Surtimayorista: el abasto de Éxito
Este nuevo formato de negocio del grupo Éxito es la estrategia para los estratos 1, 2 y 3 que busca consolidar su presencia en el mercado colombiano.
Sara Padilla
La nueva apuesta de Grupo Éxito en el mercado es llevar la central de abastos a la vuelta de la esquina. La Surtimayorista es la estrategia para proveerle a tenderos, restaurantes, minimercados y panaderías, los insumos que antes no tenían a la mano. Con este formato, conocido como Cash and Carry, inspirado en un modelo brasileño, han sido abiertas cuatro sedes en lo que va del año: dos en Bogotá, una en Cúcuta y la última fue la semana pasada en Villavicencio. (Lea también: Utilidad neta del Grupo Éxito cayó 99%)
Desde que llegaron los grandes descuentos al país (hard discounts, como suele ser conocido este tipo de formato comercial), las grandes cadenas han tenido que innovar en el mercado. Surtimayorista del Éxito, que entró al mercado en 2016 con una inversión de $20 mil millones, se consolida hoy como la punta de lanza del crecimiento del grupo. “Vamos a cerrar el año con tres nuevos almacenes: vamos a abrir Claret, Zarzamora y la semana pasada inauguramos en Villavicencio. A final de año abriremos en la costa, en Cartagena y Barranquilla. Estamos entrando a las zonas donde hay un mayor número de tiendas en el país: Bogotá, Cundinamarca y la Costa Atlántica”, dice José Rafael Fernández, gerente de la marca.
La apuesta del negocio, evidente en el eslogan de la marca (“La central de abastos de la esquina”), es venderles a tenderos, panaderos, dueños de restaurantes, cafeterías e incluso a puestos de comida callejera. Pues, según Fernández, “el cliente profesional no tenía un abastecimiento correcto. Hablo de un tendero, del dueño de un minimercado, de quien tiene un puestico en alguna calle de la ciudad. Ese tipo de personas hoy no tienen un canal de distribución formal correcto, les toca pedalear con 20 o 30 proveedores para tener un abastecimiento medianamente decente. Y lo que nosotros estamos haciendo es subsanar ese vacío en la distribución para ese canal”.
Visitamos algunos de los comercios alrededor de la Surtimayorista del barrio El Restrepo, en Bogotá, para saber cómo ha sido la acogida de este negocio en la zona. Viviana Rojas, quien atiende en una de las cafeterías del barrio, dice que todos los días va a comprar alguna cosa. “Los precios sí son más económicos, anteriormente compraba en el Surtimax que antes quedaba allí mismo y mientras cambiaban a la Surtimayorista compraba en el D1. Y ahora que lo abrieron compro casi todo ahí: el café, la panela, la maizena”.
La apuesta por este tipo de clientes implica un manejo de precios relativamente bajo. Las estrategias que permiten mantener estos niveles, por un lado, tiene que ver con las referencias de producto que son ofrecidas. Pues, si bien las marcas líderes del mercado están en estantería, el negocio, en gran parte, es viable por las marcas retadoras que proponen precios entre un 30 % o un 35 % menos que estas.
Luis Sánchez, quien abrió hace unas pocas semanas un asadero de pollos, dice que los granos, víveres y plásticos los compró allá por los precios y la cercanía. “Si se me acaba algo corro para allá. Antes de empezar hice un mercado de $402.000, pensado para 15 días, y me ha rendido”.
La doble marcación de precios: al por mayor y al detal, es otra de las estrategias de la Surtimayorista para que los clientes puedan comprar sin estar sujetos a descuentos por grandes volúmenes o por cajas. Pues, a partir del tercer producto de una misma referencia el precio que opera es menor –al por mayor. “Tú puedes comprar el mismo producto con dos precios distintos, una gaseosa te vale $2.000, pero si compras más de tres, cada una te vale $1.800, por decir algo”, afirma Fernández.
Parte del negocio del formato Cash and Carry está en el ahorro de costos logísticos. En almacenes como Supermayorista, los productos están disponibles a los ojos y a las manos de las personas, pero la parte superior de la misma estantería funciona como bodega de los productos. El ahorro en almacenamiento y transporte, en parte, se traduce en menores precios de cara al consumidor.
Sulay Hernández, que atiende en la panadería Montpellier, cuenta que desde que inauguraron el almacén empezaron a comprar los insumos allí. “Nos ha ido muy bien. Facilita mucho. Antes mi mamá iba todos los fines de semana al centro, ahora todo lo compramos ahí, porque los precios son los mismos”.
El negocio les apunta a los estratos uno, dos y tres, a sectores donde el comercio de alimentos y víveres se da, sobre todo, a través de tiendas y minimercados. Lo que intenta suplir Surtimayorista son los costos que implica surtir y proveerse de insumos, pues según Fernández, “muchos clientes que tradicionalmente iban a comprar a Corabastos pueden encontrar precios muy similares a los que encontraban en Corabastos, sin la necesidad de invertir dos horas de su tiempo en desplazamiento de ida, dos horas en desplazamiento de regreso, pagar fletes y desperdiciar tiempo para atender clientes”, dice Fernández.
