¿Qué hacer ante las deudas impagables?
Vea en qué casos puede renegociar con los bancos y los demás acreedores y cómo acogerse a la Ley de Insolvencia en casos extremos.
Camilo Vega Barbosa / @camilovega0092.
No importa si tiene varias deudas en mora y sus ingresos no dan para pagarlas, hay varias alternativas y recursos legales que pueden ayudarlo a salir de esta difícil situación. Lo primero que debe hacer es un análisis de su actual situación financiera, lo más realista posible, pues sólo así podrá determinar qué tan grave está. Existen opciones aun para los casos más crónicos, pero, de ser posible, es mejor evitar estos recursos, pues pueden dejarlo en una posición realmente incomoda.
En casos no tan graves de sobreendeudamiento se puede recurrir a la compra de cartera, una gran alternativa cuando se tienen varios créditos. Al tener tantas deudas, posiblemente de varias entidades bancarias, es probable que ni siquiera sepa cuánto debe en total y por eso lo mejor es unirlas y hacer un solo pago al mes. Así pagará menos intereses y el pago de los préstamos se hará más simple.
Pero si se encuentra en una situación en la que ya afectó su historial crediticio, lleva más de tres meses sin abonar nada a sus créditos y reconoce que su situación no va a mejorar en los próximos meses, entonces es momento de considerar la renegociación con sus acreedores. Para esto es bueno recurrir a las reparadoras de crédito, entidades que interceden por usted ante los bancos y cobran un comisión respecto a lo que logren reducir de sus deudas.
Las reparadoras de crédito son especialmente buenas para préstamos que no tienen colateral, es decir, algún bien mueble o inmueble con el que pueden quedarse los acreedores en caso de no pago. Por eso estas entidades pueden ser muy útiles para lograr acuerdo de pago y reducciones de deudas de tarjetas de crédito (o crédito de libre inversión).
Al renegociar podrá acomodar y simplificar los pagos a cuotas que se ajustan más a su presupuesto, aunque de todas formas debe hacer un esfuerzo y ajustes en sus gastos mensuales y, por supuesto, evitar caer en más créditos.
El último recurso
Desde 2012 existe la Ley de Insolvencia para personas naturales, la cual les permite renegociar sus deudas con sus acreedores antes de que les embarguen el sueldo o los desalojen de su casa, en el caso de un crédito hipotecario. Se trata de una alternativa que sólo se debe usar como último recurso, pues lo dejará muy restringido económicamente y lo limitará en gran medida del sector financiero, por la mala reputación crediticia, por lo que se debe usar cuando las deudas son impagables.
De acuerdo con Luis Benítez, director de la firma Insolvencia Colombia, se sabe que una deuda es impagable aplicando matemática básica: “Ingresos menos egreso mensuales. Si ese número es negativo, es la primera alerta, ya que definitivamente hay incapacidad de pago. Luego se debe analizar si dicha incapacidad es solamente temporal o de largo plazo, pues sólo en este último caso (largo plazo) se debe recurrir a la Ley de Insolvencia”.
¿Y cómo se define si la incapacidad de pago es temporal o permanente? “Se sabe en gran parte por el perfil de cada persona, por su entorno socioeconómico, laboral y familiar. Es muy diferente el desempleo de un ingeniero de nivel medio al de un directivo de alto nivel”, explica Benítez.
Por esto es necesario que las personas que estén considerando acogerse a Ley de Insolvencia hagan su debido análisis o contraten a un asesor financiero que las ayude, para determinar si la incapacidad de pago se debe a temas estructurales y es probable que sea a largo plazo.
Benítez indica que en los más de 600 casos que ha atendido de personas que se han acogido a la Ley de Insolvencia, el 80 % ha reportado que su situación financiera ha mejorado, el 19 % que siguió igual y un 2 % que empeoró. Asegura que la clave es establecer si la persona realmente necesita esta alternativa, si es realmente el último recurso, pues de lo contrario puede ser peor la cura que la enfermedad.
Así están las cosas: existen alternativas para cada nivel de sobreendeudamiento, para los leves, medios y los más crónicos. Sólo es cuestión de que empiece un proceso de reflexión y análisis para encontrar la alternativa adecuada a cada quien. Y por supuesto, si llega a este punto debe tomar como prioridad adquirir buenos hábitos financieros, tal vez el más importante de los cuales sea acostumbrarse a ahorrar, aunque sea poco. Es el mejor remedio para evitar las deudas impagables.
