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Los precios mayoristas de la electricidad para 2023 en Alemania y en Francia batieron nuevos récords este viernes, con 850 y más de 1.000 euros por megavatio hora (851 y más de 1.001 dólares), respectivamente.
La explosión de precios --que rondaban los 85 euros por megavatio hora (85,1 dólares) hace un año-- se debe, entre otros motivos, a la disminución del envío de gas ruso a Europa desde la guerra en Ucrania.
Muchas centrales térmicas utilizan gas para generar electricidad. Como el gas disponible es informe, su cotización se encuentra además a niveles de récord.
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En Francia, el cierre de reactores nucleares por problemas de corrosión, especialmente, también impulsó el récord de precios. Solo 24 de los 56 reactores franceses funcionan en este momento.
Los países de la Unión Europea (UE) están poniendo en marcha planes de ahorro de energía y de sobriedad --como el apagado durante la noche de carteles luminosos-- ante el riesgo de cortes en el invierno boreal.
Se agrava el costo de vida en Reino Unido
El tope tarifario de la energía de los hogares en Reino Unido aumentará un 80% a partir de octubre y las facturas de gas y electricidad podrían seguir incrementándose de forma “considerable” en 2023, en plena crisis del coste de la vida.
El tope pasará de las actuales 1.971 libras (unos 2.325 dólares) que paga al año un hogar medio a 3.549 libras (4.180 dólares), anunció el regulador Ofgem.
“El alza refleja la progresión continua de los precios mundiales al por mayor del gas, que empezó con los desconfinamientos después de la pandemia de covid, y fueron llevados a niveles récord cuando Rusia interrumpió lentamente sus suministros de gas a Europa”, afirmó el organismo.
Teniendo en cuenta la tendencia actual, Ofgem advierte que “los precios podrían agravarse de forma considerable en 2023″.
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Este tope tarifario está calculado según la media de los precios mayoristas del gas en los meses anteriores.
Los expertos esperan que este límite supere las 4.000 libras (4.730 dólares) en enero y hasta 6.000 libras (7.096 dólares) en primavera, según las proyecciones más pesimistas.
En los últimos días el precio del gas rozó los niveles históricos que alcanzó a principios de la ofensiva rusa en Ucrania.
“Somos conscientes del impacto masivo que este alza del tope tarifario tendrá en los hogares en todo Reino Unido y las decisiones difíciles que los consumidores tendrán que tomar”, comentó Jonathan Brearley, director general de Ofgem.
Ofgem, la patronal, los proveedores y las asociaciones instan al gobierno a tomar medidas inmediatas para evitar una situación “dramática” en los hogares más modestos, que ya tienen que hacer frente a una inflación del 10%, la más elevada de los países del G7.
Según la Universidad de York, cerca de dos tercios de los hogares británicos estarán bajo amenaza de pobreza energética a partir del año que viene.
“Observamos una situación de mucho estrés en nuestros clientes (...) Alrededor de un tercio están en situación de precariedad energética y 20% más podría estarlo” próximamente, señala Philippe Commaret, director comercial de la eléctrica francesa EDF para el Reino Unido, contactado por la AFP.
Algunos hogares están tomando medidas desesperadas, según este responsable, como renunciar a la calefacción o desenchufar el frigorífico.
“La ayuda llega”
Diane Skidmore, jubilada de 72 años que vive en una vivienda social del sur de Londres con 600 libras (unos 710 dólares) al mes, ha visto cómo su factura mensual pasaba de 25 a 45 libras (de 29 a 53 dólares). Y acaba de recibir un correo de su proveedor que le anuncia que el monto llegará a 70 libras (82 dólares).
“Todo el mundo tendrá problemas”, dice a la AFP, explicando que prevé abrigarse más para reducir su consumo.
El ministro de Economía, Nadhim Zahawi, prometió que “la ayuda llega, con 400 libras (473 dólares) de descuento en las facturas de energía para todos, 650 libras (768 dólares) para los hogares más vulnerables y 300 libras (354 dólares) para los jubilados”.
Reino Unido está a la espera de conocer el nombre del que será su nuevo jefe de gobierno a partir del 5 de septiembre en reemplazo de Boris Johnson: la actual ministra de Exteriores, Liz Truss, o el ex ministro de Finanzas Rishi Sunak, que se disputan el liderazgo del Partido Conservador.
Truss, la favorita, se decanta por una estrategia de reducción de impuestos más que por las ayudas directas, que califica de “parches”.
El viernes, la candidata declaró, en un artículo en el Daily Mail, que matizaba su posición: “Si soy elegida jefa del Partido Conservador y primera ministra, tomaré medidas (...) sobre ayudas inmediatas, pero también me ocuparé de los problemas de raíz
Reunión “urgente” sobre crisis energética
El primer ministro de la República Checa, país que preside actualmente la Unión Europea (UE), declaró el viernes que convocará una reunión “urgente” para abordar la crisis energética, desencadenada tras la invasión rusa de Ucrania.
