¿Por qué los precios del petróleo están disparados?
Aunque este miércoles se registró una baja, todo apunta a que el crudo puede seguir subiendo, lo que trae buenas noticias para productores. ¿A qué se debe esta alza y qué viene para este mercado?
Estar pendiente de los precios internacionales del petróleo suele ser un ejercicio de subirse a una montaña rusa: tiempos y secciones de subidas y bajas, con caídas largas y pronunciadas que vienen seguidas de duras subidas. Esto no deja de ser cierto por estos días. Esta misma semana, la cotización del Brent (el crudo de referencia para Colombia) llegó a ubicarse por encima de los US$80, un umbral que no cruzaba desde 2018.
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Estar pendiente de los precios internacionales del petróleo suele ser un ejercicio de subirse a una montaña rusa: tiempos y secciones de subidas y bajas, con caídas largas y pronunciadas que vienen seguidas de duras subidas. Esto no deja de ser cierto por estos días. Esta misma semana, la cotización del Brent (el crudo de referencia para Colombia) llegó a ubicarse por encima de los US$80, un umbral que no cruzaba desde 2018.
Estas son buenas noticias para países que han basado buena parte de su economía en la exportación de petróleo, como aquellos que integran la OPEP, o naciones como Colombia, que, sin estar en las grandes ligas de la producción, sí ha vinculado una porción importante de su salud económica y fiscal a lo que pase con esa montaña rusa.
Por otra parte, no lo son tanto en un contexto global en el que la inflación continúa empujando hacia arriba. Esta semana, el propio presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), Jerome Powell, le dijo al Congreso de ese país que el crecimiento en este indicador es más preocupante y estructural que a principios de este año, después de haber asegurado en los últimos meses que se trataba de algo “transitorio”.
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Si bien la inflación en EE.UU. tiene otras raíces distintas a los precios del crudo, lo cierto es que un escenario de costos crecientes en materias primas tiene la posibilidad de seguir impulsando hacia arriba los de las cadena logística que se alimentan con los insumos energéticos.
Ahora bien, los incrementos recientes en los precios del petróleo dan cuenta, al menos desde una esquina, sobre la perspectiva de recuperación de la economía global. Y desde ese rincón, las cosas van muy bien. Tan bien que el problema acá no es un apetito débil de las industrias, sino más bien un hambre que está superando la oferta de crudo.
En otras palabras, la montaña rusa de estos días responde a que el mercado juzga como muy superior la demanda a la oferta de crudo y por eso los precios van hacia arriba.
Esta visión bien podría reforzarse con la baja que los previos tuvieron este miércoles justo después de que fuera publicado un informe del Gobierno estadounidense en el que se muestra cómo las reservas de crudo de este país crecieron, algo que no sucedía desde hace ocho semanas.
Los inventarios nacionales de petróleo de ese país aumentaron más de cuatro millones de barriles la semana pasada, según un informe de la Administración de Información de Energía (EIA, por sus siglas en inglés). Los suministros de gasolina y destilados también se expandieron.
Durante las negociaciones de este miércoles, los futuros del Brent llegaron a bajar hasta 2 %, luego de haber alcanzado al marca de los US$80. Durante el día se presentaron subidas y bajadas (la montaña rusa, pero en versión diaria) para terminar con una baja más leve, pero baja igual: -0,57 %, lo que dejó el barril de esta referencia en US$78,64.
Para poner en perspectiva este precio, Ecopetrol llegó a decir el año pasado, o sea, durante uno de los peores momentos de la economía nacional y global, que su operación resultaba rentable desde los US$29.
Para este año, Ecopetrol incorporó un precio de US$45 por barril en su presupuesto, lo que le permitiría a la empresa desplegar un plan de inversiones de hasta US$4.000 millones en 2021, el más alto en los últimos años. En 2020, las inversiones fueron cercanas a los US$2.700 millones. Para 2022 y 2023, el precio del crudo proyectado por la empresa es de US$55 por barril.
La baja en los precios internacionales que se registró este miércoles se debe, justamente, a una especie de sorpresa en los operadores del mercado, que esperaban que el informe de la EIA diera resultados negativos, como los que se venían viendo desde hacía ocho semanas.
Matt Smith, responsable de análisis para el proveedor de datos especializado en materias primas Kpler, le dijo a la agencia AFP que, de fondo, los operadores están convencidos de que la oferta es insuficiente.
La producción en el Golfo de México sigue lejos de su capacidad plena tras el paso del huracán Ida a fines de agosto, y la OPEP y sus aliados reunidos en la Opep+ mantienen la disciplina en el aumento muy progresivo de sus volúmenes.
Según Smith, “la OPEP va a mantener su rumbo” y confirmará la semana que viene su calendario de aumento de producción, con 400.000 barriles diarios adicionales que se añadirán por mes hasta setiembre de 2022.
A su vez, la OPEP publicó su informe anual sobre la perspectiva futura de la demanda de petróleo. Según las cuentas del gremio, la demanda de petróleo va a seguir avanzando de aquí a 2045, aunque el aumento principal se producirá en esta década.
“La demanda de energía y petróleo han aumentado de manera significativa en 2021, tras la caída impresionante registrada en 2020, y la expansión durará por un largo periodo de tiempo”, dijo el secretario general del cartel, Mohammed Barkindo, durante la presentación del informe.
De acuerdo con la OPEP, la demanda se verá impulsada por los países en desarrollo y disminuirá a partir de 2023 en los Estados ricos de la OCDE. En todo el mundo, el crecimiento de la demanda será importante en los años venideros pero disminuirá progresivamente y se estancará en torno a 2035.
La OPEP juega un papel determinante aquí, pues tiene en sus manos (al menos teóricamente) la llave para hundir los precios, en caso de que quisiera liberar más de su inventario de crudo de lo que se acordó inicialmente en abril.
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En ese entonces, tras intensas negociaciones entre sus miembros (y desacuerdos públicos con Rusia, por ejemplo), la organización aprobó ajustes en los niveles de producción a partir de junio de este año. El acuerdo base prevé una incorporación de 400.000 barriles diarios por mes, con la posibilidad de revisión de esa meta.
Este acuerdo, que fue ratificado en julio de este año, pretende incorporar de nuevo al mercado unos 5,4 millones de barriles, que fueron recortados durante 2020 por cuenta del cierre de las economías durante el primer año de la pandemia.
Todo parece indicar que el mercado del petróleo seguirá montado en la montaña rusa durante el futuro más inmediato, en medio de subidas de inflación globales y la reactivación de las economías. Buenas noticias para unos y no tanto para otros.