No importa si tiene varias deudas en mora y sus ingresos no dan para pagarlas, hay varias alternativas y recursos legales que pueden ayudarlo a salir de esta difícil situación. Lo primero que debe hacer es un análisis de su actual situación financiera, lo más realista posible, pues sólo así podrá determinar qué tan grave está. Existen opciones aun para los casos más crónicos, pero, de ser posible, es mejor evitar estos recursos, pues pueden dejarlo en una posición realmente incomoda.
En casos no tan graves de sobreendeudamiento se puede recurrir a la compra de cartera, una gran alternativa cuando se tienen varios créditos. Al tener tantas deudas, posiblemente de varias entidades bancarias, es probable que ni siquiera sepa cuánto debe en total y por eso lo mejor es unirlas y hacer un solo pago al mes. Así pagará menos intereses y el pago de los préstamos se hará más simple.
Pero si se encuentra en una situación en la que ya afectó su historial crediticio, lleva más de tres meses sin abonar nada a sus créditos y reconoce que su situación no va a mejorar en los próximos meses, entonces es momento de considerar la renegociación con sus acreedores. Para esto es bueno recurrir a las reparadoras de crédito, entidades que interceden por usted ante los bancos y cobran un comisión respecto a lo que logren reducir de sus deudas.
Las reparadoras de crédito son especialmente buenas para préstamos que no tienen colateral, es decir, algún bien mueble o inmueble con el que pueden quedarse los acreedores en caso de no pago. Por eso estas entidades pueden ser muy útiles para lograr acuerdo de pago y reducciones de deudas de tarjetas de crédito (o crédito de libre inversión).
Al renegociar podrá acomodar y simplificar los pagos a cuotas que se ajustan más a su presupuesto, aunque de todas formas debe hacer un esfuerzo y ajustes en sus gastos mensuales y, por supuesto, evitar caer en más créditos.
El último recurso
Desde 2012 existe la Ley de Insolvencia para personas naturales, la cual les permite renegociar sus deudas con sus acreedores antes de que les embarguen el sueldo o los desalojen de su casa, en el caso de un crédito hipotecario. Se trata de una alternativa que sólo se debe usar como último recurso, pues lo dejará muy restringido económicamente y lo limitará en gran medida del sector financiero, por la mala reputación crediticia, por lo que se debe usar cuando las deudas son impagables.
De acuerdo con Luis Benítez, director de la firma Insolvencia Colombia, se sabe que una deuda es impagable aplicando matemática básica: “Ingresos menos egreso mensuales. Si ese número es negativo, es la primera alerta, ya que definitivamente hay incapacidad de pago. Luego se debe analizar si dicha incapacidad es solamente temporal o de largo plazo, pues sólo en este último caso (largo plazo) se debe recurrir a la Ley de Insolvencia”.
¿Y cómo se define si la incapacidad de pago es temporal o permanente? “Se sabe en gran parte por el perfil de cada persona, por su entorno socioeconómico, laboral y familiar. Es muy diferente el desempleo de un ingeniero de nivel medio al de un directivo de alto nivel”, explica Benítez.
Por esto es necesario que las personas que estén considerando acogerse a Ley de Insolvencia hagan su debido análisis o contraten a un asesor financiero que las ayude, para determinar si la incapacidad de pago se debe a temas estructurales y es probable que sea a largo plazo.
Benítez indica que en los más de 600 casos que ha atendido de personas que se han acogido a la Ley de Insolvencia, el 80 % ha reportado que su situación financiera ha mejorado, el 19 % que siguió igual y un 2 % que empeoró. Asegura que la clave es establecer si la persona realmente necesita esta alternativa, si es realmente el último recurso, pues de lo contrario puede ser peor la cura que la enfermedad.
Así están las cosas: existen alternativas para cada nivel de sobreendeudamiento, para los leves, medios y los más crónicos. Sólo es cuestión de que empiece un proceso de reflexión y análisis para encontrar la alternativa adecuada a cada quien. Y por supuesto, si llega a este punto debe tomar como prioridad adquirir buenos hábitos financieros, tal vez el más importante de los cuales sea acostumbrarse a ahorrar, aunque sea poco. Es el mejor remedio para evitar las deudas impagables.