Shanghái, centro financiero de China, busca ser un epicentro del comercio global

En la ciudad más poblada de China, todo avanza rápido y son pocas las cosas que permanecen. Una tarde calurosa puede transformarse en una de chubascos y poderosas ventiscas en un parpadeo. En esta metrópoli llena de torres que se alzan hacia el cielo y luces perpetuas, las corrientes de viento parecen acompasarse con el andar ligero de los cientos de ejecutivos que recorren las calles del llamado “centro comercial” del país asiático.

En la ciudad más poblada de China, todo avanza rápido y son pocas las cosas que permanecen. Una tarde calurosa puede transformarse en una de chubascos y poderosas ventiscas en un parpadeo. En esta metrópoli llena de torres que se alzan hacia el cielo y luces perpetuas, las corrientes de viento parecen acompasarse con el andar ligero de los cientos de ejecutivos que recorren las calles del llamado “centro comercial” del país asiático.

El rótulo que le ha dado a Shanghái precede cifras como los $4,72 billones de yuanes de PIB que acumuló esta ciudad en 2023 (el mayor de todas las capitales de China, superando en un 5 % la cifra del año pasado) o un récord mundial de $3,37 billones en transacciones financieras -contando todos los mercados- en ese mismo año.

Además, por esta ciudad pasa el 3,6 % del total de mercancías que se producen en el mundo, haciéndola un importante puerto de entrada. No por nada Shanghái ha estado 14 años a la cabeza de los escalafones que miden la salida de containers por ciudades (49,15 millones de TEUs).

Desde cualquier punto de esta ciudad puede divisarse el agujero trapezoidal que hace tan característico al Centro Financiero Mundial de Shanghái, un gran rascacielos de 100 pisos cuyo último nivel brinda una vista imperdible y por una muy buena razón: es el edificio de mayor altitud en la que un ser humano puede caminar.

En los próximos años, es altamente posible que este gran “abridor de botellas” (como lo llaman los locales) siga incrementando sus dimensiones. No en un sentido literal; más bien, prevé aumentar su peso en las finanzas, el comercio, la tecnología y, en suma, la gobernanza económica global.

Así está cambiando la ciudad donde hay más de 100 empresas por cada 1.000 personas (la relación más alta de todo el mundo).

Los cinco centros económicos

Shanghái, ubicada en la boca del río Yangtze, al este de China, se está transformando en lo que el Partido Comunista Chino (PCCh) una “metrópoli internacional socialista con influencia global”.

Propaganda aparte, lo que se está haciendo en Shanghái se enmarca en los esfuerzos del gobierno de Xi Jinping por modernizar un aparato industrial chino que dejó de apostarle a las manufacturas que otrora encumbraron esta economía, para apuntarle -por ejemplo- a la fabricación de bienes de alto valor agregado, como los tecnológicos (desde smartphones, pasando por vehículos de nuevas energías hasta softwares).

La estrategia tiene por nombre los “cinco centros” y plantea mayores inversiones en economía, finanzas, comercio, transporte marítimo y ciencia y tecnología.

El primer paso lógico es desarrollar las fuerzas productivas. De ahí que China contemple mayores inversiones en ciencia y tecnología para sus industrias en 2023, según lo señaló el Informe de la Labor del Gobierno, una rendición de cuentas del ejecutivo, y lo han reiterado el gabinete económico del gigante asiático.

El año pasado, el gasto en investigación y desarrollo científico en Shanghái fue equivalente al 4,4 % del PIB total de la ciudad. Así mismo, el número de patentes de alta tecnología alcanzó las 50,2 por cada 10.000 personas en 2023.

“Continuaremos la mejora de las industrias tradicionales, el crecimiento de las industrias emergentes y el cultivo de futuras industrias, y nos esforzaremos en crear una serie de clústeres industriales de alta gama”, se dijo durante una reciente rueda de prensa a la que asistió el alcalde de Shanghái, Gong Zheng.

