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El dólar en Colombia se ha comportado en las últimas semanas de una forma tan volátil como la de hace tres años, no ha pasado el suficiente tiempo como para olvidar esas agresivas jornadas de 2015 en las que la divisa podría llegar a subir más de $40 en solo un día. En el último mes (octubre de 2018) la tasa de cambio local ha subido casi $200, cerrando el viernes pasado en $3.183, cifras que no se veían desde noviembre de 2016.
Es una volatilidad que está comenzando a inquietar, pues si la devaluación continua podría volver a generar efectos inflacionarios debido al encarecimiento de los bienes importados (en 2015 la inflación llegó al 6,77 % por este efecto). Es una mezcla de factores internos, pero sobre todo externos, la que explica el comportamiento que ha tenido el dólar durante las últimas semanas. Y serán estos elementos los que determinarían el comportamiento de la divisa el resto del año.
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Lo primero que hay que entender es que la moneda estadounidense se ha estado fortaleciendo en todo el mundo, no solo en Colombia: el índice DXY, que muestra cómo se comporta el dólar frente a las principales divisas, llegó el miércoles pasado a su máximo de los últimos 16 meses (superando los 97 puntos). Y la coyuntura internacional brinda las condiciones para que este fenómeno se mantenga.
Camilo Pérez, jefe de investigaciones económicas del Banco de Bogotá, explicó que “están aumentando las expectativas de que la Reserva Federal (el banco central de Estados Unidos) realice tres incrementos en su tasa de interés durante el 2019. Una situación que está fortaleciendo el dólar frente a las demás monedas, entre las cuales se encuentra por supuesto el peso colombiano. Otro de los factores internacionales que están presionando al alza la tasa de cambio es la caída de los precios del petróleo, pues al parecer la cotización por encima de US$80 el barril no era sostenible, ya que se soportaba en temas de oferta”.
A lo que se refiere el analista es a que desde mayo los precios internacionales del petróleo empezaron a subir, debido a que naciones productoras como Venezuela e Irán vienen presentando problemas de producción. Fue tal la reducción del suministro que firmas como Goldman Sachs llegaron a advertir que el mundo podría enfrentar un déficit de crudo. Los analistas de JP Morgan estimaban que el precio del petróleo podría situarse en US$100 durante el 2019 si los problemas de oferta se mantenían.
Sin embargo, los reportes de mediados de octubre de la Agencia Internacional de Energía (AIE) indicaron que los inventarios de crudo en Estados Unidos subieron en 6,5 millones de barriles, por lo que la oferta mundial ha vuelto a crecer, generando presiones a la baja en la cotización del petróleo. El otro golpe que recibió el mercado durante el último mes se dio por las preocupaciones por la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que podría bajar la demanda mundial del crudo (otra presión a la baja en los precios).
La debilidad en el petróleo no le cae bien a Colombia. Desde que comenzó la crisis argentina y turca, a finales de agosto, la mayoría de los analistas locales coinciden en que el país no se vería contagiado de la fuga de capitales si el precio del crudo se mantenía fuerte. Así que estos bajonazos podrían elevar el nerviosismo de los inversionistas internacionales, provocando presiones al alza en la tasa de cambio. Sin embargo, los precios actuales del hidrocarburo, de más de US$70, todavía representan una buena protección, pues el Gobierno hizo sus cuentas con supuestos más pesimistas que estos precios (de US$65 en 2018 y US$62 en 2018 según el Marco Fiscal de Mediano Plazo).
Respecto a los factores internos que podrían afectar la tasa de cambio está “la intervención del Banco de la República: estimamos que tan solo el anuncio de esta medida, a finales de septiembre, ha provocado un alza de $120 del dólar en Colombia. Además, los inversionistas internacionales han mostrado mucho interés sobre la Ley de Financiamiento. Por lo que el resto del año deberíamos ver una presión al alza en la divisa estadounidense, aunque no es claro cuál podría ser el techo (el nivel máximo al que llegaría este año)”, agrega Pérez.
¿Ya pasó lo peor?
Durante las dos últimas jornadas, la del jueves y viernes, la tasa de cambio ha venido cayendo: pasando de los $3.220 al actual ($3.183). La reciente caída según Credicorp Capital fue resultado de que “que Estados Unidos suavizara su postura frente a las sanciones a Irán y los datos positivos de inventarios estadounidenses de crudo (del 1° de noviembre de 2018)”.
Asimismo, Diego Franco, inversionista del mercado bursátil, explicó que “gran parte del alza que ha presentado la tasa de cambio en las últimas semanas se debe a operaciones puntuales de instituciones para hacer pagos en el exterior. Es un tema de corto plazo, y a mediados de noviembre deberíamos ver al dólar caer de forma importante. En lo personal no creo que haya riesgo de contagio o que exista nerviosismo en torno a la economía: Colombia sigue siendo un destino de inversión muy atractivo, uno de los mejores de la región”.
Esto implicaría que, si piensan comprar dólares, lo mejor sería esperar un par de semanas para aprovechar los precios más bajos que se presentarían a final del año. Sin embargo, es claro que no hay nada cierto con esta divisa, por lo que hay que seguir atentos a cómo evolucionan tanto los factores externos, por ejemplo la guerra comercial y las elecciones en EE. UU., como los internos, como la Ley de Financiamiento. Estos elementos determinarán el futuro de la tasa de cambio colombiana en 2018 y 2019.
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