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La panela hace parte de los productos más representativos del país, llegando a consolidar una producción promedio anual de 1,2 millones de toneladas, de las cuales, se consume 1 millón por los colombianos. Según la información del Ministerio de Agricultura, el sector panelero es la segunda agroindustria en importancia social (después del café), pues de esta participan más de 350.000 familias, quienes representan el 12 % de la población rural económicamente activa.
Pero también es un sector que enfrenta diversos retos en materia de infraestructura, tendencia a la baja en los precios al productor, altos costos en los insumos y competitividad. La agremiación Dignidad Panelera asegura que a esta lista se ha sumado una nueva barrera en los últimos meses, una que es impulsada por multinacionales y que tendría el potencial de llevarlos a una profunda crisis.
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Se trata de productos que se promocionan como panela pulverizada, como es el caso de Panelada, Pane Lista y Frutiño Panela y Limón. Para el caso de la primera, se ofrece como “la nueva bebida con panela de los colombianos”. Dicen sus fabricantes que está hecha con panela de altísima calidad, que ha sido “granulada cuidadosamente y agregada a una deliciosa preparación que también tiene el toque ideal de sabor a limón”. Todo esto acompañado del sello de respaldo de Fedepanela, que es la federación que agrupa a los productores nacionales de panela.
Si se ve tan buena y hasta tiene el espaldarazo de quien representa a los paneleros en Colombia ¿qué es lo malo?
Según el vicepresidente de Dignidad Panelera, Nixon Mora, el problema es que estas industrias están usurpando el mercado de la panela en el país, ofreciendo productos que contienen panela, pero que no son panela.
Si se mira la información nutricional de la Panelada, se encuentra que es un producto con 65 % de panela, y 35 % de acidulante (que es un ácido cítrico), edulcorantes artificiales (como el aspartame, acesulfame y sucralosa), además de colorantes.
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Mora considera que no es justo que multinacionales como Quala se apropien del nicho de mercado por el que han trabajado durante generaciones, ofreciendo como panela un producto que no es panela.
Agrega que la popularidad que han tenido estas bebidas instantáneas han impactado, de manera negativa, a las ventas del gremio. “Estábamos vendiendo el kilo de panela a unos $3.000 entre abril y mayo, ahora lo estamos dando a unos $2.500, y vamos para abajo”. señala, al detallar que antes por una hectárea de panela le ofrecían a un productor $10 millones, y ahora lo están haciendo a $8 millones.
Pero más allá de los retos históricos que han experimentado como paneleros, Mora cree que la participación en el mercado de este tipo de productos tiene un potencial de afectación aún mayor, por los edulcorantes.
De estos, explica, hay varios tipos. Unos tienen la potencia para endulzar 200 veces más que el azúcar, otros más de 600 veces y otros más de 20.000. En suma, estas bebidas instantáneas tienen la capacidad de hacer más con menos, llevando a que su popularidad baje la demanda de la producción de panela, lo que a un largo plazo obliga a los productores a bajar los precios, o a poner fin a sus cosechas.
Pero en un país con libertad de mercado, Quala y otras empresas que quieran comercializar este tipo de productos están en su derecho de hacerlo, pues no están haciendo más que jugar con las reglas de oferta y demanda. Agremiaciones como Dignidad Panelera saben esto, y son conscientes de que no pueden exigir cosa tal como la eliminación de estos productos.
Lo que piden es más razonable, y es que el Gobierno regule el asunto y obligue a estas empresas a promocionar sus productos como lo que son: bebidas que contienen panela, o que saben a panela; pero no como bebidas de panela.
“Pedimos que se informe de una manera adecuada al consumidor, y que no se venda la panela como algo que no es. Hay una ley de etiquetado que no se ha reglamentado, como sí se ha hecho en México. Que se reglamente esa ley, pero que no se engañe a los consumidores. Si alguien quiere consumir bebidas como Panelada, está en su libertad, pero nuestro deber es trabajar para que los colombianos consuman informados”, detalla Mora.
¿Se aproxima un paro?
La situación es tal que varios gremios paneleros han citado (mañana martes a las 9 am) al ministro de Agricultura, Rodolfo Zea, para que los escuche y se diseñen estrategias que mitiguen este impacto. Si no se llega a un acuerdo, aseguran que iniciarán una movilización nacional, a modo de protesta. Un paro.
Sobre esta posibilidad, Fedepanela se pronunció hace algunas horas, diciendo que no tiene participación alguna en el mencionado paro. “Nuestro objetivo como entidad gremial está en velar y contribuir al desarrollo del subsector panelero en el país apoyando a los productores paneleros en los procesos de modernización y desarrollo”, y que “viene trabajando de manera constante en defender los intereses colectivos del subsector, entre ellos los precios justos para el productor y competitivos para el mercado, fortaleciendo la diversificación en la producción, apertura del sector en la industria de alimentos, ampliando las exportaciones y la incorporación de la panela en el mercado institucional a través de asociaciones de productores”.
Sobre esto, Mora asegura que el sector del que hace parte no se siente representado por Fedepanela.
Este es el panorama (visto desde los agricultores) por el que atraviesan los paneleros en el país, y por el que dicen que entrarían a paro. Empresas como Quala no están haciendo más que participar de un mercado, por lo que las acciones que se necesitan, según Mora, deben venir del Gobierno, para que nivele la cancha por medio de regulaciones que permitan la adecuada información al consumidor.
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