgo financiero que venga al caso y garantizar, hasta donde sea posible, que empresarios y trabajadores reciban crédito y que este, en plazos razonables, se pueda pagar. De esta manera se protege el ahorro de los colombianos.
¿Qué pasaría si, en las actuales circunstancias de esta incertidumbre, el sistema financiero registrara problemas?
Nadie en el mundo está en capacidad de estimar qué sucederá en adelante, pero nos hemos preparado para enfrentar tensiones fuertes en el sistema financiero. Los estándares prudenciales más exigentes están implementados en Colombia. Por mencionar algunos, hoy los establecimientos de crédito cuentan con un mayor monto de capital de la mejor calidad, cerca de $100 billones, diseñado para absorber las pérdidas no esperadas del negocio. En las provisiones, que asumen las pérdidas esperadas del negocio, se han acumulado cerca de $31 billones. Por último, la reserva de Fogafín acumula cerca de US$5.000 millones.
¿Cómo se protegen los ahorros de los colombianos en el sistema bancario?
Los ahorradores colombianos —quienes tenemos una cuenta de ahorro, una cuenta corriente o un CDT—, por las razones que le comenté anteriormente, tenemos confianza en la solidez y la seriedad de nuestro sistema financiero. Sabemos que esa plata, que tanto trabajo nos costó producir, está bien cuidada. Por eso me indignan profundamente los llamados populistas a que el sistema financiero baje sus estándares de manejo de riesgo, deje de cuidar la plata de los ahorradores. La falta de apetito de riesgo la tiene que suplir el Gobierno, no los ahorradores.
La economía va a quedar maltrecha por la pandemia y el petróleo. ¿Le preocupa una pérdida del grado de inversión en lo que resta del año o en 2021?
Es como preguntarle a un paciente que está batallando con un cáncer con valentía, con dignidad y con casta si está preocupado por tener que lavar calzoncillos. El foco en este momento es batallar la crisis sin perder de vista la responsabilidad de mantener la estabilidad futura que permita en el mediano y largo plazo un buen funcionamiento de la economía.
¿Qué otros mecanismos está estudiando el Ministerio de Hacienda para evitar, hasta donde se pueda, que la economía sufra una grave crisis?
La economía mundial ya está sufriendo una grave crisis. Poco o nada puede hacer el Ministerio de Hacienda de Colombia para evitarlo.
* Estamos cubriendo de manera responsable esta pandemia, parte de eso es dejar sin restricción todos los contenidos sobre el tema que puedes consultar en el especial sobre Coronavirus.