La nueva apuesta de Grupo Éxito en el mercado es llevar la central de abastos a la vuelta de la esquina. La Surtimayorista es la estrategia para proveerle a tenderos, restaurantes, minimercados y panaderías, los insumos que antes no tenían a la mano. Con este formato, conocido como Cash and Carry, inspirado en un modelo brasileño, han sido abiertas cuatro sedes en lo que va del año: dos en Bogotá, una en Cúcuta y la última fue la semana pasada en Villavicencio. (Lea también: Utilidad neta del Grupo Éxito cayó 99%)
Desde que llegaron los grandes descuentos al país (hard discounts, como suele ser conocido este tipo de formato comercial), las grandes cadenas han tenido que innovar en el mercado. Surtimayorista del Éxito, que entró al mercado en 2016 con una inversión de $20 mil millones, se consolida hoy como la punta de lanza del crecimiento del grupo. “Vamos a cerrar el año con tres nuevos almacenes: vamos a abrir Claret, Zarzamora y la semana pasada inauguramos en Villavicencio. A final de año abriremos en la costa, en Cartagena y Barranquilla. Estamos entrando a las zonas donde hay un mayor número de tiendas en el país: Bogotá, Cundinamarca y la Costa Atlántica”, dice José Rafael Fernández, gerente de la marca.
La apuesta del negocio, evidente en el eslogan de la marca (“La central de abastos de la esquina”), es venderles a tenderos, panaderos, dueños de restaurantes, cafeterías e incluso a puestos de comida callejera. Pues, según Fernández, “el cliente profesional no tenía un abastecimiento correcto. Hablo de un tendero, del dueño de un minimercado, de quien tiene un puestico en alguna calle de la ciudad. Ese tipo de personas hoy no tienen un canal de distribución formal correcto, les toca pedalear con 20 o 30 proveedores para tener un abastecimiento medianamente decente. Y lo que nosotros estamos haciendo es subsanar ese vacío en la distribución para ese canal”.
Visitamos algunos de los comercios alrededor de la Surtimayorista del barrio El Restrepo, en Bogotá, para saber cómo ha sido la acogida de este negocio en la zona. Viviana Rojas, quien atiende en una de las cafeterías del barrio, dice que todos los días va a comprar alguna cosa. “Los precios sí son más económicos, anteriormente compraba en el Surtimax que antes quedaba allí mismo y mientras cambiaban a la Surtimayorista compraba en el D1. Y ahora que lo abrieron compro casi todo ahí: el café, la panela, la maizena”.
La apuesta por este tipo de clientes implica un manejo de precios relativamente bajo. Las estrategias que permiten mantener estos niveles, por un lado, tiene que ver con las referencias de producto que son ofrecidas. Pues, si bien las marcas líderes del mercado están en estantería, el negocio, en gran parte, es viable por las marcas retadoras que proponen precios entre un 30 % o un 35 % menos que estas.
Luis Sánchez, quien abrió hace unas pocas semanas un asadero de pollos, dice que los granos, víveres y plásticos los compró allá por los precios y la cercanía. “Si se me acaba algo corro para allá. Antes de empezar hice un mercado de $402.000, pensado para 15 días, y me ha rendido”.
La doble marcación de precios: al por mayor y al detal, es otra de las estrategias de la Surtimayorista para que los clientes puedan comprar sin estar sujetos a descuentos por grandes volúmenes o por cajas. Pues, a partir del tercer producto de una misma referencia el precio que opera es menor –al por mayor. “Tú puedes comprar el mismo producto con dos precios distintos, una gaseosa te vale $2.000, pero si compras más de tres, cada una te vale $1.800, por decir algo”, afirma Fernández.
Parte del negocio del formato Cash and Carry está en el ahorro de costos logísticos. En almacenes como Supermayorista, los productos están disponibles a los ojos y a las manos de las personas, pero la parte superior de la misma estantería funciona como bodega de los productos. El ahorro en almacenamiento y transporte, en parte, se traduce en menores precios de cara al consumidor.
Sulay Hernández, que atiende en la panadería Montpellier, cuenta que desde que inauguraron el almacén empezaron a comprar los insumos allí. “Nos ha ido muy bien. Facilita mucho. Antes mi mamá iba todos los fines de semana al centro, ahora todo lo compramos ahí, porque los precios son los mismos”.
El negocio les apunta a los estratos uno, dos y tres, a sectores donde el comercio de alimentos y víveres se da, sobre todo, a través de tiendas y minimercados. Lo que intenta suplir Surtimayorista son los costos que implica surtir y proveerse de insumos, pues según Fernández, “muchos clientes que tradicionalmente iban a comprar a Corabastos pueden encontrar precios muy similares a los que encontraban en Corabastos, sin la necesidad de invertir dos horas de su tiempo en desplazamiento de ida, dos horas en desplazamiento de regreso, pagar fletes y desperdiciar tiempo para atender clientes”, dice Fernández.