¿Qué hay detrás del debate por la disminución del cupo de producción de cannabis para Colombia?
La autoridad que regula la fabricación y distribución de estupefacientes redujo en un 97,3 % la cantidad permitida de sustancias derivadas de la marihuana. Expertos dicen que la decisión no debe preocupar a las empresas del sector.
Redacción Economía.
La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) resolvió a principios de año que el consumo interno de cannabis con fines medicinales e investigación en Colombia no podía superar las 1,2 toneladas, un 97,3 % menos de lo autorizado para el año pasado: 45 toneladas. Sin embargo, noticias recientes revivieron el debate en torno a lo limitado de esta cifra, la gestión del gobierno ante la mencionada autoridad y la afectación a las empresas que se dedican a este negocio en el país.
Le recomendamos: Colombia exporta por primera vez un producto derivado de cannabis
Según analistas consultados, la decisión se ajusta a la realidad del mercado, pues la producción y la demanda de estos productos son recientes y están muy lejos del cupo antes asignado, lo que ubica a Colombia al nivel de Reino Unido (6,7 toneladas) y Estados Unidos (150 kilos), cuando en el pasado se equiparaba más con Canadá (55 toneladas).
“Esto no es nuevo y no tiene ningún efecto real para la industria, los volúmenes de producción no se van a ver afectados”, dijo Rodrigo Arcila, presidente de la Asociación Colombiana de Industrias de Cannabis (Asocolcanna). De hecho, el vocero dio un parte de tranquilidad y aseguró que esta decisión, que se renueva cada año, no tomó por sorpresa a las empresas del sector, que, de hecho, “se han tomado un tiempo de más en hacer investigación y desarrollo en sus etapas de precomercialización”.
De acuerdo con el Ministerio de Salud, la JIFE se basa en el principio de que se debe regular la producción y comercio de drogas psicoactivas con el fin de que se limiten a las cantidades necesarias para fines médicos y científicos para encontrar un equilibrio entre la adecuada disponibilidad y el control de estupefacientes.
Sin embargo, el cannabis no solo se encuentra el tetrahidrocannabinol (THC) sino que también están presentes, entre 104 componentes diferentes, el cannabidiol (CBD) y el cannabinol (CBN), con la diferencia que los dos últimos no tienen efectos psicoactivos.
Según Iván Arias, presidente de Plantmedco, empresa productora de aceite de cannabis medicinal del Eje Cafetero, la JIFE solo regula el cannabis psicoactivo (THC) y no el medicinal (CBD), “que es lo que la mayoría de empresas estamos cultivando, que no entra dentro de la regulación de la Junta y frente a lo que hay innumerables oportunidades en el mercado internacional”.
Esto luego de que La W Radio advirtiera que la disminución del cupo autorizado amenazaría el negocio de cannabis medicinal que se ha dinamizado en el país y que hoy representa una oportunidad para decenas de empresarios entre pequeños y grandes y cientos de productores aliados.
Arias aseguró que esta versión está desinformando y explicó que la reducción se dio porque los productores todavía no están listos para aprovechar ese cupo, pues este año apenas se ha producido un poco más de una tonelada de cannabis medicinal. También dijo que en caso de superarse ese tope se puede pedir un cupo adicional en cualquier momento que se otorga fácil a los países luego de una evaluación. “Pero ello no genera ningún tipo de problema a la industria o a la llegada de inversionistas extranjeros”, señaló.
El gobierno, a través de los ministerios de Salud, Justicia y Relaciones Exteriores, es quien tramita los permisos ante la JIFE en Viena (Austria), donde debe demostrar las condiciones de producción del país. Hasta el momento ninguna de las entidades se ha pronunciado oficialmente respecto a la disminución del cupo o las razones por las cuales no se otorgaron las 47 toneladas solicitadas inicialmente.
La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) resolvió a principios de año que el consumo interno de cannabis con fines medicinales e investigación en Colombia no podía superar las 1,2 toneladas, un 97,3 % menos de lo autorizado para el año pasado: 45 toneladas. Sin embargo, noticias recientes revivieron el debate en torno a lo limitado de esta cifra, la gestión del gobierno ante la mencionada autoridad y la afectación a las empresas que se dedican a este negocio en el país.
Le recomendamos: Colombia exporta por primera vez un producto derivado de cannabis
Según analistas consultados, la decisión se ajusta a la realidad del mercado, pues la producción y la demanda de estos productos son recientes y están muy lejos del cupo antes asignado, lo que ubica a Colombia al nivel de Reino Unido (6,7 toneladas) y Estados Unidos (150 kilos), cuando en el pasado se equiparaba más con Canadá (55 toneladas).
“Esto no es nuevo y no tiene ningún efecto real para la industria, los volúmenes de producción no se van a ver afectados”, dijo Rodrigo Arcila, presidente de la Asociación Colombiana de Industrias de Cannabis (Asocolcanna). De hecho, el vocero dio un parte de tranquilidad y aseguró que esta decisión, que se renueva cada año, no tomó por sorpresa a las empresas del sector, que, de hecho, “se han tomado un tiempo de más en hacer investigación y desarrollo en sus etapas de precomercialización”.
De acuerdo con el Ministerio de Salud, la JIFE se basa en el principio de que se debe regular la producción y comercio de drogas psicoactivas con el fin de que se limiten a las cantidades necesarias para fines médicos y científicos para encontrar un equilibrio entre la adecuada disponibilidad y el control de estupefacientes.
Sin embargo, el cannabis no solo se encuentra el tetrahidrocannabinol (THC) sino que también están presentes, entre 104 componentes diferentes, el cannabidiol (CBD) y el cannabinol (CBN), con la diferencia que los dos últimos no tienen efectos psicoactivos.
Según Iván Arias, presidente de Plantmedco, empresa productora de aceite de cannabis medicinal del Eje Cafetero, la JIFE solo regula el cannabis psicoactivo (THC) y no el medicinal (CBD), “que es lo que la mayoría de empresas estamos cultivando, que no entra dentro de la regulación de la Junta y frente a lo que hay innumerables oportunidades en el mercado internacional”.
Esto luego de que La W Radio advirtiera que la disminución del cupo autorizado amenazaría el negocio de cannabis medicinal que se ha dinamizado en el país y que hoy representa una oportunidad para decenas de empresarios entre pequeños y grandes y cientos de productores aliados.
Arias aseguró que esta versión está desinformando y explicó que la reducción se dio porque los productores todavía no están listos para aprovechar ese cupo, pues este año apenas se ha producido un poco más de una tonelada de cannabis medicinal. También dijo que en caso de superarse ese tope se puede pedir un cupo adicional en cualquier momento que se otorga fácil a los países luego de una evaluación. “Pero ello no genera ningún tipo de problema a la industria o a la llegada de inversionistas extranjeros”, señaló.
El gobierno, a través de los ministerios de Salud, Justicia y Relaciones Exteriores, es quien tramita los permisos ante la JIFE en Viena (Austria), donde debe demostrar las condiciones de producción del país. Hasta el momento ninguna de las entidades se ha pronunciado oficialmente respecto a la disminución del cupo o las razones por las cuales no se otorgaron las 47 toneladas solicitadas inicialmente.