Gloria Inés Ramírez, ministra de Trabajo, durante la discusión de la reforma laboral en Comisión Séptima de la Cámara.
Foto: El Espectador - José Vargas
Nadie discute con la idea de que Colombia necesita una reforma laboral. Algunas cifras sirven para apoyar este argumento. El desempleo ha galopado los dos dígitos desde los peores días de la pandemia (apenas en junio volvimos al terreno del 9,3 %), mientras que la informalidad sigue estando en más de la mitad de los puestos de trabajo en el país. La brecha de género, aunque se ha reducido, sigue siendo un factor predominante en el país, sin signos de que haya correcciones estructurales ante este fenómeno.