Lo que está en juego con la subasta de 5G en Colombia
El precio del espectro y reglas justas para la competencia son dos asuntos clave en esta subasta que permitirá la llegada de una nueva generación de tecnologías móviles.
Hoy se conocerá la versión final de la resolución para la subasta multibanda que permitirá la llegada de la quinta generación de tecnologías móviles (5G) a Colombia y ampliará la cobertura de 4G. Con este paso (en septiembre se publicó para comentarios el segundo borrador) se abre oficialmente un proceso determinante para el futuro de las telecomunicaciones en Colombia.
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Hoy se conocerá la versión final de la resolución para la subasta multibanda que permitirá la llegada de la quinta generación de tecnologías móviles (5G) a Colombia y ampliará la cobertura de 4G. Con este paso (en septiembre se publicó para comentarios el segundo borrador) se abre oficialmente un proceso determinante para el futuro de las telecomunicaciones en Colombia.
¿Qué es 5G y por qué importa?
Según información del Ministerio de las TIC, en la subasta se otorgarán los permisos de uso del espectro radioeléctrico a nivel nacional de las bandas de 700 MHz, 1900 MHz, AWS extendida, 2500 MHz y 3500 MHz. Básicamente, los operadores (como Claro, Tigo, Movistar y WOM) ofertan por el espectro radioeléctrico (propiedad del Estado) para poder desplegar la infraestructura necesaria para prestar los servicios de telecomunicaciones.
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José Felipe Otero, vicepresidente para Latinoamérica y el Caribe de 5G Américas, explica que la quinta generación de tecnologías beneficiará de forma directa a las empresas y de forma indirecta, un poco más tarde, a las personas. El experto recuerda que con la primera generación fueron posibles las llamadas, con la segunda llegaron los mensajes de texto, con la tercera la transferencia de archivos y los juegos y con la cuarta la transmisión de contenidos de manera continua. Ahora 5G promete “más velocidad, menos latencia y viabilizar un internet de las cosas masivo. El consumidor verá un impacto positivo en algunos años, pues se abaratarán hasta en un 80 % los costos de las transmisiones de datos y, por ende, serán más baratas ciertas aplicaciones de inteligencia artificial, realidad aumentada y extendida, entre otras cosas”.
En los primeros cinco o seis años, dice Otero, desplegar una nueva tecnología es costoso (esta generación llegó en 2019). Para que los usuarios puedan recibir los beneficios, por ejemplo, se requieren teléfonos que puedan conectarse a 5G y estos siguen siendo caros y con los retos que introdujo la pandemia, como la escasez de microprocesadores, la baja en los precios se demorará más.
También hay que considerar que en Colombia persiste el reto de desplegar 4G, de ahí que la subasta es multibanda. Según datos de Colombia TIC, con corte al primer trimestre de 2023, la principal tecnología de acceso a internet móvil fue 4G, con 34,7 millones de accesos, pero todavía hay un número considerable de accesos por medio de 3G (4,9 millones) e incluso de 2G (500.000). Por eso, cuando hablamos de 5G y sus ventajas, no podemos ignorar que hay un porcentaje importante de colombianos que todavía no reciben los beneficios de las generaciones anteriores e incluso que no tienen acceso a internet.
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Cifras del DANE señalan que en 2022 solo el 59,5 % de los hogares tenían conexión a internet en Colombia, el porcentaje en las zonas rurales (32,2 %) es menor que en las cabeceras (67,5 %). También se registró mayor conexión a internet fijo (43,7 %) que a internet móvil (33,3 %). La mitad de los hogares no conectados dijeron que la razón es el costo elevado.
Para las empresas, es clave la preparación para poder sacarle el mayor provecho a esta tecnología. Quienes participaron en la consulta pública que realizó MinTIC el año pasado (incluidas asociaciones gremiales, fabricantes, operadores y academia) señalaron que el principal impacto del 5G en el bienestar social vendrá por cuenta del crecimiento económico de sectores como manufactura, servicios y administración pública, por los impactos que puede tender en la productividad y en la competitividad.
“Algunas estimaciones plantean un aumento de cerca del 0,5 % del PIB antes de 2030 como resultado de una oportuna explotación de las redes 5G”, afirmó el Ministerio de las TIC. Los campos en los que se puede aplicar son variados, la cartera dijo a este diario que en el país ya se han adelantado varios pilotos que van desde telemedicina, pasando por laboratorio de pruebas para el desarrollo de aplicaciones para consumidores e industria; hasta demostraciones de aplicaciones de realidad virtual y realidad aumentada.
Los peros
“El 20 de diciembre adjudicaremos todo con una subasta sencilla y clara, en la que cualquier operador podrá participar y generar un modelo de negocio con condiciones flexibles”, dijo el Ministerio frente la pregunta de si es cierto que Colombia tiene uno de los espectros más caros de América Latina. La cartera asegura que “no hay que comparar peras con manzanas” y que justamente eso es lo que han hecho los estudios de comparación internacional en los que se sustenta esa afirmación.
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Sin embargo, el precio sigue preocupando. Ramiro Lafarga, CEO de WOM Colombia, señala que pese a los esfuerzos que ha hecho el Ministerio y la Agencia Nacional del Espectro, es necesario “adoptar medidas definitivas que reduzcan aún más el precio del espectro, no sólo 5G sino también en 4G”, pues sostiene que el valor está por encima de los precios de mercado latinoamericano. WOM también ha manifestado preocupación por el “mínimo de banda, que es difícil de alcanzar en algunas de las zonas del país” y ha hecho énfasis en la necesidad de disponer de toda la banda de 3.5 GHz.
