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El Gobierno llevó al Congreso un presupuesto general por $235,6 billones, en el que se destaca un recorte de la inversión en momentos en que se requiere dar impulso a la economía, que sigue frenada. La preocupación es si este monto es suficiente para cumplir la regla fiscal; de lo contrario, se va a necesitar un recorte mucho más drástico.
No cayó bien el hecho de que se cargue la mano a la inversión pero se mantenga el gasto. En un escenario de bajo crecimiento de la economía, como el actual, no es muy recomendable recortar la inversión, eso seguramente se va a reflejar en el comportamiento del PIB de 2018.
Mientras que el gasto de personal pasa de $28,7 billones en este año a $30,9 billones para el próximo año, con un crecimiento de 7,8 %, la inversión cae 16,8 %, pasando de $41,22 billones en este año a $34,28 billones para 2018.
“El presupuesto de inversión con recursos de la Nación, que es el relevante para las cuentas fiscales, cae cerca de $5,5 billones. Esta es una cifra acorde con la capacidad financiera y de ejecución de la Nación, que resulta de aplicar la Ley de Garantías, sobre todo por los efectos que ésta tendrá en el primer semestre de 2018 sobre la contratación pública”, explicó Mauricio Cárdenas, ministro de Hacienda, en el momento de radicar el proyecto en la Cámara de Representantes.
Ante esto, un analista financiero, aseguró que “es demasiado grave que se recorte en inversión y no en gasto”.