La transformación, según explicó el mandatario, contempla un segundo capítulo: potenciar el Centro Económico Internacional de la ciudad, con foco en el fortalecimiento de los cuatro principales mercados que mueven la ciudad: finanzas, producción industrial, infraestructura y la presencia institucional.

Sobre este particular, Gong habló de ciencia y tecnología aplicada a las finanzas, finanzas verdes, gestión de pensiones y finanzas inclusivas, entre otros tópicos que estarían al servicio de la economía real (las empresas que producen bienes y servicios) y la iniciativa global conocida como la Franja y la Ruta, que a la fecha contempla acuerdos de cooperación a todo nivel con 152 países y 32 organizaciones internacionales (Colombia declinó ser parte de esta en octubre del año pasado).

Comercio: por mar, aire e internet

En tercera instancia, el gobierno local pretende acelerar -aún más- el traslado de mercancías en la llamada “perla de Oriente” a través de un hub comercial cuya punta de lanza seguirá siendo la zona piloto de libre comercio, un espacio que se habilitó hace una década (en septiembre de 2013) dentro de las reformas de apertura de China y que cada vez reduce su “lista negra” de productos.

En los últimos años, la lista se ha reducido de 190 a 27 artículos y sin restricciones al sector manufacturero.

Esta suerte de zona franca en Shanghái no solo ha tenido una importancia capital para la inversión extranjera, sino que le ha dado fuerza a la industria automovilística, a los servicios financieros y a las telecomunicaciones en el gigante asiático a lo largo de sus 28,7 kilómetros. La “ventanilla única” de esta zona han atendido a más de 600.000 empresas de vocación comercial, las cuales tienen permitido almacenar, manipular, exportar y fabricar productos conforme a la regulación aduanera china. Instalarse

“Desarrollaremos plataformas de comercio a gran escala, como el “E-commerce de la Ruta de la Seda”, así como zonas de promoción del comercio internacional y zonas de demostración de innovación. Aceleraremos la velocidad de crecimiento de nuevos tipos de comercio, tales como el comercio offshore, el comercio electrónico transfronterizo y el mantenimiento aduanero”, señaló el alcalde.

Dentro de la promoción de Shanghái como destino empresarial, las autoridades locales aseguraron que los trámites de empresas que decidan radicarse en esta metrópoli se harán más expeditos. En 2023, por ejemplo, Moderna (la farmacéutica) tardó unos tres meses desde la firma del contrato hasta su llegada a Shanghái.

El “cuarto centro” de la estrategia presentada por el alcalde de la metrópoli más habitada de China tiene que ver con un centro marítimo internacional que promete envíos en menor tiempo de productos de alto valor agregado, avances en materia de aseguramiento de envíos y nuevos modelos de arbitraje marítimo, entre otras mejoras que decanten en la atracción de compañías navieras e instituciones.

“Al mismo tiempo, aceleraremos el desarrollo de puertos marítimos, aeropuertos, terminales de cruceros y sistemas de distribución de envíos (por mar), y promoveremos la transformación inteligente y verde de la navegación”, mencionó Gong durante la rueda de prensa.

Finalmente, la quinta arista de la transformación de Shanghái profundiza en la innovación tecnológica en cadenas de suministro, abriéndoles la puerta a los desarrollos de privados.

A finales del año pasado, el desempleo urbano en Shanghái alcanzó el 4,5 % y los precios al consumidor crecieron un 0,3 % respecto al año anterior, según estadísticas oficiales.

“Profundizaremos la reforma y la apertura de estándares más altos en todos los ámbitos, promoveremos el desarrollo integrado de los «Cinco Centros», y generar más sinergia para lograr mayores avances en el desarrollo socioeconómico de alta calidad en Shanghái para celebrar con logros sólidos el 75 aniversario de la fundación de la República Popular China”, concluyó el alcalde Gong.

* Enviado de El Espectador en China

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