¿Por qué el transporte de carga está pasando aceite?
A pesar de la caída en el precio del petróleo, las cuentas no les cuadran a los empresarios del sector.
Redacción Negocios y Economía
El 2016 será un año para recordar. Allí, mientras el gobierno del presidente Juan Manuel Santos trataba de llevar a buen puerto el proceso de paz con la guerrilla de las Farc, a mitad de año se vivió el paro camionero más largo de la historia de Colombia. 45 días de protesta, con más de dos billones de pesos en pérdidas no solo para los transportadores y las empresas sino para todos los colombianos que tuvieron que ver cómo el precio de los alimentos se disparaba mientras en los centros de distribución mucha comida se perdía porque no había quién la movilizara. La realidad fue tan grave que, incluso, el ministerio de Hacienda le puso parte de la culpa al bajo crecimiento de la economía y el aumento rápido de la inflación a dicho cese de actividades.
El año terminó incluso con una amenaza sobre el viento. Luis Orlando Ramírez, director ejecutivo de la ATC y uno de los líderes de la Cruzada Camionera, le dijo a El Espectador en entrevista con este diario que siempre estaría latente la posibilidad de un nuevo paro porque “porque vemos cómo la Presidencia, la Vicepresidencia, el Ministerio están atropellando a los transportadores, incluso con intereses personales de algunos de ellos. Hay mucho resentimiento de las bases por como el Gobierno trata a los camioneros”.
Y ahora, justo sobre los primeros días del 2017, es Colfecar, el gremio de las empresas de transporte, el que advierte cómo los sobrecostos de transporte de carga frenaron, precisamente, el crecimiento de las empresas del sector. “A pesar de la caída de los precios internacionales del petróleo y las políticas por parte de los países productores, quienes aumentaron su producción, el comportamiento de los combustibles en Colombia continuó afectando la operación del sector transporte en 2016”, manifestó el gremio en un comunicado.
Juan Carlos Rodríguez Muñoz, su presidente, fue claro: “Cabe recordar que la depreciación del peso colombiano ha encarecido productos importados como: filtros y lubricantes, y repuestos los cuales inciden en un incremento de los costos operativos”.
La lista es larga y se podría resumir así: “el ACPM registró durante 2016 un ajuste de 0,43% frente al resultado de 2015 que fue de -9,55%”. Eso fue un alza de 32 pesos en el año. Y el tema es grave si se tiene en cuenta que el combustible pesa el 29,32% en la canasta de costos de los transportadores. En general los sobrecostos se alzaron en un 4,71% el año pasado, donde también se incluyen los peajes, parqueaderos, mantenimiento en carretera o costos de capital.
Y por el lado de la facturación, ¿qué pasó? “Entre enero y septiembre dicho comportamiento fue de -1,32%, pasó de 10,62 billones de pesos en 2015 a 10,48 billones de pesos en 2016 durante el tiempo analizado”. Paradójicamente lo que sí creció fue las toneladas movilizadas. Crecieron 0,67%. “Hay que tener en cuenta que a pesar del aumento de la carga movilizada el valor facturado por ésta cayó, debido a que en la facturación-tonelaje se registró una caída del 2,02% evidenciando la depresión de los fletes que afecta la competitividad del sector”, explicó Rodríguez.
El 2016 será un año para recordar. Allí, mientras el gobierno del presidente Juan Manuel Santos trataba de llevar a buen puerto el proceso de paz con la guerrilla de las Farc, a mitad de año se vivió el paro camionero más largo de la historia de Colombia. 45 días de protesta, con más de dos billones de pesos en pérdidas no solo para los transportadores y las empresas sino para todos los colombianos que tuvieron que ver cómo el precio de los alimentos se disparaba mientras en los centros de distribución mucha comida se perdía porque no había quién la movilizara. La realidad fue tan grave que, incluso, el ministerio de Hacienda le puso parte de la culpa al bajo crecimiento de la economía y el aumento rápido de la inflación a dicho cese de actividades.
El año terminó incluso con una amenaza sobre el viento. Luis Orlando Ramírez, director ejecutivo de la ATC y uno de los líderes de la Cruzada Camionera, le dijo a El Espectador en entrevista con este diario que siempre estaría latente la posibilidad de un nuevo paro porque “porque vemos cómo la Presidencia, la Vicepresidencia, el Ministerio están atropellando a los transportadores, incluso con intereses personales de algunos de ellos. Hay mucho resentimiento de las bases por como el Gobierno trata a los camioneros”.
Y ahora, justo sobre los primeros días del 2017, es Colfecar, el gremio de las empresas de transporte, el que advierte cómo los sobrecostos de transporte de carga frenaron, precisamente, el crecimiento de las empresas del sector. “A pesar de la caída de los precios internacionales del petróleo y las políticas por parte de los países productores, quienes aumentaron su producción, el comportamiento de los combustibles en Colombia continuó afectando la operación del sector transporte en 2016”, manifestó el gremio en un comunicado.
Juan Carlos Rodríguez Muñoz, su presidente, fue claro: “Cabe recordar que la depreciación del peso colombiano ha encarecido productos importados como: filtros y lubricantes, y repuestos los cuales inciden en un incremento de los costos operativos”.
La lista es larga y se podría resumir así: “el ACPM registró durante 2016 un ajuste de 0,43% frente al resultado de 2015 que fue de -9,55%”. Eso fue un alza de 32 pesos en el año. Y el tema es grave si se tiene en cuenta que el combustible pesa el 29,32% en la canasta de costos de los transportadores. En general los sobrecostos se alzaron en un 4,71% el año pasado, donde también se incluyen los peajes, parqueaderos, mantenimiento en carretera o costos de capital.
Y por el lado de la facturación, ¿qué pasó? “Entre enero y septiembre dicho comportamiento fue de -1,32%, pasó de 10,62 billones de pesos en 2015 a 10,48 billones de pesos en 2016 durante el tiempo analizado”. Paradójicamente lo que sí creció fue las toneladas movilizadas. Crecieron 0,67%. “Hay que tener en cuenta que a pesar del aumento de la carga movilizada el valor facturado por ésta cayó, debido a que en la facturación-tonelaje se registró una caída del 2,02% evidenciando la depresión de los fletes que afecta la competitividad del sector”, explicó Rodríguez.