Los claroscuros del sector energético con la salida de Irene Vélez
Irene Vélez sale del Ministerio de Minas en un momento crucial para el sector minero energético nacional, que pasa por un periodo de incertidumbre debido a la falta de decisiones acerca del futuro de la exploración de hidrocarburos en el país.
La renuncia de Irene Vélez a la cartera de Minas y Energía llega en un momento de incertidumbre por el futuro de la exploración de hidrocarburos y en medio de algunas alertas por la suficiencia del sistema eléctrico nacional de cara al fenómeno de El Niño, que ya entró oficialmente al país y que requerirá que todo el andamiaje funcione bien, especialmente en medio de una demanda que viene creciendo, según cifras de XM, operador del sistema.
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La renuncia de Irene Vélez a la cartera de Minas y Energía llega en un momento de incertidumbre por el futuro de la exploración de hidrocarburos y en medio de algunas alertas por la suficiencia del sistema eléctrico nacional de cara al fenómeno de El Niño, que ya entró oficialmente al país y que requerirá que todo el andamiaje funcione bien, especialmente en medio de una demanda que viene creciendo, según cifras de XM, operador del sistema.
En la mitad de todo está la ruta de la transición energética, que desde mediados del año pasado ha andado más retóricamente que en la práctica.
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El oscuro panorama petrolero
Luego de una serie de salidas en falso de la ahora exministra Vélez, y rectificaciones desde el propio Gobierno (principalmente desde el Ministerio de Hacienda), no resulta claro qué pasará con la exploración de hidrocarburos en el país. Puntualmente, no se sabe si se van a autorizar nuevos contratos para explorar y explotar petróleo y gas.
De acuerdo con el informe de reservas de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), con las cifras de 2022, la autosuficiencia petrolera del país es de 7,5 años, pese a que las reservas se hayan incrementado ligeramente en 30 millones de barriles, y de 7,2 años de gas por la caída en reservas de 0,35 terapiés cúbicos.
“La realidad de las reservas petroleras del país hay que verla con sentido de urgencia y eso significa que ahora hay que establecer acciones para todos los frentes”, sostuvo en su momento Luz Stella Murgas, presidenta de la Asociación Colombiana de Gas Natural (Naturgas).
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Colombia recuperó la autosuficiencia petrolera en la década de los años 70. ¿Qué pasa si la llegase a perder? Un informe de la Contraloría habla de cuatro posibles escenarios.
El primero tiene que ver con la imposibilidad de Ecopetrol para producir el crudo suficiente para cargar las refinerías. En el segundo y tercer escenario se sumarían la producción de regalías y de empresas privadas y con esa suma tampoco se podrían cargar las refinerías. Y en el cuarto se perdería totalmente la autosuficiencia petrolera, lo que significaría que con la refinación local no se podría abastecer la demanda interna de combustibles.
“La perspectiva que tiene el país no es halagadora y cada vez nos ronda más cerca el fantasma de la importación. Peor que depender del petróleo es hacerlo de las importaciones de petróleo”, dijo Amylkar Acosta, exministro de Minas y Energía, en una entrevista pasada con este diario.
Ahora bien, la propia ANH está diseñando un documento bajo el cual se podría producir petróleo en zonas en donde ya ha habido explotación de hidrocarburos, pero no en regiones nuevas, en las que podría haber potencial, según voces de la industria.
El panorama es particularmente duro en el lado del gas natural, que cuenta con un nivel de reservas históricamente bajo.
Según cifras de Naturgás, entre 2010 y 2015 se perforaron 103 pozos por año en busca de este energético. Entre 2016 y 2022 se hizo lo propio con 40 instalaciones de este tipo, una caída de 60 %.
La exploración de nuevos recursos es clave, justamente para eso, para tener más gas. Aunque parece obvio, la exploración es vital si se tiene en cuenta que la tasa de éxito de esta actividad (encontrar el hidrocarburo) es relativamente baja, de entre 10 % y 15 % en costa afuera, por ejemplo.
