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El presidente estadounidense, Joe Biden, firmó este martes su ley estrella, la Ley para la Reducción de la Inflación, que calificó como “una de las más importantes de la historia” del país y con la que busca salir reforzado de cara a las legislativas de noviembre, que se celebran en la mitad de su mandato.
“Los demócratas votaron a favor de reducir el déficit para combatir la inflación, haciendo que los ricos y las grandes corporaciones paguen una parte más justa, mientras que todos los republicanos se opusieron a exigir que las grandes corporaciones paguen un impuesto mínimo del 15 %”, dijo en un acto en la Casa Blanca. El presidente apareció con tapabocas y solo se lo quitó para hablar, después de que su esposa, Jill Biden, diera positivo por coronavirus, unos días después de superar él la enfermedad.
La ley contempla más de 400.000 millones de dólares en nuevas inversiones, casi todas centradas en dar un impulso a la industria de la energía verde en el país y en reducir las emisiones de gases contaminantes.
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Además, supondrá la mayor inversión pública contra la crisis climática en la historia de Estados Unidos. Sus partidarios estiman que servirá para reducir en un 40 % las emisiones contaminantes del país de aquí a 2030 respecto a los niveles de 2005.
“Es la ley más ambiciosa en cuanto a inversión en la transición a una economía de energía limpia que enfrente el problema del cambio climático”, dijo Frances Colon, miembro del Consejo Asesor de Ciencia y Tecnología de la Casa Blanca.
Impuestos a personas ricas y precios de medicamentos
La ley busca crear normas tributarias más justas para evitar, por ejemplo, que se repita lo sucedido en 2020, cuando 55 de las corporaciones más grandes y ricas de Estados Unidos no pagaron impuestos federales sobre la renta.
Así, habrá un impuesto mínimo del 15 % a las compañías con beneficios superiores a los 1.000 millones de dólares. También se reforzará la agencia de recaudación de impuestos para hacer más difícil evadir el pago. Hoy se dejan de cobrar unos 160.000 millones, según cálculos del Ejecutivo.
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La norma también busca impactar en la inflación reduciendo el gasto en sanidad de los ciudadanos, que pagan entre dos y tres veces más que los ciudadanos de otros países por los medicamentos recetados.
De la reducción en los precios se beneficiarán entre 5 y 7 millones de personas cubiertas por el plan sanitario Medicare, mientras que el límite de 2.000 dólares anuales en los gastos de los medicamentos recetados favorecerá a 1,4 millones.
En otras palabras, el segundo apartado busca corregir las enormes desigualdades en el acceso a la atención médica en Estados Unidos, bajando el precio de los medicamentos. Medicare es un programa público de seguros médicos para personas mayores de 65 años que ahora podrá, por primera vez, negociar los precios de determinados medicamentos directamente con las farmacéuticas y así obtener tarifas más competitivas.
Economía limpia
Aunque la inflación ha robado el protagonismo al resto de aspectos de la ley, la norma es fuertemente ambiciosa en términos medioambientales y pretende, entre otras cosas, construir una economía de energía limpia para 2030 que incluye 950 millones de paneles solares, 120.000 aerogeneradores y 2.300 plantas de baterías.
También se busca que este cambio genere un impacto en la economía doméstica, con la baja de unos 500 dólares por año en los costes de la energía y numerosos incentivos para transformar los hogares.
Habrá reembolsos directos de unos 14.000 dólares por consumidor para cambiar los sistemas de calefacción o los electrodomésticos por unos más eficientes y también créditos fiscales para instalar energía solar en los hogares y fomentar el uso de vehículos eléctricos.
Con todas estas medidas se busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en aproximadamente 1 gigatonelada en 2030, o 1.000 millones de toneladas métricas.
Esta ley, según Colon, es el primer paso para que el país norteamericano deje de ser visto como “uno de los mayores emisores del mundo”.
Ventajas para los latinos
Poco después de la firma, la Casa Blanca publicó un comunicado detallando las medidas de la ley que, según el gobierno, ofrecen ventajas para las comunidades latinas.
A nivel sanitario, los latinos con Medicare mayores de 65 años tienen 1,5 más probabilidades de tener problemas para pagar medicamentos y la nueva ley les garantiza que no paguen más de 2.000 dólares por año por sus fármacos.
El abaratamiento de los medicamentos ayuda en particular a los insulinodependientes. Según el Departamento de Salud, en 2018 los hispanos tenían 1,3 veces más probabilidades que los no hispanos de morir de diabetes. Esta ley limita a 35 dólares al mes lo que tienen que pagar por insulina.
También proporciona acceso a vacunas gratuitas y “ayudará a mantener disponible el seguro de salud gratuito o de bajo costo”, según la Casa Blanca.
“Casi 700.000 latinos tendrán cobertura de seguro médico el año que viene” en comparación con lo que sucedería si no existiera esta normativa.
La lucha contra el cambio climático también les beneficia. Según el movimiento Climate Power, el 40 % de los hogares con más dificultades para pagar las facturas energéticas en Estados Unidos son latinos y el 50 % afroestadounidenses.
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La Casa Blanca sostiene que las familias que aprovechen las ventajas fiscales incluidas en la ley para las energías limpias “pueden ahorrar más de 1.000 dólares por año”.
La política estrella de Biden también financia programas para reducir la contaminación del aire en instalaciones industriales y en comunidades desfavorecidas. Y a nivel fiscal, “ninguna familia que gane menos de 400.000 dólares por año tendrá una subida de impuestos, ni un solo centavo”, añade el comunicado.
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