“Sostenibilidad”, la palabra de moda en la industria textil
Durante los tres días de la feria conocimos empresas nacionales e internacionales que emplean prácticas amigables, como el uso de botellas PET, café, leche y cáñamo.
Lucety Carreño Rojas (Medellín) - @LucetyC
En Colombiatex 2019 participaron 17 empresas sostenibles y la mitad eran extranjeras. En la edición 2020 del evento (que reúne a la industria textil y de la confección para concretar negocios), que se llevó a cabo del 21 al 23 de enero en Medellín, asistieron 57 empresas, 60 % nacionales, que trabajan con procesos amigables con el medio ambiente.
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En Colombiatex 2019 participaron 17 empresas sostenibles y la mitad eran extranjeras. En la edición 2020 del evento (que reúne a la industria textil y de la confección para concretar negocios), que se llevó a cabo del 21 al 23 de enero en Medellín, asistieron 57 empresas, 60 % nacionales, que trabajan con procesos amigables con el medio ambiente.
“Queremos integrar la industria de la moda a las cadenas de valor globales. Para nadie es un secreto que el mundo y el consumidor están cambiando. Necesitamos empujar y fortalecer a las empresas en las apuestas de economía circular y sostenibilidad”, explicó Lorenzo Velásquez, director de transformación y conocimiento del Instituto para la Exportación y la Moda (Inexmoda).
Aunque Inexmoda les apuesta, desde hace seis años, a los temas de innovación y sostenibilidad, en una industria que es la segunda más contaminante del planeta (superada solo por la petrolera), en la edición 2020 de Colombiatex se enfocó en visibilizar esas prácticas mediante la Ruta de la Sostenibilidad. “Hemos entendido que lo que está pasando en el mundo es responsabilidad de todos. Por eso buscamos que los diseñadores sepan cuáles son los materiales sostenibles que se están usando para que puedan desarrollar ecocolecciones y también para pasar de un enfoque de solo sostenibilidad a circularidad y cierre de ciclos”, añadió Velásquez.
Según el World Competitiveness Yearbook, del Institute for Management Development (IMD), Colombia es el primer país de América Latina en prácticas éticas y desarrollo sostenible. El país mostró avances en ahorro de energía, agua y reciclaje de envases de botellas de plástico (conocidas como botellas PET), que se pueden convertir en fibra de poliéster y ser la materia prima en la confección de tejidos de ropa.
La empresa Sutex fue fundada en Bogotá hace más de cuarenta años y trabaja en producción textil y estampados digitales ecológicos. Además de utilizar para su producción botellas plásticas, que son perfectas para crear vestidos de baño, también emplean hilo de poliamida, que se obtiene de material reciclado de redes de pesca. En el proceso de estampado no utilizan agua.
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Cortesía Sutex
Por su parte, tras una investigación y un trabajo de desarrollo de más de ocho años, la compañía Lafayette hoy puede afirmar que tiene bases textiles 100 % recicladas. “Esto significa que hemos trabajado el poliéster a tal punto que somos la única industria que hace su propio hilo certificado. Además, el uso del chip de poliéster reciclado nos ayuda a disminuir nuestra huella de CO2 en un 75 % y disminuir el consumo de energía. Adicional a eso, estamos trabajando por una química limpia, con un trabajo muy exhaustivo con nuestros proveedores de tintas y químico”, dijo Naydú Serrato, vocera de la empresa.
La empresa colombiana, que tiene más de 70 años, hace más de 20 cuenta con plantas de aguas residuales que tratan el 100 % del agua y el 65 % la reciclan en procesos de la fábrica. Eso, desde el tema sostenible, cuida el recurso hídrico, que es lo más importante. Fabricato —que cumplirá cien años en febrero— asegura que lleva cincuenta años trabajando por la sostenibilidad, pues hace parte de su ADN. “Es una obligación, no es moda. Buscamos la optimización de los recursos. Nuestro plan de aquí a 2025 es ser una empresa de ciclos cerrados y de economía circular. Hasta el momento reutilizamos el 65 % del agua de nuestros procesos y tenemos una planta dedicada a reutilizar textiles y el aprovechamiento de la basura”, aseguró Diana Arias, gerente de sistemas de gestión de la empresa.