Colombia tiene 325 contratos de exploración de hidrocarburos, según cifras de la Asociación Colombiana de Petróleo: 64 en terminación, 39 suspendidos (por orden público y restricciones) y 109 exploratorios en ejecución. Sin embargo, Francisco Lloreda, expresidente de este gremio, hace una salvedad: “Tener contratos no equivale a éxito exploratorio”.
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Por un lado, este combustible es clave al hablar de transición energética. Por el otro, también lo es en momentos en los que se anticipa un impacto en el sector energético cortesía de El Niño: el gas alimenta algunas de las plantas térmicas que entrarían a suplir las deficiencias que podrían presentar los embalses por este fenómeno climático.
Aquí hay que aclarar una cosa: no parece haber riesgo de un apagón por falta de gas para las térmicas. Esto, principalmente, porque el país cuenta con la opción de importar este combustible vía la planta de regasificación de Cartagena. Así mismo, se han hecho mejoras en la ampliación de la capacidad de transporte de Cusiana y la posibilidad de hacer flujos reversibles de la costa en el interior del país, según Naturgás.
Dicho esto, también es preciso explicar que, bajo la mirada de Canacol, importar gas saldría cuatro o cinco veces más caro que usar el combustible que se produce nacionalmente. Y esto podría impactar hacia arriba el precio de la electricidad, en caso de que El Niño pegue más fuerte de lo proyectado.
El sector eléctrico
La entrada de El Niño es un golpe al sistema eléctrico nacional. ¿Qué tan grande? Eso está por verse. Pero lo que se da casi por descontado es que los precios de este servicio subirán en el país, por cuenta de varios factores, como la variación en precios internacionales del gas natural que se requiera importar, por ejemplo.
Esto a pesar de que por concepto del cargo por confiabilidad se han recaudado más de $68 billones.
De acuerdo con la Asociación Nacional de Empresas Generadoras (ANDEG), con las plantas térmicas existentes, equivalentes a 5.500 megavatios de capacidad, más Termocandelaria, que debe entrar con un aporte de 256 megavatios nuevos, y Termocaribe, programada para octubre con 48 megavatios, hay suficiente energía en firme para atender la demanda ante El Niño.
Sin embargo, recientemente XM, el administrador del mercado eléctrico del país, señaló que en las últimas semanas se ha evidenciado un incremento en la demanda de energía en el país, que ha superado los valores pronosticados por la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME) en octubre de 2022.
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Puntualmente, la compañía habla de un incremento de más del 5 % en la demanda de energía eléctrica que podría mantenerse hasta finales del verano (Fenómeno de El Niño), en marzo de 2024.
“Lo anterior (el aumento en la demanda) ha dado lugar a que en algunas zonas del país se opere la infraestructura de transmisión cerca de los límites de seguridad de la red y que, dada la cargabilidad de los equipos usados o la ocurrencia de fallas, es alta la probabilidad de no poder atender completamente la demanda de los usuarios”, indicó la compañía en un comunicado.
El impacto de El Niño en la atención efectiva de la demanda, así como en las tarifas de electricidad, requerirá de acción coordinada por parte de las cabezas del sector, entre ellas el Ministerio de Minas y Energía (en medio de la crisis que atraviesa por la salida de Vélez) y la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG), que continúa sin nombrar en propiedad a cuatro de seis comisionados.
La electricidad, a su vez, es uno de los rubros que ha ido ganando vapor en las mediciones de inflación en el país. Para junio, en su variación anual (o sea, frente al mismo mes del año pasado), el suministro de electricidad, gas y otros combustibles creció 16,39 %, según cifras del DANE. Aunque hay que aclarar que buena parte del incremento está relacionado con los aumentos en el precio de la gasolina corriente que ha hecho el Gobierno desde septiembre del año pasado.
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