¿Qué tan viables son los vehículos eléctricos para el sector del transporte?
Entrevista con Pedro Bastos, gerente del programa TUMI para la implementación de buses eléctricos en América Latina por la red C40 Cities. Hablamos sobre el panorama de la transición energética en el sector del transporte en Colombia.
Isabella Bernal Vega / Especial para El Espectador
¿Cómo hacer una transición energética justa empezando por el transporte público en Colombia?
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¿Cómo hacer una transición energética justa empezando por el transporte público en Colombia?
Lo más importante es saber que no estamos haciendo solamente un cambio de tecnología. Para los buses con tubo de escape, como lo son los buses convencionales, se habla de emisiones de CO2, pero en los buses eléctricos hay que pensar en el ecosistema que rodea al vehículo para que las emisiones que estamos evitando en el tubo de escape no sean reemplazadas por otras variables igual o peor de contaminantes. Por ejemplo, es importante que las fuentes de electricidad no provengan de la producción de fuentes “sucias”. Es fundamental revisar los procesos de extracción de las materias primas con las que se fabrican las baterías porque este es un mercado en ascenso que está en proceso de invención. Es importante que las ciudades evalúen a sus proveedores y esto incluye revisar los orígenes de sus materias primas. Los buses eléctricos pueden mejorar muchísimo la calidad de vida en las ciudades, pero hay una cadena productiva detrás que debe ser considerada sobre todo en países donde el mercado de trabajo en el sector del transporte no está cien por ciento formalizado, es mal remunerado e incluso hay trabajo infantil.
Hablar de una transición justa en el sector del transporte no es solo una oportunidad para la mejora de la calidad del aire en las ciudades, sino que es una oportunidad para desarrollar estrategias que permitan una fuerza laboral más diversa que hasta el momento ha sido predominantemente masculina. Un ejemplo de esto aquí en Bogotá es el programa de mujeres conductoras de La Rolita donde ya hay más de 300 mujeres manejando buses eléctricos. (Más: Las mujeres conductoras de los buses eléctricos en Bogotá).
Para el sector del transporte en Colombia ¿Qué tan viable es la transición en términos económicos?
Ya se han hecho muchos estudios sobre el costo total de los buses eléctricos versus los buses convencionales. Se sabe que la adquisición de los buses eléctricos es mucho más alta que la de los buses convencionales, de tres a cuatro veces mayor, pero se sabe también que los costos de manutención a mediano y largo plazo pueden ser drásticamente menores que los convencionales. El problema para las ciudades son los costos iniciales, sobre todo para las ciudades pequeñas. No es lo mismo que una ciudad como Bogotá haga un proceso de transición que lo haga Pasto o Manizales.
Por eso, si lo que se quiere es promover el cambio de tecnología no se pueden poner exigencias inalcanzables en el proceso de licitación. Claro está, que se deben tener en cuenta variables importantes que a mediano y largo plazo nos permitan cumplir con nuestros objetivos, pero en principio, no se pueden poner condiciones estrictas porque la transición energética, como su nombre lo indica, es un proceso de cambio. Teniendo en cuenta que además hoy día las ciudades latinoamericanas enfrentan muchos retos sociales y económicos.
Supongamos que un fabricante de vehículos entra a concursar en una licitación y sus procesos actuales no son tan “limpios” esto no quiere decir que este empresario no quiera hacer las cosas bien, sino que muy seguramente él, al igual que todos, también está aprendiendo a hacerlo diferente a lo que ha hecho por años. Si países como Colombia imponen regulaciones extremadamente exigentes es muy probable que se le cierren las puertas a los empresarios locales porque no están preparados para competir de la misma forma que las multinacionales extranjeras.
Hay quienes creen que los buses eléctricos terminan siendo igual de contaminantes que los buses convencionales. ¿Qué tan cierto es esto?
A la fecha sí, porque hay procesos que necesitan ser cuidados y no lo están siendo. Pero, esto no quiere decir que no haya que cambiar la tecnología. Debemos empezar a cuidar toda la cadena productiva para llegar adonde queremos y esto no se hace de la noche a la mañana. Empezar a cuidar más la extracción de materias primas, las fuentes de energía que alimentan las infraestructuras y hacen la recarga en las baterías, estar atentos a los sistemas de suministro de energía y, sobre todo, al reciclaje de las baterías al final de su vida útil. Si no hacemos esto, con seguridad los buses eléctricos van a terminar siendo más contaminantes que los buses de combustión interna. Siempre se ha creído que la responsabilidad del fabricante llega hasta el momento en que se vende el producto, hoy esto debe cambiar, esa responsabilidad debe extenderse hasta el fin de la vida útil de ese producto. Para ello, los países deben estar atentos en delegar responsabilidades compartidas.
¿Por qué es importante que las ciudades colombianas le apuesten a la renovación de sus flotas con buses eléctricas?
El transporte público es el eje central de nuestras ciudades en expansión. Necesitamos garantizar que las personas puedan acceder al transporte público de manera amable y efectiva, pues es lo que nos permite a todos y a todas desarrollar actividades dentro de la ciudad. La discusión sobre electro movilidad solo tiene sentido si consideramos las mejoras sociales, de nada sirve enfocarnos únicamente en el problema ambiental si se siguen manteniendo las mismas desigualdades sociales en términos de acceso a la ciudad.
Generalmente, las personas de niveles socioeconómicos menores son quienes tienen mayor dificultad para transportarse en la ciudad, son quienes más se demoran en llegar a sus destinos, pasan más horas para llegar a sus trabajos, viven en barrios donde están ubicados los patios de los buses que terminan generando contaminación auditiva y del aire. En algunos casos en Latinoamérica, las zonas periféricas de la ciudad pueden tener buses más viejos porque se diseñan modelos de operación que son financiados por el recaudo de los pasajes, esto quiere decir que las rutas más transitadas son las que reciben más dinero y por tanto tienen más oportunidades de renovar su flota con vehículos nuevos. Las zonas periféricas generalmente pueden no ser tan rentables para los operadores porque recurren largos trayectos sin que haya usuarios pagantes subiendo y bajando con frecuencia, al contrario de rutas por zonas urbanas densas. La electromovilidad propone un cambio de sistema y no sólo de tecnología porque le apunta a la oportunidad de cambiar los mecanismos de remuneración para un sistema con mejor redistribución de privilegios.
El actual gobierno de Colombia plantea un camino hacia la transición energética que muchos perciben como acelerado ¿Qué opina de esto?
La transición energética es un plan global, no solo de Colombia. Hay países que quieren que el cambio tecnológico se dé rápidamente y esta es una intención entusiasta, pero en algunos casos también de interés político por ser un cambio de imagen que resulta atractiva porque promueva la inversión extranjera. Hay ciudades que están aparentemente comprometidas con el cambio tecnológico, pero que deben cuidar que el marketing urbano que van a disfrutar también esté alineado con políticas de bienestar social para el transporte. Así, que hay de todo. Pensar en una transición justa es pensar en que esta sea acorde son los tiempos que imponen los retos locales pero sin perder de vista la urgencia del momento.