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Se dice que juzgar el pasado con la sabiduría del presente es fútil. Sin embargo, no es el caso de la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB), pues todo señala que, desde mucho tiempo antes, el banco había sido notificado de sus falencias y, por tanto, la quiebra era más una espada de Damocles que cayó sobre el SVB hace unas semanas.
Transcurría marzo de 2022 y el SVB anunciaba que sus activos (incluyendo préstamos) se habían triplicado con creces, pasando de US$71.000 millones a finales de 2019 a un máximo de US$220.000 millones a finales de marzo de 2022, conforme miles de startups confiaban sus recursos en una entidad concebida, precisamente, para financiar a compañías emergentes del rubro tecnológico.
Es más: durante dicho periodo, los depósitos del SVB pasaron de US$62.000 millones a US$198.000 millones, según sus estados financieros.
Solo un año después, se convertiría en el banco de EE.UU. más grande en desplomarse desde la crisis financiera de 2008 y la segunda mayor quiebra de un banco estadounidense en la historia, como lo reseña Bloomberg, llevándose consigo la tranquilidad de casi la mitad de todas las startups tecnológicas respaldadas por capital de riesgo en EE.UU.
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Fed supervisaba el SVB hace un año
Presumiblemente, las labores normales de supervisión y regulación propias de la Reserva Federal de EE.UU. (Fed) llevaron a que a finales de 2022 se nombrara un equipo de examinadores de nivel más sénior para evaluar al Silicon Valley Bank. Y, desde ese momento, se empezó a identificar problema tras problema.
Como lo relata Bloomberg, la gerencia del banco estaba al tanto de las advertencias formales que le indicaba el equipo de supervisión. Este último, precisamente, presionaba a las cabezas del SVB para se corrigieran “deficiencias graves en las operaciones y la tecnología”.
Más previsible de lo que se piensa
A finales del año pasado, los expertos de la Fed concluyeron que el SVB tenía que mejorar, de manera urgente, la forma en que rastreaba los riesgos de las tasas de interés. A la postre, esta sería una cuestión central de su abrupta caída en marzo de 2023.
De hecho, como informó Bloomberg, la falta de un director de riesgos en el banco durante gran parte del año pasado ya se ha convertido en un punto focal.
Cabe anotar que el SVB captó miles de millones en depósitos entre 2020 y 2022 gracias a la buena marcha de las tecnológicas durante la pandemia y utilizó la mayoría de ese dinero en la compra de Bonos del Tesoro a largo plazo.
Una decisión que, con tasas de interés bajas, parecían ser un buen negocio, además, contando una perspectiva más segura. Pero en la medida en la que la Fed fue acelerando sus intervenciones, esas inversiones comenzaron a ser más un lastre.
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¿Qué viene ahora?
El Departamento de Justicia y la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos investigan actualmente la caída de SVB. Las investigaciones, que se encuentran en etapas iniciales, incluyen si las ventas de acciones por parte de los ejecutivos violaron las reglas de negociación.
A su turno, el banco central prometió publicar los resultados de su revisión interna antes del 1 de mayo.
“Los sucesos alrededor del Silicon Valley Bank exigen una revisión exhaustiva, transparente y rápida por parte de la Reserva Federal”, dijo el presidente de la Fed, Jerome Powell, en un comunicado esta semana.
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