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El futuro de la conectividad en Colombia enfrenta una encrucijada. Una propuesta para incrementar la tasa de contraprestación al Fondo Único de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (FUTIC), que deben pagar los proveedores de redes y servicios de telecomunicaciones, ha desatado la alarma en la industria.
La medida, recomendada en el reciente estudio del Ministerio TIC para el periodo 2025-2028, amenaza con convertir al sector en el más gravado fiscalmente de toda América Latina, una situación que podría limitar la inversión y agravar la brecha digital en el país.
Colombia ya enfrenta un panorama fiscal complicado en el sector TIC. Según datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Centro de Estudios de Telecomunicaciones de América Latina (cet.la), la carga fiscal y de contribuciones en el país representa el 12,82 % de las ventas de la industria, mientras el promedio regional se sitúa en 8,07 %.
Si se concreta el aumento de la tasa del FUTIC, Colombia consolidaría su posición como la nación con la mayor carga tributaria en telecomunicaciones en Latinoamérica, desincentivando la inversión extranjera y ralentizando el despliegue de infraestructura clave para tecnologías emergentes como el 5G, IoT y la inteligencia artificial.
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La carga fiscal más alta de la región
A diferencia de otros sectores, la industria TIC no solo paga impuestos generales como el IVA (19%), renta e ICA, sino que soporta gravámenes específicos, como:
- Impuesto al consumo móvil (4 %)
- Contribución al regulador (0,14 %)
- Contraprestaciones sectoriales (1,9 % de los ingresos)
- Impuesto al telégrafo y teléfonos públicos, establecido hace más de un siglo por la Ley 97 de 1913.
- Cobros locales por uso del espacio público, aplicados exclusivamente a telecomunicaciones.
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Esta compleja estructura tributaria impacta directamente las finanzas de las empresas del sector, que deben operar bajo márgenes cada vez más estrechos. Desde 2020, los ingresos promedio por usuario (ARPU) han caído, mientras la inflación y las tasas de interés siguen al alza.
Sin embargo, la industria ha invertido más de US$14.000 millones en los últimos seis años, según la Asociación GSM (GSMA), un esfuerzo que podría verse comprometido con el nuevo aumento de la tasa.
Inversión y conectividad: un delicado equilibrio
Los operadores advierten que un incremento en la contraprestación frenaría la inversión en infraestructura, crucial para conectar a las zonas rurales y mejorar los servicios en áreas urbanas.
Según el Observatorio de Inversión de la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC), la tasa de contraprestación ajustada en 2020 impulsó un crecimiento anual del 20 % en la inversión directa.
“El aumento de la tasa tendría un efecto contrario al deseado”, señala ASIET. “En lugar de fomentar la conectividad, ralentizará los proyectos de expansión, afectando directamente a las comunidades más vulnerables y profundizando la brecha digital”.
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El problema del FUTIC: ¿más recursos o mejor gestión?
Otro punto clave en el debate es la gestión de los recursos del FUTIC. En 2023, el fondo ejecutó el 85,87 % de su presupuesto, pero para julio de 2024 apenas había alcanzado un 16,71 %.
Estas cifras reflejan, según ASIET, una capacidad de ejecución limitada que no se resolverá aumentando los ingresos del fondo.
La asociación propone una reforma estructural al FUTIC para maximizar la eficiencia de los recursos existentes y ampliar la base de contribuyentes a todo el ecosistema digital, en lugar de aumentar la carga sobre los operadores actuales.
El sector TIC desempeña un rol central en la transformación digital del país, desde la implementación de redes 5G hasta el despliegue de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial y el Internet de las cosas. Sin embargo, para que estas innovaciones prosperen, es indispensable contar con un entorno fiscal que incentive la inversión y no la obstaculice.
ASIET subraya que una política fiscal sostenible y eficiente es crucial para garantizar que Colombia no solo mantenga su nivel actual de conectividad, sino que logre expandirlo hacia las comunidades más rezagadas.
La discusión sobre el aumento de la tasa del FUTIC trasciende el ámbito financiero. Se trata de una decisión que puede marcar el rumbo de la conectividad y la inclusión digital en Colombia en los próximos años. Si bien es necesario garantizar los recursos para cerrar la brecha digital, hacerlo mediante un incremento en la carga fiscal podría tener efectos contraproducentes para el desarrollo tecnológico del país.
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