¿Qué es la regla fiscal y por qué está generando tanto alboroto?
Las declaraciones del director del DNP causaron preocupación en algunos expertos de la economía. Le contamos por qué el revuelo y de paso desmenuzamos qué es eso de la regla fiscal.
Diego Ojeda
Cuando se habla de regla fiscal para muchos pareciera que se habla en otro idioma. Este es un tema del que escuchamos constantemente en medios de comunicación, en los discursos del presidente, en los informes del Ministerio de Hacienda y en boca de los expertos cuando se pronuncian sobre algún tema macroeconómico; pero puede sentirse lejano, técnico y pesado. Puede parecer que interesa a algunos pocos, pero en realidad nos afecta a todos.
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Cuando se habla de regla fiscal para muchos pareciera que se habla en otro idioma. Este es un tema del que escuchamos constantemente en medios de comunicación, en los discursos del presidente, en los informes del Ministerio de Hacienda y en boca de los expertos cuando se pronuncian sobre algún tema macroeconómico; pero puede sentirse lejano, técnico y pesado. Puede parecer que interesa a algunos pocos, pero en realidad nos afecta a todos.
Guardando las proporciones, la regla fiscal es para el país lo que para un hogar es su límite de endeudamiento y consumo. Todos, teniendo en cuenta sus ingresos, saben (o deberían saber) hasta qué punto pueden gastar y endeudarse, y con base en eso se toman decisiones financieras, como si se puede o no comprar un televisor, un carro o un apartamento.
Así como para un hogar respetar esos límites se traduce en unas finanzas más responsables y sostenibles a largo plazo, para la nación es lo mismo, pues la protege de gastar más de la cuenta, le permite acceder a tasas de deuda más bajas y, en suma, le garantiza que podrá responder por sus obligaciones económicas.
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Según lo explicado a este medio por el director del Comité Autónomo de la Regla Fiscal, Andrés Velasco, el objetivo de la regla fiscal es que exista una correspondencia entre los ingresos y los gastos permanentes del Estado. Volviendo al ejemplo de la casa, un ingreso permanente sería el sueldo de quienes reciben ingresos en el hogar, mientras que un gasto permanente sería el arriendo, las colegiaturas y los servicios públicos. Ahora bien, para el caso del gobierno lo primero serían los impuestos, y lo segundo sería el presupuesto que asigna anualmente a sus entidades.
En ese orden de ideas, para el comité lo responsable es que si se necesita hacer un pago recurrente, este se financie con un ingreso que también sea recurrente. Reglas de juego como estas, por ejemplo, le permiten a la nación enfrentar choques económicos, así como una eventual reducción en el recaudo de impuestos o una afectación en el Producto Interno Bruto (PIB). En suma, no solo facilita el gasto responsable de los recursos, sino que lleva al país a disminuir su deuda y hasta a ahorrar para tener dinero en el momento en el que lleguen “las vacas flacas”.
Teniendo esto claro, es entendible por qué a algunos expertos les generó preocupación las declaraciones del director del Departamento Nacional de Planeación (DNP), Jorge Iván González, quien dijo que se adelantarán esfuerzos, juntamente con el Ministerio de Hacienda, para mostrar alternativas que permitan una flexibilización de la regla fiscal.
Parte de los eventuales ajustes incluirían una regla fiscal “verde”, en la que los recursos que se destinen a salvar activos ambientales (como reforestación y transición energética) se cuenten como inversiones y no como gastos, pues en teoría se hace para obtener beneficios a futuro.
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La respuesta que da ahora el director del Comité de la Regla Fiscal no es diferente a la que ha venido dando desde hace unos meses: este es un momento económico en el que el país debe ser prudente. También recuerda que los gastos permanentes deben tener financiamientos permanentes, es decir, que no recomienda que dichas inversiones se financien con deuda o ventas de activos de la nación.
Como se dice coloquialmente, “el palo no está para cuchara”, pues actualmente Colombia está pagando en intereses uno de cada cuatro pesos que recauda en impuestos. Sumado a lo anterior, el país continúa avanzando en alcanzar una meta de deuda que la lleve al 55 % de su PIB, pues la pandemia dejó una alta deuda cercana al 60 % (en los últimos años se ha ido reduciendo hasta el 57 %).
“Estamos un poquito por encima de la regla, pero en estos temas un poquito resulta siendo mucho”, explica Velasco. Agrega que para alcanzar esas metas se hace necesario seguir reduciendo el déficit fiscal de la nación, que para este año se calcula en un -4,3 % del PIB (es decir, unos $64,5 billones). Es por eso que desde el Comité se le hace un especial llamado al gobierno para que sea prudente con el gasto público.
El viernes, tanto el director del DNP como el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, explicaron que en ningún momento se ha pretendido pasar por encima de la regla fiscal, sino que lo que se busca es generar una conversación en torno a cómo el país va a financiar sus apuestas por la transición energética.
Si bien el Comité de la Regla Fiscal tampoco tiene las competencias para decirle al gobierno en qué sí y en qué no debe gastar los recursos, es importante tener en cuenta la situación financiera del país al momento de planear un asunto tan relevante como lo es la transición energética. De momento, el mensaje que queda vigente, y que brinda tranquilidad a los mercados, es que el Gobierno seguirá respetando la regla fiscal.
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