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Cuando se firma un contrato de arrendamiento, tanto comercial como de vivienda urbana, puede surgir una situación inesperada: el fallecimiento de una de las partes. Esto genera dudas sobre la vigencia del acuerdo y las responsabilidades de los sobrevivientes o herederos. Es crucial entender que, a menos que esté explícitamente estipulado en el contrato, la muerte no es motivo para finalizar el arrendamiento según la legislación vigente.
Si el propietario del inmueble fallece, el contrato de arrendamiento sigue vigente bajo los mismos términos. Los herederos del arrendador asumen sus derechos y obligaciones. En caso de desacuerdo entre los herederos sobre quién debe recibir el pago del arriendo, el arrendatario puede consignar el valor en el Banco Agrario hasta que se aclare la situación sucesoral.
Si los herederos deciden vender el inmueble, el nuevo propietario debe respetar las condiciones contractuales existentes. El arrendatario mantiene su derecho a habitar el inmueble hasta el vencimiento del contrato o su finalización por otros motivos legales.
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🏠¿Qué pasa si fallece el arrendatario del inmueble?
En caso de fallecimiento del arrendatario, los herederos deben cumplir con las obligaciones del contrato, incluyendo el pago del arriendo. Pueden usar el inmueble según los términos acordados o, de común acuerdo con el arrendador, finalizar el contrato conforme a las causales establecidas en el acuerdo o la ley.
Si los herederos rechazan la herencia o no existe herencia, se configura un incumplimiento que permite al arrendador iniciar un proceso judicial para terminar el contrato y recuperar el inmueble, además de reclamar indemnizaciones por daños o perjuicios.
La Ley 820 de 2003, que regula el arrendamiento de vivienda urbana, no incluye el fallecimiento como causal para la terminación del contrato. Tampoco el Código Civil o el Código de Comercio contemplan esta circunstancia como motivo suficiente para finalizar un contrato de arrendamiento. Por lo tanto, las obligaciones derivadas del contrato continúan vigentes y deben ser cumplidas por los herederos.
Aunque la ley no contempla el fallecimiento como causa directa para la terminación del contrato, las partes pueden llegar a un acuerdo para concluirlo. Este acuerdo puede incluir la entrega del inmueble o la modificación de las condiciones previamente establecidas, evitando conflictos judiciales. Es recomendable documentar y respetar cualquier acuerdo alcanzado.
Si los herederos del arrendatario no cumplen con el pago de las obligaciones o no desean continuar con el contrato, el arrendador puede iniciar un proceso civil para finalizar el arrendamiento por incumplimiento y solicitar las indemnizaciones correspondientes.
Aunque no es común incluir disposiciones sobre la muerte de las partes en los contratos de arrendamiento, es recomendable añadir cláusulas que regulen esta situación. Esto evitaría futuros conflictos o malentendidos sobre las obligaciones contractuales.
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