¿Qué está pasando con los créditos para pequeños empresarios?
Ante las quejas de empresarios por no poder acceder a las líneas de créditos anunciadas por el presidente Duque, Bancóldex y Asobancaria explican cómo se han entregado y cuántos recursos siguen disponibles. El Gobierno lanzó un programa con el FNG, con el que espera llegar a más compañías.
Lucety Carreño Rojas y Valeria Cortés Bernal.
“Hacer empresa nunca ha sido un tema fácil. Aquí o en cualquier lado. Eso se lo dice cualquiera. Siempre es de sobrevivir, pero ahora no es supervivencia. Esto es puro desespero. Usted construyó algo y es lo que el viento de la pandemia se llevó. Hay que reír un poco porque hemos llorado mucho”, cuenta Juan Camilo Osorio*, un empresario bogotano dueño de una compañía de alimentación y catering con siete empleados que hoy sabe que mayo es la fecha marcada en el calendario para despedirse de su actividad laboral.
Lo que Osorio transmite, mediante una voz nerviosa y un diálogo atropellado, es un panorama común para pequeños y medianos empresarios en todo el país que quedaron atrapados bajo uno de los nuevos escenarios que plantea la pandemia: quebrar o endeudarse; o endeudarse para prolongar la quiebra, incluso.
Ante esta situación, el Gobierno viene ofreciendo desde marzo un paquete de ayudas para el sector, entre ellas, unas líneas de redescuento con Bancóldex, que son irrigadas a través de intermediarios financieros. Las líneas de redescuento son soluciones de crédito en las que un banco de segundo piso (como Finagro o Bancóldex) presta recursos a los intermediarios financieros para que ellos, a su vez, otorguen créditos al público a una tasa de interés que se negocia según el grado de riesgo del cliente.
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La primera línea de Bancóldex, Colombia Responde, se lanzó a mediados de marzo para ofrecer recursos a los sectores productivos más afectados en ese entonces: aviación, turismo, espectáculos públicos y cadena de proveedores. Se abrió con un cupo de $250.000 millones, de los cuales $175.000 millones son exclusivamente para pequeñas y medianas empresas (pymes) y $75.000 millones para grandes empresas.
La segunda línea, Colombia Responde Para Todos, salió el 4 de abril y tenía un cupo de $350.000 millones para el sector empresarial en general (sin contar a los sectores de la primera línea ni al agro). Del total de recursos, $175.000 millones son para pymes, $100.000 millones para microempresas y $75.000 millones para las grandes.
A estas se suman otras ayudas del Gobierno, incluida la capitalización que anunció por 3,25 billones al Fondo Nacional de Garantías (FNG), para que dicha entidad pueda aumentar su capacidad de emitir garantías que respalden nuevos créditos, y una línea de Finagro llamada Colombia Agro Produce, que ofrece un subsidio de tasa de interés a los clientes del sector agropecuario. Esta se creó con un cupo de subsidio a la tasa hasta por $50.000 millones, que son cubiertos por el Ministerio de Agricultura (ver gráfico).
El drama de los microempresarios
Pese a los anuncios del Gobierno, en las últimas semanas ha crecido el malestar porque muchos sectores dicen no haber podido acceder a estos recursos. De hecho, el gremio que agrupa a las micro, pequeñas y medianas empresas (Acopi) alega que la banca ha incrementado el grado de perfilación de riesgo de las empresas y que sólo reestructura créditos en vez de entregar unos nuevos, al tiempo que prioriza a sus clientes y dilata los tiempos de respuesta. Además, a algunos solicitantes consultados por este diario les dijeron que el banco ya no tenía recursos de Bancóldex, pese a que la página de la entidad todavía indica que las líneas siguen disponibles.Es el caso de Carlos Rojas*, un empresario de Cali que desde el anuncio de las líneas de Bancóldex navegó en la página web de la entidad porque, asegura, “comunicarse por teléfono fue imposible”. Rojas aplicó para la línea de Colombia Responde con el objetivo de poder pagar la nómina de sus 10 empleados, arriendos e impuestos, pues dependía de ingresos diarios antes de la contingencia.
“La gerente del banco Davivienda me pidió unos papeles, el contador se demoró casi dos días reuniendo los estados financieros y movimientos bancarios de tres años. Me respondió por correo que había recibido los papeles, pero que el Gobierno todavía no había reglamentado los créditos de Bancóldex. Quedamos en las mismas”, se lamentó.
