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La agenda económica es uno de los ejes fundamentales en la discusión de las campañas presidenciales. Temas como la reforma tributaria, la pensional y los retos y transformaciones del sector minero-energético están en el centro del debate y han sido ampliamente comentados y discutidos.
Sin embargo, hay varios puntos de gran relevancia en la economía global que también tienen una incidencia fuerte en el país. Destacamos dos: desigualdad en la distribución y cambio climático. ¿Qué dicen los candidatos sobre estos dos asuntos?
Desigualdad en la distribución e impuestos
Para comenzar el análisis de este tema es necesario recordar que uno de los puntos centrales en la discusión de las ciencias económicas, tanto en la academia como fuera de ella, tiene que ver con la desigualdad. En la última década, autores como Joseph Stiglitz y Thomas Piketty han dado el debate acerca de los riesgos que los altos niveles de concentración del ingreso y la riqueza tienen para la economía y la democracia.
Para el caso de Colombia, si bien el coeficiente Gini (uno de los indicadores líderes en este tema) ha tenido una leve disminución, sigue estando entre los mas altos del planeta, y en los datos disponibles en la base WID.world de Piketty el top 1 % de las personas más adineradas en el país acaparaban cerca del 20 % del ingreso para 2010. El dato puede haber disminuido levemente por la desaceleración, pero sin duda se mantiene en niveles escandalosos.
En un ambiente tan polarizado hay que aclarar que hablar de mayores índices de igualdad en la distribución nada tiene que ver con la igualdad total, el castrochavismo o la planificación estatal, sino más bien con una distribución aceptable del ingreso y la riqueza, que genere mayores niveles de consumo, inversión y estabilidad democrática.
Al analizar los diferentes programas de los candidatos, en algunos de ellos se encuentran políticas tributarias favorables hacia las mejoras de distribución y en otros mas bien políticas de corte regresivo, muy complacientes con los grandes capitales y que poco aportan a este tema tan vital.
En el caso de Humberto de la Calle, reconoce explícitamente en su programa el preocupante lugar de Colombia en la lista de los países más desiguales y desde las primeras páginas aboga de forma clara por un sistema tributario más progresivo para construir una sociedad en la que todos tengan las mismas oportunidades y propone gravar rentas pasivas de capital que no produzcan valor agregado, como los rendimientos financieros y utilidades en negociaciones de menos del 10 % de las acciones de la bolsa de valores.
En el caso de Sergio Fajardo, en el título de su programa involucra el tema de la desigualdad con un encabezado atractivo: “Desarrollo económico para enfrentar las desigualdades y abrir las puertas a las oportunidades”. Al igual que De la Calle, Fajardo plantea la importancia de la progresividad tributaria, pero con mayor timidez, pues no se refiere a capitales pasivos, sino sólo a personas de altos ingresos sin propuestas o compromisos más concretos. Al igual que en el resto de su programa, insiste en bajar los niveles de corrupción y apunta a esta estrategia como una forma de mejorar las desigualdades.
Gustavo Petro, al igual que los dos candidatos anteriores reconoce la importancia de la tributación progresiva y plantea una reforma tributaria para la equidad. Este es un punto interesante, pues se avanza no sólo en una visión de la reforma como mecanismo para tapar huecos fiscales, como lo que se ha hecho hasta ahora, sino que se le da el carácter redistributivo ampliamente reconocido en la literatura académica. Como propuestas concretas plantea incremento de ingresos fiscales en las ciudades con impuestos prediales progresivos, que se dirijan a combatir la segregación socioespacial, y mayor tributación a lotes de engorde. Los impuestos a los grandes capitales es otra de las propuestas claves de Petro, que menciona en debates y plazas públicas. No obstante, permanece como una idea que necesita más realismo y desarrollo en su programa.
Para el caso de Germán Vargas Lleras, las palabras igualdad o desigualdad no aparecen en su propuesta de política económica y tributaria. Tampoco se encuentra la dimensión de la progresividad en su programa. La reforma tributaria que propone es muy poco progresiva y es mucho más complaciente con capitales financieros, proponiendo un desgravamen total para las inversiones de portafolio realizadas por extranjeros en Colombia que no tengan domicilios en el país. Por otro lado plantea la eliminación de la categoría de bienes y servicios excluidos del IVA y no plantea ninguna modificación al mismo, como el retorno del IVA al 16 % (que sí hacen De la Calle y Petro). La reforma tributaria de Vargas Lleras claramente seguirá en el camino de tapar huecos fiscales sin ninguna noción de progresividad y los debates distributivos son completamente olvidados en su programa.
Finalmente, el programa de Iván Duque tampoco hace referencia explícita a la igualdad/desigualdad y más bien menciona la equidad de forma general. Al respecto, Duque propone, sin muchos detalles, un ambiente de equidad para reducir brechas entre empleos, acceso a educación e ingreso entre hombres y mujeres, pero sin hacer referencia explícita a la progresividad tributaria, que es una condición fundamental para mejorar la desigualdad en la distribución del ingreso y la riqueza e incluso cumplir sus propuestas sobre las brechas. De hecho, en ninguna de las 162 propuestas de Duque se hace alusión a reformas tributarias progresivas y más bien, de forma general, se mencionan simplificaciones al sistema tributario con tarifas competitivas, mínimas distorsiones y más gabelas tributarias. Esto se evidencia en la propuesta de entregar 10 años de incentivos a inversiones productivas que generen empleos y de calidad. En la misma línea de Vargas Lleras, la propuesta de Duque tiene menos compromiso con las mejoras distributivas para uno de los países mas desiguales de la región.