Sin embargo, a la industria colombiana le hace falta mucho camino por recorrer, pues hasta ahora trabaja en la reutilización de materias primas. Hace falta explorar más allá de las botellas plásticas. Por ejemplo, probar con residuos de banano o piña. Mientras que la industria nacional tiene todo un campo por desarrollar, países invitados a la feria como Taiwán o Brasil nos llevan ventaja.
¿Cómo está el panorama internacional?
Marisa S. Kuo, de la Federación Textil de Taiwán, contó que su país trabaja en temas sostenibles desde hace más de veinte años. Con ayuda de la tecnología, utilizan los residuos de café para crear hilos y con ellos fabricar medias, uniformes deportivos y ropa interior, aprovechando que el grano tiene propiedades antibacterianas. También utilizan el caparazón de las ostras, mediante un proceso de raspado en el que la convierten en polvo, la mezclan con poliéster y la vuelven algodón e hilo. La leche, por su parte, al someterla a un proceso se convierte en un polvo tan delgado que es suave y útil para la ropa de cama.
Brasil, que tuvo la segunda mayor delegación sostenible, con catorce empresas, trajo productos que trabajan con menor uso de agua y fibras reciclables.
Canatiba —empresa familiar brasileña con cincuenta años en el mercado— tiene cinco plantas de producción, más de 2.500 empleados y fabrica once millones de metros de denim al mes. Fabio Covolán, director de marketing y exportaciones, asegura que la innovación ha estado presente a lo largo de los años en la compañía. “Es difícil para nosotros hablar de sostenibilidad, porque no es algo nuevo, eso hace parte de nuestra forma de trabajar”.
Covolán afirma que reciclan fibras de algodón y que tienen una reducción del 60 % de agua en sus procesos de fabricación. En Colombia están desde hace más de 20 años y les venden telas a marcas como Studio F, Naf Naf, Americanino y Arturo Calle.
Dalila Textil es otra empresa brasileña que trabaja en la fabricación de telas para el mercado masculino. En Colombiatex lanzaron dos líneas textiles ecológicas. Una utiliza fibra del cáñamo, también conocida como la fibra del futuro, porque gasta un tercio de lo que se emplea con el algodón. Pero al ser una variedad de la planta del cannabis está estigmatizada y suele ser muy costosa. La otra es una fibra de café creada a partir de los residuos del grano y para hacerla se asociaron con cafeteros de Brasil. Ahora están desarrollando una tecnología que permite diversificar el número de colores que se pueden usar, pues actualmente se limita al marrón.
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Foto: Gustavo Torrijos - El Espectador
¿Qué le hace falta a la moda sostenible para estar al alcance de todos?
En el mercado nacional, de acuerdo con en el último estudio de Inexmoda, la moda sostenible representa el 6 % del consumo total de este segmento. Es decir, un consumidor responsable con el medio ambiente representa casi $2 billones en un mercado de $24 billones. Aún es una porción pequeña.
En el caso de Colombia, los costos de una moda ética son elevados. Lorenzo Velásquez explica que esto se debe a que el consumidor no lo demanda en grandes volúmenes. Es decir, al ser una cuota pequeña en países como Colombia las marcas son tímidas: “Sacan colecciones ecológicas, el producto se vende, pero los empresarios son cautos, porque en esta industria el inventario puede ser mortal”.
El reto es masificar lo sostenible para que las marcas produzcan más y los precios se ajusten. “Si lo pensamos, para una marca es mejor tener basura reciclada y convertirla en materia prima, que no cuesta nada, a tener que comprar materia prima de cero”, agregó Velásquez.
Se aproxima un cambio radical en la industria. Los inversionistas están buscando empresas que le apuesten a la economía circular. En 2025, el 70 % de las empresas líderes del mercado textil y de confección van a estar integradas a cadenas de valor sostenibles. Inexmoda espera que, para esa fecha, las marcas tengan una ecocolección disponible, se eliminen los vertimientos de agua y se muevan en modelos de negocios reciclables, circulares y de renta de ropa.