Moda colombiana en 2025: los retos y las oportunidades que tendrá la industria
Durante su evento Visión Inexmoda 2025, el instituto presentó el estado actual del sector y las proyecciones para el próximo año, en el que serán claves los procesos sostenibles, el uso de la tecnología y la internacionalización.
Lucety Carreño Rojas
Aunque los hogares colombianos están gastando más en la canasta de moda, no están comprando más unidades y eso se explica porque la inflación está causando carestía en los productos.
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Aunque los hogares colombianos están gastando más en la canasta de moda, no están comprando más unidades y eso se explica porque la inflación está causando carestía en los productos.
El crecimiento del mercado colombiano en moda para 2024 sería de 3,5 % en dinero, el real de 0,5 %, es decir, en unidades y la canasta de moda terminaría el año con una inflación de un 3 %, esas cifras las reveló Inexmoda durante su evento Visión Inexmoda 2025, en el que mostraron el estado actual del sector y las proyecciones para el próximo año.
Así las cosas, la inflación es uno de los retos que está enfrentando la industria de la moda. “Los hogares destinan su gasto a canastas esenciales como la de alimentos para el hogar, salud y bienestar, transporte y comunicaciones”, dijo Juan Fernando Loaiza, investigador económico de Inexmoda.
Sin embargo, los empresarios están optimistas con el último trimestre de 2024 al ser el más importante porque representa cerca del 30 % de las ventas anuales del sector. “Encontramos un crecimiento en las ventas de disfraces, especialmente en adultos, y eso se une al incremento de las ventas en noviembre por las jornadas especiales de comercio electrónico y a que el consumidor está orientado a cazar valor, precio y promociones”, explicó Loaiza.
Además, diciembre es el mes con mayor tamaño de mercado del año, al superar los $3 billones. Por eso, Loaiza les recomienda a las marcas tener una estrategia clara para el cierre del año. “No solamente las fiestas decembrinas son un impulsor del gasto, sino también el turismo y las compras anticipadas que se dan para el regreso a clases y a las oficinas”.
En este punto es clave que los empresarios entiendan el papel que tiene la moda en representar los cambios sociales, económicos e interés de los consumidores para que apliquen esas transformaciones en sus marcas. Por eso, en el evento se plantearon los retos y las oportunidades que tiene la industria de cara a un nuevo año.
Maite Cantero, coordinadora de investigación de Inexmoda, menciona un ejemplo: en 2023 la industria tuvo un desempeño aceptable y los empresarios hicieron sus proyecciones para este año con base en esas cifras. Sin embargo, el poder adquisitivo no fue en la misma línea que el año pasado. Por eso, “es importante tener muy claras estas proyecciones para hacer una producción más sensata, de acuerdo a la realidad del costo de vida”.
La ropa de segunda, un mercado en crecimiento
Otro cambio que está experimentando la industria local es el incremento de la ropa de segunda. De acuerdo con informe anual de ThredUp, en 2023 ese mercado aumentó 18 %, alcanzando los US%197.000. “Las personas hemos aprendido a reutilizar, vender lo que tengo en el clóset y que no uso para poder tener ese poder adquisitivo, esa bolsita para seguir comprando”, dijo Cantero.
El uso de ropa de segunda se está desmitificando y también sirve como una herramienta para proteger el bolsillo en la coyuntura actual. “Es una invitación a la industria a repensar las formas de conectarnos con el consumidor pensando en el bolsillo, en que la gente le tocó pagar más impuestos y entender que no es cuando yo quiera vender, sino cuando el consumidor pueda comprar”.
De acuerdo con Inexmoda, el 8 % de los consumidores colombianos son conscientes. Sin embargo, aunque se definen como conscientes o sostenibles, algunas veces también son incoherentes en su momento de compra. Así las cosas, ahí hay una oportunidad de educar al consumidor final para que pueda crecer su participación dentro de la torta y no sea tanto un cazador de promociones, sino de valor. “Un consumidor que no tengan tantas unidades de ropa, que comience a tener piezas que son tesoros con historias y que puedan pasar de generación en generación para ampliar su ciclo de vida útil”, comentó Cantero.
