Reforma pensional: el Fondo de Garantía de Pensión Mínima queda en el limbo

En medio la discusión sobre la reforma pensional, que se radicó ante el Congreso el 22 de marzo, se han puesto sobre la mesa los problemas de sostenibilidad que tiene el sistema actual. Si bien usualmente se habla del Régimen de Prima Media, administrado por Colpensiones, expertos señalan que también hay temas a considerar en el Régimen de Ahorro Individual con Solidaridad, que está a cargo de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP).

En medio la discusión sobre la reforma pensional, que se radicó ante el Congreso el 22 de marzo, se han puesto sobre la mesa los problemas de sostenibilidad que tiene el sistema actual. Si bien usualmente se habla del Régimen de Prima Media, administrado por Colpensiones, expertos señalan que también hay temas a considerar en el Régimen de Ahorro Individual con Solidaridad, que está a cargo de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP).

Flor Esther Salazar, doctora en Ciencias Económicas y profesora de la Universidad Nacional, explica que, aunque se creía que el esquema privado no generaba pasivo pensional, sí lo hace por medio del Fondo de Garantía de Pensión Mínima (FGPM). Hablar de este tema es importante no solo por las implicaciones futuras si las reglas de juego se mantienen tal como están, sino también porque la reforma no lo menciona.

Este fondo es la parte solidaria del sistema que administran las AFP. Básicamente, se creó para poder cubrir las pensiones de quienes no tienen el capital suficiente para pensionarse, pero sí cuentan con al menos 1.150 semanas. Este fondo autónomo se alimenta de un aporte del 1,5 % de todos los afiliados a ese régimen y actualmente tiene más de $30 billones.

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Hoy los recursos son más que suficientes para cumplir con las obligaciones. Lo que preocupa es qué pasará en el futuro. En 2013, el Ministerio de Hacienda dijo que bajo distintos escenarios los recursos del fondo se agotarían antes de 2050. Con una rentabilidad real del 4 % y con los requisitos tal como están, el dinero se acabaría antes de 2045. Sin embargo, los cálculos de Asofondos, indican que los recursos en realidad durarían hasta 2065 e investigadores de la Universidad de los Andes estiman que hasta 2066.

Lo cierto, por ahora, es que ese dinero se acabará en algún momento, ya sea en 20 o en 40 años. Algunos expertos dicen que podría ser en menos tiempo. Andrés Felipe Izquierdo, gerente general de Integral Soluciones Pensionales (ISP), afirma que, según cálculos de la OCDE, los fondos privados en Colombia tienen una rentabilidad real promedio del 3,4 %; es decir, el escenario que plantea Hacienda para que los recursos duren hasta 2045 no se estaría cumpliendo. De hecho, en su concepto, las cifras de esa organización están dejando por fuera otras variables, por eso estima que los recursos se podrían agotar antes.

Además, el experto agrega que en el análisis hay que considerar que cada vez las AFP dependerán más de este fondo para pensionar a sus afiliados. Asofondos dijo a este diario que no tiene el cálculo actual de cuál sería el pasivo cuando los recursos se agoten.

Izquierdo afirma que en 2021 el gremio (en respuesta a un derecho de petición que conoció directamente Integral Soluciones Pensionales y radicó la UTL de una congresista) dijo que en 2045 el 87 % de las pensiones que reconoce el régimen privado dependerán en alguna medida del fondo. “Asofondos informó que el cálculo actuarial de los pensionados a cargo del FGPM en ese año ascenderá a $452 billones”. Cuando los recursos se agoten, el Estado tendrá que responder por esas pensiones. La pregunta es cómo lo hará.

Frente a la inquietud de si el fondo hace insostenible el régimen de ahorro, Daniel Wills, vicepresidente técnico de Asofondos, recordó que en Colombia la Constitución establece que la pensión no puede ser de menos de un salario mínimo; por lo tanto, se debe completar lo que no se autofinancia con el ahorro. “Sin importar el tipo de sistema, esa contingencia existe y se tiene que financiar de una u otra manera. No es correcto decir que eso hace insostenible el sistema de ahorro, sino que es un costo que la sociedad colombiana decidió asumir por medio de la Constitución”.

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El limbo

Mauricio Olivera, vicerrector administrativo y financiero de la Universidad de los Andes y expresidente de Colpensiones, explica que con la reforma pensional dejará de operar el Fondo de Garantía de Pensión Mínima porque ahora las pensiones de entre uno y tres salarios mínimos las pagará Colpensiones.

Si la reforma se aprueba como está actualmente, se acaban los aportes del 1,5 % que hoy hacen todos los afiliados a las AFP. En cambio, quienes ganan de cuatro salarios mínimos en adelante harán un aporte del 2 % extra al Fondo de Solidaridad Pensional (que ya existe y hoy financia Colombia Mayor). Ese dinero se destinaría al pago del pilar solidario. Para Olivera, esto implica más solidaridad porque los recursos van a quienes más los necesitan.

Wills también asegura que con la reforma el fondo seguiría respaldando las pensiones que ya se reconocieron y se iría marchitando.

Pero lo preocupante, según Izquierdo, es que el documento no es claro; así que dejaría el FPGM en el limbo. “Tal como está, hay vacíos legales. Si hay reforma, no es claro quién administrará esos recursos ni cómo se van a pagar las pensiones reconocidas hasta la fecha. Tampoco hasta qué punto se respetará la expectativa legítima de quienes iban a pensionarse con 1.150 semanas por medio del fondo, teniendo en cuenta que ahora para todos el requisito serán 1.300 semanas. Puede haber incluso un problema de constitucionalidad”.

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Las mismas preguntas tiene Salazar. No es claro si los recursos del fondo alcanzarán para pagar las garantías de pensión mínima que ya se otorgaron y las del régimen de transición. La reforma dice que quienes tengan más de 1.000 semanas cotizadas podrán quedarse en el régimen actual. Tampoco se puede perder de vista que los cálculos que hoy existen y que indican que el fondo tendría recursos durante, por lo menos, 20 años contemplan que seguirá recibiendo aportes de los afiliados durante todo este tiempo, pero con la reforma pensional ya no sería así. La aclaración de quién lo administrará también es clave.

Para la experta, el llamado a Minhacienda es que aclare las cuentas para saber si el dinero de este fondo alcanza o no. “¿Cuáles son los costos de la transición? ¿El fondo tiene recursos suficientes para soportar garantías otorgadas hasta el momento y las que se generarán en la transición? ¿Realmente la reforma implica mejoras en términos fiscales? Para saber eso, entre otras cosas, es necesario conocer las cifras”.

Ahora bien, los cálculos de Óscar Becerra, profesor de la Facultad de Economía de la U. de los Andes, indican que si se aprueba la reforma, asumiendo que los recursos solo se usarán para pagar las garantías ya otorgadas y a los cobijados por la transición, el dinero alcanzaría hasta 2042, de ahí en adelante habría déficit, “aunque mucho menor que en un escenario sin reforma”. Eso sí, hay que aclarar que Colpensiones quedará a cargo de garantizar la pensión mínima de aquellos que pasen al nuevo sistema.

El documento que hoy tiene en su poder el Congreso de la República no deja totalmente claro que pasará con el fondo ni cuáles son sus implicaciones fiscales. Como dijo hace unos meses Diana Ojeda, procuradora delegada para Asuntos Laborales, “una sola coma que le falte a la norma” traerá problemas para el país.

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