Este análisis permite ver las tendencias de los candidatos en dos bloques: el primero alineado con una preocupación por la progresividad y la lucha contra niveles preocupantes de desigualdad y otro que pone el debate distributivo en un segundo renglón y tiene un enfoque de las reformas tributarias para privilegiar el crecimiento económico con menor distribución.
Cambio climático
El cambio climático es un tema que dejó de ser secundario y se ha tomado el centro de la discusión en el interior de las grandes corporaciones y gobiernos. La temperatura promedio de la Tierra ha aumentado en los últimos 50 años cerca de un grado centígrado y la emisión de gases de efecto invernadero ha aumentado cerca de 80 %, según datos del Foro Económico Mundial. Para el caso de Colombia, las recientes alertas de niveles peligrosos de contaminación en ciudades como Bogotá y Medellín son un campanazo de alerta en el campo ambiental.
Algunos candidatos desarrollan ampliamente el tema en sus programas. Para otros sigue siendo un asunto secundario, aunque todos reconocen, en diferentes medidas, que es un punto importante.
En el caso de Petro, los desafíos del cambio climático y sus propuestas alrededor del agua son recurrentes en su programa y parten de enumerar temas importantes, como la inversión en conservación de bosques, tecnologías de producción agrícola y pecuaria con menores emisiones de gases de efecto invernadero y transición a sistemas de transporte no basados en energías fósiles o energías no renovables. Petro propone una noción de justicia climática para restablecer desequilibrios sociales y económicos y, adicionalmente, en la línea de países desarrollados, propone abandonar la idea de que “el que contamina paga” por un concepto de invertir e innovar para no contaminar. Estos planteamientos son interesantes, pero no se explican ni se articulan de forma clara con sus planes de reindustrialización del país en sectores como el metalúrgico o el textil.
Por el lado de Iván Duque, su propuesta de mitigación del cambio climático se asocia a mejor gestión de residuos, reducción de huella de carbono con compromisos individuales y promoción de transporte con energías limpias y alternativas, haciendo explícitamente referencia a las bicicletas. La idea de Duque de mitigación del cambio climático no ataca de manera frontal el desarrollo minero-energético, sino más bien acude al concepto de “desarrollo minero con altos estándares de responsabilidad”. Esto es realista a corto plazo, pero la mitigación del cambió climático requiere de posturas mas innovadoras que permitan salir de la dependencia de las energías fósiles a largo plazo.
Para Sergio Fajardo, la mitigación del cambio climático se articula en una de sus ideas rectoras: “compromiso con la biodiversidad” y los recursos naturales. Al igual que Petro, le da un gran peso a la defensa del agua como principio rector. Como propuesta innovadora piensa un enfoque de género en los programas de adaptación ambiental y el fomento de energías limpias como la eólica, la solar y la que parte de los residuos sólidos de las grandes ciudades para reemplazar las fuentes más contaminantes y con peores consecuencias en términos ambientales.
Curiosamente, Fajardo no presenta una posición completamente radical ante la exploración petrolera por fracking, sino que propone instaurar una moratoria en la explotación de dichos yacimientos no convencionales. Por el apoyo del Partido Verde a este candidato, en un marco de coherencia política, este tema debería ser igual de central en su discurso que la lucha contra la corrupción y el énfasis en la educación.
En el programa de Humberto de la Calle también se reconocen de manera importante los riesgos asociados al cambio climático. De la Calle propone que todos los colombianos tengan conciencia de la importancia del agua como derecho fundamental, y para mitigar el cambio climático propone motivar a los colombianos a que comprendan la importancia de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para dar un giro hacia el uso de energías renovables. La política de medio ambiente en su programa tiene un desarrollo muy juicioso en el tema.
Finalmente, por el lado de Germán Vargas Lleras, en la sección de propuestas disponibles en su página web ninguna hace alusión directa a la conservación ambiental o el cambio climático. En la propuesta sobre política pública para agricultura tampoco se encuentran alusiones directas a estos temas o a la conservación del agua como eje rector de la política. Únicamente dentro del documento de política minero-energética se hace referencia a que el cambio climático es una realidad incontrovertible y se reconoce la vulnerabilidad de Colombia ante este fenómeno. Sin embargo pone una piedra en el zapato, pues argumenta que sólo mantendrá y profundizará “hasta donde sea posible” los compromisos internacionales del COP 21. La insistencia por parte de Vargas Lleras en el sector minero-energético, si bien es realista a corto plazo, hace que en este programa el cambio climático, a pesar de reconocerse, sea menos central que en el resto de los candidatos.
Así entonces, bajo estos argumentos es importante reconocer que un tema como el cambio climático es hoy relevante en los programas de casi todos los candidatos, pero por otro lado las propuestas para mejorar la desigualdad y la tributación progresiva necesitan un mayor debate, centralidad y realismo, pues hay que insistir en la triste posición en la escala de la distribución del ingreso y la riqueza en un país como Colombia.
* Profesor de la Escuela de Economía, Universidad Nacional de Colombia.