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Sector eléctrico y Gobierno se reúnen para buscar soluciones de cara a El Niño

Los ministerios de Hacienda y Minas celebraron un encuentro con gremios del sector eléctrico para discutir temas relacionados con el fenómeno de El Niño y la opción tarifaria, entre otros asuntos.

29 de noviembre de 2023 - 11:59 p. m.
Imagen de referencia.
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Foto: Matthew Henry / Unsplash

De forma creciente, el costo de la electricidad se ha convertido en una de las variables con pronóstico reservado en la economía colombiana. El rubro ha ido sumándole oxígeno a la inflación general, por ejemplo, mientras que rubros como los alimentos han ido bajando en su importancia respecto al Índice de Precios al Consumidor.

En octubre, la Contraloría General emitió una alerta por la posibilidad de que se presentara un problema de abastecimiento energético. El ente de control apoyaba su pronunciamiento en la presencia del fenómeno de El Niño en Colombia, así como por falta de acciones institucionales.

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En ese momento, XM (administrador del sistema eléctrico) aseguró que los embalse se encontraban en 72 %, cuando para el mismo periodo de 2022 esta cifra fue de 85,67 %.

Con este panorama de fondo, el Gobierno y representantes del sector energético se reunieron este miércoles, con el fin de identificar “los temas urgentes y los importantes en el mediano y largo plazo”, según dijo Andrés Camacho, ministro de Minas y Energía al término del encuentro.

De acuerdo con Ricardo Bonilla, ministro de Hacienda, la reunión fue la primera “que se plantea de buscar fórmulas conjuntas para resolver lo que pueda suceder con El Niño y con los temas financieros relacionados con la opción tarifaria. El objetivo de esta mesa es buscar soluciones viables en estos dos temas”.

Las presiones sobre el sistema eléctrico se evidencian cuando se mira el precio del kilovatio/hora, que en enero se encontraba en $300 y para finales de octubre sobrepasó cómodamente la barrera de los $1.000.

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Por eso, para José Camilo Manzur, cabeza de Asocodis (gremio de los distribuidores de energía), la reunión de este miércoles fue importante, en tanto oba en la línea de “tratar de solucionar los problemas existentes en el sector para beneficio de todos los colombianos. Hemos expresado la importancia de mirar siempre a largo plazo, con lineamientos de política publica y de regulación, para hacer un balance entre tarifas eficientes y que contribuyan la prestación funcional del servicio”.

Por su parte, Alexandra Hernández, presidenta de SER Colombia, aseguró que “desde el sector de energías renovables somos unos convencidos que el trabajo articulado entre Gobierno e industria nos va a permitir llegar más lejos en pro de los usuarios colombianos”.

En la reunión también participó la director de Prosperidad Social, Laura Sarabia.

¿Cómo funciona el sistema eléctrico en Colombia?

La discusión alrededor de la energía es un diálogo lleno de aspectos técnicos en el cual es fácil perderse o simplemente no entender nada.

Para aclarar un poco el panorama de cara al usuario vale la pena explicar los aspectos más básicos de este debate.

Lo primero que hay que decir es que el precio que paga el usuario final, un consumidor cualquiera, es una suma de factores y actores que intervienen desde la generación de la electricidad hasta la entrada en un hogar.

La cadena que lleva a una factura se puede ver como una unión de seis eslabones principales. El primero es el componente de generación, que tiene un peso de 35 % en la factura final del usuario. Le sigue la transmisión, que representa 5 %. En la cadena continúa la distribución, con el mayor porcentaje (38 %). El proceso continúa con la comercialización, que incluye aspectos como la lectura de los medidores, la entrega de las facturas y el recaudo de los pagos; este componente pesa 13 %.

Los últimos dos eslabones no son percibidos por el usuario, por decirlo de alguna forma, pero también tienen un peso en el esquema de precios. Se trata de las pérdidas eléctricas, que representan 7 % de la factura final, y comprenden tanto los robos de energía, como pérdidas técnicas en el sistema. Y el último eslabón son las restricciones, que incluyen los mantenimientos y demás labores que garantizan la calidad del servicio; estas labores representan 2 % de la factura.

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Ahora bien, el precio de la energía que se consume en Colombia se negocia bajo dos modalidades principales. La primera son contratos de largo plazo, que representan 80 % de la energía que se consume en Colombia, según cálculos de Acolgen.

Esto quiere decir que la mayoría de la energía que se está consumiendo actualmente en el país tiene un precio que fue negociado con anterioridad. De fondo, esto trae mayor estabilidad al sistema (al garantizar que hay un suministro ya establecido), pero también deja abierta la puerta para que si hay fluctuaciones en las condiciones del sistema (como bajas en los embalses o problemas técnicos) esos precios pueden terminar por debajo de lo que cuesta generar en el presente.

Para atender este pedazo de la ecuación con la que funciona el sistema se tiene la bolsa de energía, en donde se negocian precios a diario. De acuerdo con Acolgen, normalmente los precios de la bolsa tienen un peso de menos de 6 % en la tarifa final de la factura eléctrica.

La bolsa, en su mayoría, es el mecanismo al que se acude para suplir la demanda que no es cubierta por los contratos de largo plazo.

En este quiebre del mercado es por donde comienzan a aflorar algunos de los problemas acerca de los cuales han ido alertando los gremios del sector: El Niño está poniendo sobre el sistema, de forma que la bolsa está ganando más prevalencia en todo el ecosistema. Al buscar mayor energía mediante este mecanismo, el kilovatio-hora ha ido subiendo en lo que va del año, con un incremento de más de $70 entre enero y octubre.

Hace 10 años, según Acolgen, la oferta nacional en los embalses alcanzaba para suplir la demanda nacional. Sin embargo, actualmente la demanda de industria y usuarios finales no puede ser cubierta enteramente por los embalses, lo que también afecta los esquemas de precios al tener que recurrir a fuentes más costosas de generación, como las plantas térmicas (que funcionan con carbón o a gas).

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