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Algo similar le ocurrió a Sergio Romero*, empresario de Barranquilla, cuya empresa, que pertenece al sector de la construcción, emplea a 13 personas. El banco Davivienda le pidió balances, estados financieros y declaración de renta. En la página de Bancóldex decía que en la línea Barranquilla Responde, lanzada especialmente para la ciudad, sí había presupuesto, pero la entidad bancaria le dijo que no había y le ofreció un crédito tradicional. Pérez decidió pasar por correo los papeles al Banco Agrario para intentar conseguir un crédito, pues sólo pudo pagar tres quincenas a sus empleados, y le respondieron que debía presentarse presencialmente, pero que los recursos ya se habían agotado.
“Hice otro intento por Bancolombia. Mandé los papeles y me llega un correo a las cuatro horas diciendo que Bancolombia no tenía ningún tipo de crédito con Bancóldex, que los recursos ya estaban agotados y que me colaborarían para pedir un crédito normal. Me aburrí y no seguí insistiendo”, dijo el empresario barranquillero.
Este diario consultó a Davivienda, que aseguró que el lanzamiento de las líneas de Bancóldex no coincidió con el anuncio de las mismas por parte del Gobierno. “Lo anterior implicó que algunos clientes preguntaran por las líneas en el banco sin que hubiera salido la reglamentación oficial”.
La entidad también aseguró que “ofrece las líneas de redescuento de Bancóldex, sujeto a la disponibilidad de recursos prevista para cada una. En el caso de Bogotá, Cali y Barranquilla, los recursos para pequeña y mediana empresa se agotaron”.
La Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica (Acodrés) también señaló que el acceso a los créditos ha sido mínimo para su sector, pues los bancos los evalúan como clientes de alto riesgo. “Es lógico, porque el alto riesgo está en la caja y hace que seamos vulnerables a una quiebra. Entre los afiliados de Acodrés, solo tengo el caso de una empresa a la que le prestaron. El 90 % lo prestó el banco para compra de cartera anticipada. No se cumplió el propósito que necesitan las empresas para subsistir, que es liquidez”, dijo Henrique Gómez, presidente del gremio.
Las respuestas del sector financiero
Las entidades financieras, Bancóldex y el Ministerio de Comercio han reconocido que, debido a la gran demanda de recursos, los dineros para las pymes se entregaron en cuestión de días y están a punto de agotarse. Esto explicaría que varias entidades hayan dejado de ofrecerlos a algunos solicitantes. Además, niegan que se privilegie a las grandes empresas sobre las más pequeñas, pues cada línea tiene un monto específico o subcupo para cada tamaño.Davivienda, por ejemplo, asegura que ha desembolsado 229 créditos de Colombia Responde y Colombia Responde para Todos por $174.000 millones. “Esto corresponde al 30 % de los recursos dispuestos por Bancóldex en estas líneas”. De acuerdo con la entidad, los créditos se repartieron de la siguiente manera: 138 para pymes con un promedio de $300 millones; 63 a empresarios con crédito promedio de $780 millones, y 28 a empresas corporativas con aproximadamente $3.000 millones.
Por su parte, Javier Díaz Fajardo, presidente de Bancóldex, explicó que de la línea Colombia Responde ya se colocaron cerca de $72.000 millones para la gran empresa (de un subcupo de $75.000 millones) y $125.000 para pymes (de un cupo de $175.000 millones).
“Los créditos se han colocado muy bien, respetando todos los límites, y en máximo dos semanas se acabará de colocar esa línea y se cerrará. Se agotaron los recursos en cuatro semanas. Ojalá hubiera más”, dice Díaz.
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También mencionó que los límites de la línea están definidos y que Bancóldex no tiene injerencia sobre a quién se le presta y a quién no. “Eso es labor de los bancos”. En cuanto a la línea Colombia Responde para Todos, aseguró que entre desembolsos y recursos por colocar van unos $300.000 millones; es decir, sólo quedan $50.000 millones por otorgar.
Por su parte, Asobancaria, gremio del sector financiero, explicó que los subcupos de las líneas de crédito (para pymes o grandes empresas, por ejemplo) se van cerrando en la medida que los recursos se agotan.
Asegura que, del monto de créditos que se han otorgado a través de las líneas Colombia Responde y Colombia Responde para Todos, el 91 % se colocó en créditos para capital de trabajo (por ejemplo, compra de materias primas o gastos operativos) y cerca del 9 % se destinó a sustitución de pasivos (compra de obligaciones en otras entidades) o leasing operativo.
Asobancaria y Bancóldex confirmaron que se analiza la posibilidad de ampliar el cupo de varios intermediarios financieros que ya lo han utilizado en su totalidad. Además, Díaz aseguró que diseñarán más líneas regionales de Bancóldex que permitirán movilizar entre $500.000 y $600.000 millones adicionales.
