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Con afán, Colombia busca recuperar un punto perdido del crecimiento potencial de la economía para elevarlo al histórico 4,5 %. Para lograrlo, el actual Gobierno se propone trabajar en dos componentes: eficiencia en el gasto público y elevar el ingreso tributario.
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Con este propósito, el nuevo ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, quien llega por segunda vez a esta posición, alista una reforma fiscal que le apunta más duro al bolsillo de la clase media colombiana y gravará más productos de la canasta familiar con IVA.
El proyecto tributario que el Gobierno del presidente Duque llevará al Congreso en este semestre contempla, además, un alivio en la carga tributaria de las empresas. Con esa reforma fiscal se espera obtener unos ingresos de $3 billones anuales, cerca del 0,3 % del PIB.
Carrasquilla anticipó que la columna vertebral de su proyecto fiscal serán la renta y el IVA. En el impuesto de renta hay dos subfamilias: la empresarial y la personal.
De igual manera, reconoció que en la renta corporativa existen varios problemas. “Es un sistema (impositivo) muy agresivo con las empresas formales”, dijo. En Colombia, a la empresa que entra al sector formal, que pone una inversión, inmediatamente se le empieza a gravar, así no tengan un peso de utilidad. Se hace mediante la renta presuntiva, el ICA (Impuesto de Industria y Comercio) y otro tipo de tributos. Una de las posibilidades que se barajan en el proyecto es permitir deducir total o parcialmente ese impuesto.
Acá no es sola la tarifa del 33 %, sino son otros aspectos tributarios que van en detrimento del espíritu empresarial, del emprendimiento y de la formalización, explicó el funcionario. “Vamos a atacar el problema de la renta empresarial en un sentido más amplio que la simple tasa”, dijo Carrasquilla.
Sin embargo, para Mario Valencia, de la Red de Justicia Tributaria, “no existe ninguna evidencia de que disminuir impuestos a las empresas se traduzca en más o mejores empleos. Lo único que está demostrado es que aumentan los beneficios para un pequeño sector empresarial, manteniendo las exenciones tributarias”.
Sobre la renta personal, Carrasquilla indicó que son pocos quienes tributan por este concepto. En su opinión, se necesita tener más de tres veces las personas tributando, con un ingreso promedio que en algunos casos se ha calculado en $2 millones.
El ingreso promedio salarial de los empleados colombianos está entre $2,3 millones y $2,4 millones, en tanto que el ingreso per cápita es cercano a $1,8 millones.
“Las personas que ganan tres veces el ingreso promedio de nuestro país o menos pagan un impuesto de renta personal de cero. Eso no sucede ni siquiera en los países de América Latina, mucho menos en los países más avanzados; la gente empieza a pagar moderadamente a partir de un ingreso promedio”, explicó el funcionario. Y agregó: “La clase media es una parte activa de la financiación de las estructuras redistributivas de la lucha contra la pobreza y no sólo son beneficiarios del Estado”, indicó Carrasquilla. El primer colombiano que paga renta recibe cuatro veces el ingreso promedio: eso hay que reducirlo a una vez o una vez y medio del ingreso promedio, en opinión del ministro.
Para Valencia todo esto significa que “estamos advertidos sobre el golpe que se avecina a la clase media”.
Respecto con el IVA, el ministro Carrasquilla consideró que en el pago de este tributo se encuentran las mayores exenciones del sistema tributario, que pueden ser superiores a los $40 billones. Esta cantidad se origina en un planteamiento según el cual los componentes de cierta parte de la canasta familiar deberían pagar un IVA de cero. “Bajo el argumento de que ciertos componentes de la canasta de consumo no deberían ser materia de gravamen, por su regresividad, ese es un argumento serio”, dijo Carrasquilla. Y explicó que la población más pobre del país no debería estar sujeta al pago de esos impuestos. Lo que se busca es establecer mecanismos claros para hacer la devolución de ese impuesto.
Para Carrasquilla es claro que en Colombia se ha avanzado en establecer un censo de los pobres, lo que facilita “hacer esas transferencias de manera muy eficiente, muy rápida y asegurar que ese componente de regresividad tributaria que tiene el IVA sea revertido por completo”.
Causante de la evasión
El ministro de Hacienda admite que uno de los grandes causantes de la evasión es la complejidad del régimen tributario. Las diferentes maneras de entender el extenso articulado del estatuto tributario contribuyen a “eludir la tributación”. Carrasquilla considera que en la medida en que se aclaren los grandes componentes de la estructura tributaria del país “se va cerrando la puerta” a la evasión. Y resalta que mientras sean más trazables las transacciones que se ejecutan en nuestra economía y puedan identificarlas con elementos como la factura electrónica, “vamos a ser capaces de luchar mejor contra la evasión”.
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De acuerdo con Carrasquilla, las metas del presidente Duque en materia de control a la evasión son del 10 % en su reducción durante el primer año del gobierno y llegar al cuarto con el 50 % de baja. Para alcanzarlas se requiere dotar a la DIAN de instrumentos tecnológicos “más sofisticados”, con personal especializado en estos temas y hacer una unión de esfuerzos con otras entidades del Estado.