Para Juan Carlos Archila, presidente de América Móvil Colombia (Claro), las condiciones de la subasta tienen que estar enfocadas en conectar a los desconectados y en asignar la máxima cantidad de espectro en favor de la mejor calidad del servicio. Para la empresa, el proceso debe ser más simple para “evitar” la posibilidad de cometer los errores que se cometieron en la de 2019; poner todo el espectro en juego asegurando una puja equilibrada; aumentar los topes en bandas bajas y medias para evitar que solo un operador lo pueda adquirir y garantizar la opción de adquirir bloques de mínimo 100 MHz contiguos en la banda de 5G. Claro también le ha pedido a MinTIC “que el costo total de tenencia del espectro se homologue a los estándares internacionales”.
El precio sigue siendo un punto álgido. Vale recordar que para algunos expertos la suma que pagó Tigo en la subasta de 2019 fue un factor que contribuyó a la crisis económica que llevó a los accionistas a capitalizar la empresa. El pasado jueves, Millicom y EPM acordaron inyectar recursos por $600.000 millones y, con esa decisión, terminaron con la incertidumbre en torno al futuro de la compañía.
Por otro lado, y más allá de otras cuestiones técnicas, en esta subasta las obligaciones de hacer tienen protagonismo. MinTIC explica que son una herramienta con la que el Estado “se apalanca en las economías de escala de los proveedores de redes y servicios móviles con el fin de maximizar el bienestar social vía proyectos de conectividad que contribuyen a cerrar la brecha digital”. Pese a todas las ventajas que puede traer ese mecanismo, todavía hay algunas dudas respecto a su efectividad.
Sandra Milena Ortiz Laverde, directora del departamento de Derecho de las Telecomunicaciones de la U. Externado, explica que no hay información suficiente para determinar si estas son la mejor alternativa para llevar conectividad. “Hay que plantear si realmente los operadores están comprometidos con la ejecución de hasta el 90 % en las obligaciones de hacer. Y, teniendo en cuenta los problemas de conectividad, es necesario adoptar otras medidas como mecanismos de colaboración o alianzas público-privadas”.
Ortiz agrega que antes de iniciar una subasta, lo ideal habría sido terminar “todos los procesos de subasta asociados con 4G y el cumplimiento de metas”. También pone sobre la mesa que las condiciones de mercado y económicas no muestran que necesariamente existan los incentivos necesarios para que los operadores ya establecidos u otro agente que quiera entrar al país pueda hacerlo.
Las pullas
Han sido días movidos para los operadores de telecomunicaciones. La semana pasada se conoció el visto bueno por parte de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) para que Tigo y Movistar se integren. Con esta alianza, las empresas esperan aumentar su cobertura en cerca de un 10 %.
Ortiz explica que con este movimiento se busca hacer un uso eficiente de las infraestructuras, una medida que puede ser beneficiosa y que de hecho tiene en cuenta lo que le ha sugerido la OCDE desde 2014. Eso sí, aclara la directora, la SIC dijo que este proceso se autoriza siempre y cuando se garantice que los operadores seguirán compitiendo tanto en los mercados mayoristas como en los minoristas. En este punto recuerda que para aplicar esta tecnología se requiere un despliegue mayor de infraestructura, especialmente tener las condiciones necesarias para, por ejemplo, poner en marcha proyectos para ciudades inteligentes.
Archila asegura que difieren con la evaluación de la SIC que afirma que la integración empresarial no tendría efectos en la competencia. Para la empresa, el acuerdo de los accionistas de Tigo viabiliza la fusión y la participación en conjunto de Tigo y Movistar en la subasta, por lo tanto, “habrá una empresa menos en la puja”, pero reconoce que “hay espectro de sobra” para subastar a todos los operadores.
Lafarga advierte que hace falta más claridad respecto a cuáles son las implicaciones para los otros operadores de que se integren Movistar y Tigo, si bien dice que apoya que se comparta infraestructura, pide que desde las autoridades se asegure que este proceso no afecte la competencia justa en el sector.
Esta no es la única advertencia en materia de competencia. WOM (así como otros operadores) afirma que es necesario tomar medidas para “atenuar el efecto de dominancia del operador que tiene 60 % de los ingresos”, es decir, Claro. Según Lafarga, esas medidas traerían beneficios para los usuarios, pero también es un “elemento de seguridad jurídica” que permitiría atraer más inversión y nuevos actores al mercado.
Archila, por su parte, señala que le han “insistido respetuosamente” al Ministerio para que se abstenga “de ceder a las presiones indebidas y en gavilla” de los otros competidores “que solicitan imponer condiciones asimétricas a Claro”. “Claramente la inminente fusión de Movistar y Tigo invalida esa petición que sólo buscan ganar en la regulación lo que deberían ganar invirtiendo y compitiendo en el mercado”, dice.
En este caso, Ortiz considera viable que el Ministerio de las TIC solicite un concepto de la SIC para saber cómo se configuraría el mercado si a Claro no se le pone un limitante en esta subasta (como sí se hizo en 2013) y, de esa manera, poder tomar decisiones con datos precisos. Igualmente recomienda evaluar si las medidas que se han adoptado en la última década han sido suficientes para evitar que se genere una posición de dominio por parte del operador.
Estos son solo algunos de los elementos que están sobre la mesa. ¿Qué recomendaciones se tendrán en cuenta? La respuesta se conocerá hoy, cuando el MinTIC publique la resolución definitiva.
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