Principales ayudas del FNG
Asobancaria también se refirió al programa “Unidos por Colombia”, que se anunció a principios de abril, y en el que el Gobierno se comprometió a otorgar garantías especiales del 90 % en los créditos para el pago de nóminas, 80 % para capital de trabajo y 80 % para créditos a profesionales o trabajadores independientes por medio del FNG.Esto no implica que el Fondo debe desembolsar recursos hacia las entidades bancarias, sino que los bancos disponen de garantías para respaldarlos y facilitar su aprobación. Viene a ser una especie de fiador de los clientes. Los bancos otorgan créditos a los empresarios con recursos propios y cuando ellos incumplen con sus obligaciones, se hace efectiva la garantía. El FNG cubre el porcentaje de la pérdida que había garantizado y el cliente debe responderle al Fondo.
“Teniendo en cuenta que esta reglamentación se expidió el miércoles de la semana pasada y que las entidades se encuentran en procesos de aprobación y desembolso, el volumen de otorgamientos aumentará durante los próximos días”, añadió el gremio.De acuerdo con la Superintendencia Financiera, al 22 de abril se reservaron $3,94 billones (de un cupo de $10 billones) asociados a 46.794 solicitudes de crédito en las diferentes líneas de garantías. Las entidades financieras afirman haber desembolsado cerca de $17.000 millones.
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Aunque los bancos y el Gobierno aseguran que estos créditos otorgarán más liquidez a los empresarios, no se tiene certeza de cuántos negocios podrán sobrevivir a esta coyuntura mediante préstamos o si serán aceptados por los bancos para acceder a dichas ayudas. Hechopreocupante si se tiene en cuenta que en Colombia hay 1’634.849 empresas registradas, de las cuales 117.601 son pymes.
Dado que los recursos de las líneas de Bancóldex se están agotando, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo espera que los apoyos por medio del FNG ayuden a cubrir las necesidades de más micro, pequeñas y medianas empresas; sin embargo, no descarta que en el futuro será necesario lanzar más apoyos para este sector.
“Enfrentar el impacto de esta pandemia es un caso atípico para el país y no hay un libro de texto. La caja de herramientas está abierta, lo que nos va a permitir usar la herramienta adecuada para responder a la crisis”, puntualizó el ministro de Comercio, José Manuel Restrepo.
*Nombres cambiados por petición de las fuentes.
“Hacer empresa nunca ha sido un tema fácil. Aquí o en cualquier lado. Eso se lo dice cualquiera. Siempre es de sobrevivir, pero ahora no es supervivencia. Esto es puro desespero. Usted construyó algo y es lo que el viento de la pandemia se llevó. Hay que reír un poco porque hemos llorado mucho”, cuenta Juan Camilo Osorio*, un empresario bogotano dueño de una compañía de alimentación y catering con siete empleados que hoy sabe que mayo es la fecha marcada en el calendario para despedirse de su actividad laboral.
Lo que Osorio transmite, mediante una voz nerviosa y un diálogo atropellado, es un panorama común para pequeños y medianos empresarios en todo el país que quedaron atrapados bajo uno de los nuevos escenarios que plantea la pandemia: quebrar o endeudarse; o endeudarse para prolongar la quiebra, incluso.
Ante esta situación, el Gobierno viene ofreciendo desde marzo un paquete de ayudas para el sector, entre ellas, unas líneas de redescuento con Bancóldex, que son irrigadas a través de intermediarios financieros. Las líneas de redescuento son soluciones de crédito en las que un banco de segundo piso (como Finagro o Bancóldex) presta recursos a los intermediarios financieros para que ellos, a su vez, otorguen créditos al público a una tasa de interés que se negocia según el grado de riesgo del cliente.
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La primera línea de Bancóldex, Colombia Responde, se lanzó a mediados de marzo para ofrecer recursos a los sectores productivos más afectados en ese entonces: aviación, turismo, espectáculos públicos y cadena de proveedores. Se abrió con un cupo de $250.000 millones, de los cuales $175.000 millones son exclusivamente para pequeñas y medianas empresas (pymes) y $75.000 millones para grandes empresas.
La segunda línea, Colombia Responde Para Todos, salió el 4 de abril y tenía un cupo de $350.000 millones para el sector empresarial en general (sin contar a los sectores de la primera línea ni al agro). Del total de recursos, $175.000 millones son para pymes, $100.000 millones para microempresas y $75.000 millones para las grandes.