Por otro lado, muchas de esas prácticas de reciclaje, remanufactura o reventa, se han realizado históricamente en Colombia y en Latinoamérica. “Lo que sucede ahora es que esas prácticas son consideradas como cool dentro de los modelos de negocio. Es un buen momento para aprovechar esa oportunidad y educar a ese consumidor final para que el crecimiento del mercado de segunda pueda ir aumentando y podamos disminuir problemáticas como las de los cementerios de textiles, la quema de ropas o incluso los niveles de inventario que no son comercializados”, mencionó Loaiza.
Sin embargo, la conciencia también se le debe exigir al industrial para que piensen en ofrecer productos que duren más tiempo. “Necesitamos cambiar el modelo de pensamiento del industrial para que se adopte a las posibilidades que tiene el consumidor en la vida real”, aseguró Cantero.
Un reto que tiene la industria en el aspecto de la sostenibilidad es el de los materiales. Si bien hay un interés, la implementación para adoptar fibras naturales es compleja porque en el país no se producen, tampoco están las máquinas y el consumidor no está dispuesto a pagar más. “Nuestra responsabilidad como Inexmoda es trata de encontrar las formas de conectar a los empresarios con los creadores de esas fibras para que la industria explore y ensayemos otras formas de abastecer nuestro mercado, porque obviamente los aranceles y los impuestos de importación y exportación, pesan mucho”, explicó la también diseñadora de moda.
En esa línea, Loaiza sugirió que si el consumidor no está dispuesto a pagar el precio de la sostenibilidad, las marcas también pueden pensar en iniciativas de sostenibilidad que permitan la reducción de costos, “quizá el consumidor no lo pueda pagar, pero yo, como dueño de la marca, sí puedo empezar a asumirlo por él, porque estoy haciendo cosas comprometidas con lo ambiental y social, pero que también están disminuyendo mis costos en materia de sostenibilidad económica”.
Otros segmentos de mercado para atraer a los nuevos consumidores
Los colombianos gastan en promedio US$150 al año en ropa. Otra de las oportunidades que tiene el sector es la de ofrecer diseño de autor y entrar en segmentos que está despertando el interés de las nuevas generaciones, como el active wear, muy relacionado con los deportes locales como el fútbol y el ciclismo.
De acuerdo con Catalina Marín, account director on WGSN Latam, las tendencias de athleisure y active wear llevan varios años desarrollándose y empezaron a mediados de la década de 2000, “donde las mujeres comenzaron a rechazar los ideales corporales poco realistas en favor de una forma más atlética. La adopción masiva del bienestar condujo al surgimiento de una combinación de lo ‘atlético0 y lo ‘de ocio’ en el mundo de la moda”.
La cultura deportiva, según la experta, aspira a perdurar y “a arraigarse aún más en nuestra vida cotidiana sumando factores como los deportistas siendo una influencia creciente en la moda y la comodidad que quedó como una característica muy apreciada posterior a la pandemia”.
Así las cosas, analizar otros segmentos permite que las marcas no solo se queden en un universo de vestuario, sino que piensen en otros momentos de uso y espacios. “Por eso hablamos de hogar, de diseño de interiores, de mascotas”, dijo Loaiza.
En esa línea, Cantero agregó que hay que desmitificar la idea de que somos una única industria. “Debemos pensar en cómo empezamos a servir con nuestro saber hacer para otra tipología en la que los industriales podrían también explorar”.
La competencia con Shein
En cuanto a la llegada de plataformas con Shein y Temu, los expertos consideran que la forma de competir es con valor agregado y diseño de calidad.
Vale la pena mencionar que la industria de la moda colombiana tuvo una competencia fuerte con la apertura económica de la década de los noventa del siglo pasado. En ese momento, algunas marcas aprovecharon para entrar a mercados internacionales y otras para estructurar sus empresas y competir con las empresas que llegaron.