La presidencia checa “convocará una reunión urgente de los ministros de Energía para tratar las medidas de urgencia específicas para hacer frente a la situación energética”, indicó el primer ministro Petr Fiala en Twitter.
Los 27 Estados miembros de la UE intentan disminuir su dependencia de Rusia en el abastecimiento de petróleo y de gas.
La reducción del suministro y la preocupación respecto al futuro hicieron que los precios de la energía en Europa se dispararan.
El ministro checo de Industria y Comercio, Jozef Sikela, dijo en un tuit que el consejo europeo de energía debía reunirse “lo antes posible”.
“Estamos en una guerra energética con Rusia y esto perjudica al conjunto de la UE”, declaró.
La rica Suiza se prepara para una posible escasez de energía este invierno
Suiza es de los países más ricos del mundo, pero su dependencia del gas ruso y de las nucleares francesas amenaza la nación alpina con una escasez de energía o incluso apagones este próximo invierno.
Con cientos de plantas hidroeléctricas esparcidas por los Alpes, Suiza produce energía de sobra durante los meses de verano. Aunque al llegar el frío, debe recurrir a la importación.
En general esto no es un problema, pero este año, con la guerra en Ucrania y la reducción del suministro de gas ruso a gran parte de Europa, la amenaza de una escasez grave de energía se hace cada vez más real.
Suiza no es el único país europeo en alerta, si bien su situación es especialmente precaria dado que carece de instalaciones de almacenamiento de gas.
Habitualmente depende de las importaciones de los países vecinos de la Unión Europea (UE), especialmente de la electricidad producida con gas en Alemania.
Sin embargo, ahora que el bloque se preocupa por su propio suministro, Suiza, país externo a la UE, se encuentra al final de la cola.
Para agravar el problema, la vecina Francia ha tenido que paralizar la producción en la mitad de sus reactores nucleares debido principalmente a problemas de corrosión, incide en declaraciones a AFP Stéphane Genoud, profesor de gestión energética en la universidad suiza HES-SO.
Suiza ha estado trabajando para mejorar su sistema de producción y almacenamiento de energía, pero ni siquiera la gran apertura el próximo mes de una nueva y potente central hidroeléctrica de bombeo y almacenamiento evitará los problemas de este invierno.
“Batería gigante”
La planta Nant De Drance se encuentra en una cueva a 600 metros bajo tierra y a una altitud de 1.700 metros, a solo unos pocos kilómetros del Mont Blanc, el pico más alto de Europa Occidental.
A diferencia de las centrales hidroeléctricas normales, que crean energía liberando el agua de presas a través de turbinas, los sistemas de bombeo y almacenamiento no se quedan sin energía cuando los embalses se vacían.
De hecho, la planta Nant De Drance, situada entre dos grandes presas a alturas distintas, funciona “como una batería gigante”, dice Robert Gleitz, de la compañía energética suiza Alpiq, accionista clave de la instalación.
Durante los picos de demanda produce energía de forma tradicional, enviando agua desde el embalse superior de Vieux-Emosson hacia el embalse inferior de Emosson.
Pero cuando la producción de energía solar y eólica es alta y la demanda es inferior, el agua del Emosson es bombeada hacia el embalse superior, almacenando el exceso de electricidad generada.
“Cuando hay demasiada electricidad en la red, almacenamos el agua en la presa superior”, dice Gleitz a AFP durante una visita a sus instalaciones.
De esta forma puede impulsar la producción durante los tiempos de alta demanda, como el invierno, y de paso reducir la necesidad de importar energía.
Apagones de varias horas
Gleitz advierte que la planta ayudará a afrontar breves picos de consumo, pero poco puede hacer ante una escasez a largo plazo.
La central “complementa una producción de electricidad renovable que sigue siendo muy baja”, dice Nicolas Wüthrich, del grupo conservacionista Pro Natura.
Esta organización, entre otras, lamenta desde hace tiempo la demora de Suiza para desmantelar sus viejos reactores nucleares y realizar la transición hacia las renovables.
El país contaba sólo con 37 turbinas eólicas en 2020, mientras los expertos aseguran que necesitaría unas 750 para alcanzar el objetivo gubernamental para 2050 de producción de energía renovable.
La organización suiza a cargo de garantizar el acceso a la energía en tiempos de crisis advirtió a finales de 2021 que estaba “emergiendo un alto riesgo de escasez de electricidad”.
Y los eventos geopolíticos ocurridos desde entonces no han hecho más que aumentar esta posibilidad.
Suiza advirtió ante la exageración del riesgo, pero ha reconocido que se está preparando para una posible escasez de energía.
El responsable de la comisión federal de electricidad, Werner Luginbuhl, alertó del riesgo de repetidos apagones de varias horas.
En ese sentido, minoristas de todo el país han reportado una avalancha de consumidores interesados en paneles solares y generadores.
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