A estas se suman otras ayudas del Gobierno, incluida la capitalización que anunció por 3,25 billones al Fondo Nacional de Garantías (FNG), para que dicha entidad pueda aumentar su capacidad de emitir garantías que respalden nuevos créditos, y una línea de Finagro llamada Colombia Agro Produce, que ofrece un subsidio de tasa de interés a los clientes del sector agropecuario. Esta se creó con un cupo de subsidio a la tasa hasta por $50.000 millones, que son cubiertos por el Ministerio de Agricultura (ver gráfico).
El drama de los microempresarios
Pese a los anuncios del Gobierno, en las últimas semanas ha crecido el malestar porque muchos sectores dicen no haber podido acceder a estos recursos. De hecho, el gremio que agrupa a las micro, pequeñas y medianas empresas (Acopi) alega que la banca ha incrementado el grado de perfilación de riesgo de las empresas y que sólo reestructura créditos en vez de entregar unos nuevos, al tiempo que prioriza a sus clientes y dilata los tiempos de respuesta. Además, a algunos solicitantes consultados por este diario les dijeron que el banco ya no tenía recursos de Bancóldex, pese a que la página de la entidad todavía indica que las líneas siguen disponibles.Es el caso de Carlos Rojas*, un empresario de Cali que desde el anuncio de las líneas de Bancóldex navegó en la página web de la entidad porque, asegura, “comunicarse por teléfono fue imposible”. Rojas aplicó para la línea de Colombia Responde con el objetivo de poder pagar la nómina de sus 10 empleados, arriendos e impuestos, pues dependía de ingresos diarios antes de la contingencia.
“La gerente del banco Davivienda me pidió unos papeles, el contador se demoró casi dos días reuniendo los estados financieros y movimientos bancarios de tres años. Me respondió por correo que había recibido los papeles, pero que el Gobierno todavía no había reglamentado los créditos de Bancóldex. Quedamos en las mismas”, se lamentó.
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Algo similar le ocurrió a Sergio Romero*, empresario de Barranquilla, cuya empresa, que pertenece al sector de la construcción, emplea a 13 personas. El banco Davivienda le pidió balances, estados financieros y declaración de renta. En la página de Bancóldex decía que en la línea Barranquilla Responde, lanzada especialmente para la ciudad, sí había presupuesto, pero la entidad bancaria le dijo que no había y le ofreció un crédito tradicional. Pérez decidió pasar por correo los papeles al Banco Agrario para intentar conseguir un crédito, pues sólo pudo pagar tres quincenas a sus empleados, y le respondieron que debía presentarse presencialmente, pero que los recursos ya se habían agotado.
“Hice otro intento por Bancolombia. Mandé los papeles y me llega un correo a las cuatro horas diciendo que Bancolombia no tenía ningún tipo de crédito con Bancóldex, que los recursos ya estaban agotados y que me colaborarían para pedir un crédito normal. Me aburrí y no seguí insistiendo”, dijo el empresario barranquillero.
Este diario consultó a Davivienda, que aseguró que el lanzamiento de las líneas de Bancóldex no coincidió con el anuncio de las mismas por parte del Gobierno. “Lo anterior implicó que algunos clientes preguntaran por las líneas en el banco sin que hubiera salido la reglamentación oficial”.
La entidad también aseguró que “ofrece las líneas de redescuento de Bancóldex, sujeto a la disponibilidad de recursos prevista para cada una. En el caso de Bogotá, Cali y Barranquilla, los recursos para pequeña y mediana empresa se agotaron”.
La Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica (Acodrés) también señaló que el acceso a los créditos ha sido mínimo para su sector, pues los bancos los evalúan como clientes de alto riesgo. “Es lógico, porque el alto riesgo está en la caja y hace que seamos vulnerables a una quiebra. Entre los afiliados de Acodrés, solo tengo el caso de una empresa a la que le prestaron. El 90 % lo prestó el banco para compra de cartera anticipada. No se cumplió el propósito que necesitan las empresas para subsistir, que es liquidez”, dijo Henrique Gómez, presidente del gremio.
Las respuestas del sector financiero
Las entidades financieras, Bancóldex y el Ministerio de Comercio han reconocido que, debido a la gran demanda de recursos, los dineros para las pymes se entregaron en cuestión de días y están a punto de agotarse. Esto explicaría que varias entidades hayan dejado de ofrecerlos a algunos solicitantes. Además, niegan que se privilegie a las grandes empresas sobre las más pequeñas, pues cada línea tiene un monto específico o subcupo para cada tamaño.Davivienda, por ejemplo, asegura que ha desembolsado 229 créditos de Colombia Responde y Colombia Responde para Todos por $174.000 millones. “Esto corresponde al 30 % de los recursos dispuestos por Bancóldex en estas líneas”. De acuerdo con la entidad, los créditos se repartieron de la siguiente manera: 138 para pymes con un promedio de $300 millones; 63 a empresarios con crédito promedio de $780 millones, y 28 a empresas corporativas con aproximadamente $3.000 millones.