“Estos nuevos jugadores de ultrafast fashion o ultrarrápida definitivamente van a dinamizar ese mercado y van a exigir no solamente en moda rápida, sino también en decoración rápida, lo que causará una actualización de los modelos de negocio de venta de vestuario, artículos para el hogar, mobiliario, entre otros”, explicó Loaiza.
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La plataforma china Shein entró al mercado colombiano ofreciendo su catálogo de prendas muy baratas. A primera vista, se podría ver de manera positiva que una empresa extranjera le apueste al país, que tenga entre sus objetivos democratizar la moda y que dinamice e impulse las ventas del comercio electrónico colombiano.
Sin embargo, la llegada de la plataforma representa un duro reto para la industria de la moda colombiana, pues tendrá que competir con estrategias más agresivas en el comercio virtual y el mercado local se enfrentaría a una saturación de productos de baja calidad.
Así las cosas, la competencia será fuerte, pero los consumidores y marcas tienen que poner en el centro a sus colaboradores. “Muchas veces esos precios tan bajos los termina pagando el eslabón más débil de la cadena. Los consumidores están tratando de ser más conscientes, pero al mismo tiempo son cazadores de promociones, no saben de materias primas ni de los procesos de la cadena de valor”.
La invitación es a que los consumidores se hagan preguntas sobre el por qué de las cosas, los precios, de dónde viene la ropa y en dónde queda. “Entender los modelos de negocio son factores relevantes en dónde se están ahorrando y por qué son capaces de tener esos precios tan económicos”, son preguntas que, según Cantero, se deben hacer los clientes.
La conexión entre internacionalización, sostenibilidad y tecnología
La moda colombiana es un mercado atractivo en Latinoamérica, que representa uno $35 billones, de acuerdo con las cifras del Observatorio de Moda de Raddar, Sectorial e Inexmoda. Sin embargo, es un mercado que representa cerca del 7 % de Latinoamérica y apenas el 0,4 % del global.
“Esas cifras nos muestran que hay un gran valor a nivel internacional que busca ser capturado. Según los resultados de nuestras encuestas, nos encontramos que cerca del 60 % de las empresas no tienen ventas internacionales. Lo primero es con esta situación de incertidumbre, aprovechar ese mercado internacional por medio del diseño de autor y la conexión con las necesidades específicas de los nichos. Necesitamos entender las capacidades que tiene nuestra industria desde la oferta y cómo se conectan dentro de la demanda”, dijo Loaiza.
La internacionalización también permite reducir riesgos respectos a las políticas que implementa cada Gobierno y a la inflación. En cuanto a la sostenibilidad y la tecnología juegan un papel importante en el crecimiento de las marcas. Por ejemplo, las marcas con enfoque sostenible tendrán más oportunidades en mercados como el de Europa por sus leyes.
Otros retos que tiene la industria de la moda son los de dignificar el trabajo y, como recomienda Edward Salazar, investigador y doctorando en estudios latinoamericanos en la Universidad de California, Estados Unidos, empezar a medir el impacto de las colaboraciones.
“Para conocer el estado del avance de la moda hay que hacer mediciones cualitativas y cuantitativas. Aunque es una característica de la moda trabajar colaborativamente con diferentes poblaciones, y se sabe que hay intensiones loables que generar efectos positivos y avances en una conversación más horizontal, aún falta mucho para que esas colaboraciones terminen posicionando el diseño colombiano de una manera más diversa”, dijo Salazar.
Conocer esos indicadores permitiría, según Salazar, desarrollar conversaciones interesantes y basadas en un discurso de justicia social y transformación del ecosistema de la moda.
Finalmente, los expertos de Inexmoda invitan a los empresarios del sector a afrontar los retos de manera optimista teniendo en cuenta que hablamos de una industria resiliente que genera entre 1,6 y 1,8 millones de empleos directos e indirectos, le aporta el 2 % al PIB y representa más de un 10 % del PIB industrial de nuestro país. “Abogamos por una visión más optimista que busque identificar esas oportunidades y que nos fundamentemos en el activo intangible infinito que hay en esa industria: la creatividad”, puntualizó Loaiza.
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