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Este jueves se conoció que el presidente Iván Duque le pidió la renuncia a la ministra TIC, Karen Abudinen, envuelta en un escándalo por la adjudicación de un millonario contrato a la unión temporal Centros Poblados.
Varios medios nacionales confirmaron la noticia en horas de la mañana, citando fuentes presentes en una reunión en la que se determinó su salida. Se espera que Abudinen presente su carta de renuncia en las próximas horas.
La ministra dejaría la cartera tras el escándalo que suscitó la adjudicación de un contrato de $1 billón a la unión temporal Centros Poblados, que se comprometió a conectar a más de 7.000 escuelas rurales a internet. Bajo su mando, el ministerio entregó un anticipo de $70.000 millones con este fin.
Cuando Centros Poblados fue llamado a explicar por qué iba retrasado en la ejecución del proyecto, se descubrió que la garantía bancaria que presentó para ganar la licitación en diciembre era falsa.
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La unión temporal ha asegurado que dicho anticipo se ha destinado para realizar las adquisiciones de equipos necesarios para la ejecución del contrato. (El Espectador recorrió cuatro de las sedes educativas asignadas al excontratista hoy investigado. Esto fue lo que encontramos.)
Lo que sucedió con este contrato llevó a Abudinen a enfrentarse a una moción de censura que sigue en firme en el Congreso. Además, la Procuraduría anunció una investigación contra la ministra para determinar las posibles responsabilidades disciplinarias en las que incurrió al otorgar el millonario anticipo.
En su defensa, Abudinen ha asegurado que los integrantes de Centros Poblados le hicieron “trampa” al Estado e incluso, durante su intervención en el legislativo los catalogó como “delincuentes”.
El pulso político contra la mintic
Tras conocerse las serias irregularidades en el contrato del Ministerio de las TIC con Centros Poblados, el mundo político le puso los ojos encima a Karen Abudinen.
En un principio, la arremetida en su contra fue meramente de los partidos de oposición en la Cámara de Representantes. Congresistas de la Alianza Verde y del Partido Comunes, entre otros, insistieron que del debate de control político que le hacen las comisiones a los ministros -procedimiento propio de cada inicio de legislatura- trascendiera a una moción de censura para retirarla del cargo. Así ocurrió y el pasado 3 de septiembre la cámara baja discutió los argumentos a favor y en contra de Abudinen.
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La plenaria la escuchó defenderse. Como era de esperarse, los partidos de gobierno la respaldaron, a pesar de que este sería el escándalo de detrimento patrimonial más grande del gobierno del presidente Iván Duque y se da en pleno inicio de la carrera electoral. Los gobiernistas la acompañaron, excepto el representante uribista Gabriel Santos, quien hizo manifiesto su desacuerdo con su partido en este caso y le dijo, palabras más, palabras menos, que debía hacerse responsable como jefe de la cartera.
A la par, en redes circularon memes criticando las explicaciones de Abudinen y su tono, que muchos consideraron como “burlesco” frente a la magnitud del problema que desató esta contratación fallida y caducada por la propia Abudinen días después. Todavía en ese punto, el presidente Duque respaldaba su gestión. Sin embargo, las aguas calmas se volvieron turbias hace algunas horas por dos motivos.
Primero, este diario pudo establecer que las cuentas se le voltearon a la ministra Karen Abudinen. Además de la oposición, la bancada completa del Partido Liberal en la Cámara de Representantes comunicó que votará favorablemente la moción de censura para que la mintic deje el cargo. A su vez, el Partido de la U le habría pedido a Dilian Francisca Toro, jefa máxima de esa colectividad, que le manifestara al ministro del Interior, Daniel Palacios, que si la mintic no renunciaba, sus representantes comunicarían que el pleno del partido se uniría a la votación positiva de la moción. Esos votos en contra de Abudinen se sumarían y, añadiendo algunos de Cambio Radical, si la ministra se sometía a votación, sería muy posible que su puesto pendiera de un hilo.
A esto, hay que agregarle una pregunta clave: ¿qué van a hacer los conservadores? Fuentes le expresaron a este diario que si bien las cuentas están complicadas para la ministra, el Gobierno estaría negociando con los azules cómo sería su votación en la moción de censura.
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En segundo lugar, medios como W Radio y El Tiempo confirmaron que, ante la falta de apoyos en el Congreso, fue el propio Duque quien le pidió su renuncia a Abudinen. Según ambos medios, en la noche del miércoles y en una reunión con varios integrantes del gabinete, el primer mandatario le hizo la solicitud de que pasara su carta de renuncia.
Las cuentas del Gobierno están así: 87 representantes votan a favor de la moción, 33 en contra (respaldando a la mintic) y 49 personas estarían todavía definiendo qué lado tomar. Así las cosas, el panorama para la ministra Abudinen es complicado y, a ojos de Presidencia, lo mejor es renunciar a ser retirada del cargo por el Capitolio. En caso de que este último escenario ocurriera, Abudinen sería la primera ministra de esta administración que debe lidiar con una moción de censura próspera, algo que ni siquiera pasó en las mociones celebradas contra el exministro de Defensa Guillermo Botero, quien también enfrentó un duro paso por el Capitolio y, al final, tuvo que renunciar.
A pesar de la inminente renuncia, la representante Katherine Miranda, una de las más férreas opositoras a la gestión de Abudinen en torno al caso Centros Poblados, le ha solicitado a la mesa directiva de la Cámara que realice la votación de la moción así la mintic renuncie. Esto es bastante improbable, pero la intención está puesta sobre la mesa.
Hasta el momento, el presidente Duque y la ministra Abudinen no se han pronunciado al respecto.