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Los regímenes benévolos de pensiones en el mundo han puesto a temblar las economías de muchos países, especialmente europeos. En Colombia se requiere una reforma que brinde cobertura y protección, un sistema que permita mayor número de cotizantes y que proteja a la población con derecho a la pensión. Sin embargo, parece ser un tema que los sucesivos gobiernos no quieren asumir con responsabilidad. Actualmente el costo de las pensiones públicas ya está por el orden de los $38 billones, por ello se requiere comenzar a marchitar los onerosos subsidios que favorecen a una mínima población de estratos altos.
Santiago Montenegro, presidente del gremio que agrupa a los fondos privados (Asofondos), advierte que vamos hacia un sistema estatal que solo va a tendner dos trabajadores cotizando para sostener la pensión de un adulto mayor. “Nosotros seguimos insistiendo en que Colombia necesita una reforma pensional. Varias son las razones, pero la de fondo está basada en la transición demográfica, porque ya se precipitó y hace insostenible el régimen de prima media (público)”, dice desde la orilla del sector privado. Privatizar más el sistema es un “camino muy incierto”, dicen analistas del sector y ponen de ejemplo el caso chileno, que actualmente es motivo de serias protestas.
“La reforma necesariamente debe tener como eje la cobertura de afiliación y la cobertura de protección. Un sistema que permita tener mayor número de cotizantes y a la vez un sistema que proteja a la mayoría de la población que llegue a tener derecho a la jubilación”, señaló el catedrático de la Universidad Nacional Óscar Rodríguez.
Montenegro señaló que el hueco fiscal del régimen público de pensiones es de 38 billones de pesos, “esa es una cifra gigantesca”. El dirigente empresarial destaca que “con el costo fiscal de las pensiones públicas se financiarían tres cuartas partes de las 4G (vías de cuarta generación) y se harían tres ampliaciones del Canal de Panamá”. Ese hueco ha estado creciendo y esa es una de las razones para hacer una reforma pensional, reitera el presidente de Asofondos.
El régimen público está lleno de subsidios; de esos 38 billones de pesos, unos 16 billones son subsidios, de los cuales un 65 % se va al quintil (distribución del ingreso de una población) más alto de ingresos, dice Montenegro. “Desde el punto de vista de la demografía, desde la sostenibilidad fiscal y desde la equidad, es imperativo hacer una reforma al régimen público de pensiones”, argumenta.
Sin embargo, la Asociación de Pensionados de Colombia advierte que “hay mucha presión de los fondos privados de pensiones para que la gente no llegue a Colpensiones, sino que lo haga a los fondos”, sostiene John Jairo Díaz, presidente del gremio y miembro de la Comisión de Concertación de Políticas Salariales y Laborales. Recuerda que en 22 años los fondos han pensionado a 60.000 personas y Colpensiones (antiguo ISS) tiene más de 1,6 millones de pensionados.
Cifras de la Superintendencia Financiera indican que de 8,5 millones de cotizantes, cerca de 73 % lo hace en los fondos privados y el restante porcentaje (27 %) en Colpensiones. Las AFP tiene un poco más de 8 % de los pensionados en el país y la empresa estatal cerca de 92 %.
Díaz ha planteado que “si el Gobierno quiere garantizar el sostenimiento del régimen de prima media en el país, se debe establecer que sea obligatoria la afiliación a Colpensiones de quienes ganen hasta 10 salarios mínimos y de ahí para arriba que lo hagan en los fondos privados”. Al sector privado no le llaman mucho la atención los trabajadores con dos salarios mínimos, porque no pueden hacer ahorros voluntarios, dice el dirigente sindical.
Asofondos señala que se debe empezar por recortar los subsidios. “Lo primero que se debe hacer es eliminar los subsidios, que son unos 16 billones de pesos, haciendo que las pensiones en el régimen público sean proporcionales a lo que la gente cotizó durante toda la vida. Eso eliminaría de forma automática los subsidios”, dice Montenegro.
El catedrático de la Universidad Nacional considera que se requiere hacer un nuevo modelo. “En la medida en que los trabajadores estén cotizando a un fondo único para obtener tres o cuatro salarios mínimos de pensión, ese subsidio desaparece y aparece uno de solidaridad de carácter intergeneracional”.