Por su parte, Javier Díaz Fajardo, presidente de Bancóldex, explicó que de la línea Colombia Responde ya se colocaron cerca de $72.000 millones para la gran empresa (de un subcupo de $75.000 millones) y $125.000 para pymes (de un cupo de $175.000 millones).
“Los créditos se han colocado muy bien, respetando todos los límites, y en máximo dos semanas se acabará de colocar esa línea y se cerrará. Se agotaron los recursos en cuatro semanas. Ojalá hubiera más”, dice Díaz.
Lea también: Esto apenas comienza: opciones para enfrentar la debacle del COVID-19
También mencionó que los límites de la línea están definidos y que Bancóldex no tiene injerencia sobre a quién se le presta y a quién no. “Eso es labor de los bancos”. En cuanto a la línea Colombia Responde para Todos, aseguró que entre desembolsos y recursos por colocar van unos $300.000 millones; es decir, sólo quedan $50.000 millones por otorgar.
Por su parte, Asobancaria, gremio del sector financiero, explicó que los subcupos de las líneas de crédito (para pymes o grandes empresas, por ejemplo) se van cerrando en la medida que los recursos se agotan.
Asegura que, del monto de créditos que se han otorgado a través de las líneas Colombia Responde y Colombia Responde para Todos, el 91 % se colocó en créditos para capital de trabajo (por ejemplo, compra de materias primas o gastos operativos) y cerca del 9 % se destinó a sustitución de pasivos (compra de obligaciones en otras entidades) o leasing operativo.
Asobancaria y Bancóldex confirmaron que se analiza la posibilidad de ampliar el cupo de varios intermediarios financieros que ya lo han utilizado en su totalidad. Además, Díaz aseguró que diseñarán más líneas regionales de Bancóldex que permitirán movilizar entre $500.000 y $600.000 millones adicionales.
Principales ayudas del FNG
Asobancaria también se refirió al programa “Unidos por Colombia”, que se anunció a principios de abril, y en el que el Gobierno se comprometió a otorgar garantías especiales del 90 % en los créditos para el pago de nóminas, 80 % para capital de trabajo y 80 % para créditos a profesionales o trabajadores independientes por medio del FNG.Esto no implica que el Fondo debe desembolsar recursos hacia las entidades bancarias, sino que los bancos disponen de garantías para respaldarlos y facilitar su aprobación. Viene a ser una especie de fiador de los clientes. Los bancos otorgan créditos a los empresarios con recursos propios y cuando ellos incumplen con sus obligaciones, se hace efectiva la garantía. El FNG cubre el porcentaje de la pérdida que había garantizado y el cliente debe responderle al Fondo.
“Teniendo en cuenta que esta reglamentación se expidió el miércoles de la semana pasada y que las entidades se encuentran en procesos de aprobación y desembolso, el volumen de otorgamientos aumentará durante los próximos días”, añadió el gremio.De acuerdo con la Superintendencia Financiera, al 22 de abril se reservaron $3,94 billones (de un cupo de $10 billones) asociados a 46.794 solicitudes de crédito en las diferentes líneas de garantías. Las entidades financieras afirman haber desembolsado cerca de $17.000 millones.
Lea también: Coronavirus: la crisis que siembra en las calles colombianas
Aunque los bancos y el Gobierno aseguran que estos créditos otorgarán más liquidez a los empresarios, no se tiene certeza de cuántos negocios podrán sobrevivir a esta coyuntura mediante préstamos o si serán aceptados por los bancos para acceder a dichas ayudas. Hechopreocupante si se tiene en cuenta que en Colombia hay 1’634.849 empresas registradas, de las cuales 117.601 son pymes.
Dado que los recursos de las líneas de Bancóldex se están agotando, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo espera que los apoyos por medio del FNG ayuden a cubrir las necesidades de más micro, pequeñas y medianas empresas; sin embargo, no descarta que en el futuro será necesario lanzar más apoyos para este sector.
“Enfrentar el impacto de esta pandemia es un caso atípico para el país y no hay un libro de texto. La caja de herramientas está abierta, lo que nos va a permitir usar la herramienta adecuada para responder a la crisis”, puntualizó el ministro de Comercio, José Manuel Restrepo.
*Nombres cambiados por petición de las fuentes.