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Desde Sucre, el presidente Gustavo Petro aseguró que se debe “reformar” el sistema de vigencias futuras con el fin de liberar recursos para invertir en infraestructura social.
“Esto es pelear con el poder económico de Colombia. Se retrasan las vigencias futuras de las 4G y los túneles de carreteras y se pone por delante la construcción de universidades y agua potable”, afirmó.
Petro aseguró que esta es la gran “pelea” e incluso dijo que la discusión con las EPS y con los fondos privados “se queda chiquito” frente a la conversación sobre vigencias futuras.
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“Tenemos que poner el agua potable en la puerta de adelante y las 4G y los túneles en la puerta de atrás”, dirigiéndose al director de Planeación Nacional, Alexander López.
Desde hace semanas, con la polémica por el decreto de liquidación del presupuesto, los funcionarios del Gobierno han hablado sobre la posibilidad de cambiar las vigencias futuras. El primero fue el ministro Ricardo Bonilla, quien aseguró que hay que examinar los recursos previstos, teniendo en cuenta los niveles de retraso de las obras.
Estas declaraciones han generado críticas entre sectores políticos y académicos. Como explicó Miguel Castro, profesor de la cátedra de contratos públicos de la Universidad Javeriana, el Estado ya se comprometió a hacer giros periódicos para financiar los proyectos, de ahí que esta es una obligación establecida en los contratos y que no puede depender de la ejecución de las obras. A la larga, retrasar las vigencias futuras implicaría incumplir los contratos de concesión que ya están firmados y poner en riesgo los proyectos.
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En entrevista con este diario, María Constanza García, viceministra de Infraestructura, afirmó que no se iban a incumplir los contratos, sino que el Gobierno buscaría renegociar las vigencias futuras, poniendo de ejemplo proyectos como Mulaló-Loboguerrero que tienen una ejecución del 0 % y $1,7 billones guardados en fiducias. Sin embargo, el presidente dijo este jueves que dará la “pelea”.
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