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Este viernes, las centrales obreras que tienen asiento en la mesa de concertación del salario mínimo destaparon la carta con la que esperan jugar en esta negociación. Un 20 % fue lo que propusieron, lo que implicaría un aumento de $200.000. Más otro 20 % del auxilio de transporte, que quedaría en $140.606 (ahora está en $117.172).
Hay que recordar que con esta apuesta las centrales obreras buscan recuperar el poder adquisitivo que han perdido los trabajadores en 2022 pues, en noviembre, la variación anual de la inflación alcanzó el 12,53% que, si se compara con el millón de pesos con el que inició el año el salario mínimo, implica una pérdida de $125.300.
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De momento no se conoce la propuesta de los empresarios, pues en la mesa se acordó que esta se revelaría hasta el próximo lunes, con la esperanza de que ese día se llegue al acuerdo.
No obstante, representantes como Rosmery Quintero, quien es la presidenta de la Asociación Colombiana de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Acopi) dijo a El Espectador que le parecía prudente una cifra del 14 %, entendiendo que un aumento drástico se traduce en un mayor peso a las empresas, las cuales podrían sacrificar su capacidad de contratación el próximo año.
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Quintero también recuerda que un aumento exagerado podría presionar aún más la inflación, pues hay que tener en cuenta que la naturaleza de la misma se rige por la dinámica entre la oferta y la demanda. En teoría, una mayor demanda (con un aumento disparado en el poder adquisitivo) ante una escasa oferta podría elevar aún más los precios de los productos.
Aunque el ambiente de la concertación ha estado cargado de buena voluntades (según lo que han manifestado empresarios y centrales obreras), hay quienes manifiestan pesimismo, como es el caso del fiscal de la CUT, Fabio Arias, quien se muestra escéptico al hecho de que los empresarios acepten un aumento tan alto. “Por mucho aceptarían subir unas décimas”, dijo. La mesa tiene plazo de concertar hasta el 15 de diciembre. Si no lo logra será el presidente Gustavo Petro quien defina el incremento vía decreto.
Hay que recordar que sobre esta negociación ya hay un piso establecido, el cual lo determina la inflación (12,53 %) y la productividad total de los factores, que es el valor agregado que los trabajadores aportaron a la economía (1,24 %). Esto da un 13,77 %, que se apega a la cifra que propondrían los empresarios, del 14 % o 15 %.
La presión de la inflación en el salario mínimo
Lo cierto es que ante el panorama inflacionario que enfrenta el país, cualquier incremento que se concerte sería mínimo, pues se espera que la carestía continúe subiendo el próximo año. En suma, es probable que el alza salarial se pierda en cuestión de meses, si no se le pone freno a la inflación.
Es por esto que tanto el Ministerio del Trabajo, las centrales obreras y los empresarios han resaltado la importancia que desde el Gobierno se implementen medidas adicionales para proteger el poder adquisitivo de los trabajadores.
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La que sería la propuesta más ambiciosa es la desindexación de ciertos productos del salario mínimo. La ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, ha dicho que este ajuste podría aplicar para cerca de 200 productos y servicios. Con esta jugada se espera que el alza que tengan estos bienes crezcan a un ritmo menor al del alza salarial.
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