“Tenemos razones suficientes para demandar ley que prohibió el asbesto”
Jorge Enrique Gómez, representante legal de Bricolsa, la única mina de asbesto en Colombia, insiste en que no se ha demostrado afectación en la salud de los habitantes de Campamento (Antioquia), donde queda la explotación, y que con la protección adecuada no hay riesgo para trabajadores ni consumidores.
Mari Luz Avendaño
Ante la prohibición del asbesto en Colombia, por parte del Congreso de la República, desde la mina Las Brisas, Bricolsa, ubicada en el municipio de Campamento, en Antioquia, aseguran que están dispuestos a demandar la ley en cuestión, pues sienten que se les han vulnerado sus derechos, y afirman ser el polo de desarrollo y la única fuente de empleo de dicho municipio.
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Ante la prohibición del asbesto en Colombia, por parte del Congreso de la República, desde la mina Las Brisas, Bricolsa, ubicada en el municipio de Campamento, en Antioquia, aseguran que están dispuestos a demandar la ley en cuestión, pues sienten que se les han vulnerado sus derechos, y afirman ser el polo de desarrollo y la única fuente de empleo de dicho municipio.
El representante legal y presidente de la junta directiva de la empresa, Jorge Enrique Gómez, habló con El Espectador sobre este caso. Hizo duros cuestionamientos a la forma como se decidió el asunto y aseguró que se basó en especulaciones y no en sustentos científicos, a pesar de que desde la Organización Mundial de la Salud se ha advertido que la exposición a este material, en cualquiera de sus tipos, incluido el crisotilo (que se explota en Las Brisas), es cancerígeno y causa otras enfermedades como la asbestosis.
“Eso significa que la evidencia científica, tanto en humanos como en animales, es suficiente para afirmar que el asbesto crisotilo causa en humanos mesotelioma (cáncer de la pleura, que es el tejido que recubre los pulmones), cáncer de pulmón, cáncer de laringe y cáncer de ovario”, explica Juan Pablo Ramos-Bonilla, profesor asociado del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de la Universidad de los Andes.
Desde Las Brisas también advierten sobre la inexistencia de algún informe que demuestre que alguno de sus empleados o habitantes de la región presente problemas de salud por la explotación que realizan. Asimismo, que en el país ha habido informes, pero que no se ha podido concluir si determinadas enfermedades fueron producto de la exposición al asbesto o no.
Frente a esto, el profesor afirma: “No hay que volver a demostrar en Colombia que los asbestos son cancerígenos (como lo está a escala mundial)”. Y agrega que no poder vincular a las personas con enfermedades causadas por los asbestos con la exposición “puede ser más el resultado de las deficiencias del sistema de salud colombiano para investigar y hacerles seguimiento a las personas expuestas a los asbestos”. Lo mismo dice frente al argumento de que en Campamento no se ha encontrado a nadie afectado por la exposición.
¿Cuál es la situación de la empresa hoy?
Jurídicamente, todavía estamos en la potestad de producir. No ha sido fácil, porque con tantos ataques mediáticos los clientes nacionales dejaron de consumir hace mucho rato, hemos estado en negociaciones con otros países y ya estamos en proceso de comenzar a exportarles material.
¿Hace cuánto tiempo dejaron de consumir?
Eternit era casi nuestro único cliente y desde mediados de 2017 no nos compra absolutamente nada, cerró la línea de asbesto para fibrocemento.
¿Cuál es la alternativa para la empresa?
Siguen siendo los mercados internacionales. Hay uno que sigue creciendo como todo el suroeste asiático, por eso la idea de seguir produciendo para exportar es un tema viable para nosotros, porque ya en Colombia nadie nos compraba. De hecho, no entendemos el porqué de tanto alboroto si ya nadie en Colombia consume asbesto. También venimos en un proceso de reconversión, porque hay otros minerales en el título que fueron ya aprobados por la autoridad competente del tema para explotación. Solo estamos a la espera de finiquitar los procesos de legalización de la explotación de estos otros minerales.
¿Y qué falta para eso?
Pensaría que un poco de voluntad política, porque desde 2018 está aprobada esa adición de minerales, pero hasta ahora no se ha inscrito nada en el Registro Minero y sin eso no podemos comercializar.
¿Cuántos trabajadores tiene hoy la empresa?
Históricamente hemos contado con 250 o 200 trabajadores, pero hoy estamos un poquito por debajo de esa cifra. La idea es volver a contratar todo el personal como lo veníamos haciendo.
Dicen que el asbesto que explotan tiene unas características especiales que no perjudican la salud. ¿Cómo es esto?
La palabra “asbesto” es genérica para decir fibras minerales, de eso hay dos grandes tipos: los anfíboles, que son los que está demostrado que la sobreexposición sin medidas de protección puede traer problemas para la salud, porque la biopersistencia en el cuerpo es más alta, y está el crisotilo o asbesto blanco, que es el que producimos nosotros, la biopersistencia de este en el cuerpo es muy corta, o sea de ocho a doce días el cuerpo mismo tiene la capacidad de degradarlo, por eso lo clasifican en el puesto 119 de peligrosidad, muy por debajo del cloro, el arsénico, el metano, el plomo, el zinc y de una cantidad de materiales a los que estamos expuestos día a día en la industria, o sea que nosotros estamos totalmente convencidos de que la utilización bajo medidas de protección es totalmente segura.
Para los trabajadores, ¿y para el consumidor?
Es una muy buena pregunta, porque hay mucha desinformación en el mercado. Hubo países donde se malutilizó como relleno térmico en las paredes, acá en Colombia nunca se ha utilizado así, aquí solamente se utiliza como materia prima para otras cosas, nunca tiene más del 6 o 7 % del producto final y está enmascarado por otros materiales, entonces no hay acceso directo para las personas sobre el asbesto.
Si eso es así, ¿por qué se llegó a este punto en el Congreso de tomar la decisión de prohibirlo?
Para nosotros, respetando la decisión del Congreso, no se actuó en derecho, el debate se llevó netamente a un tema de medios para no hacer el debate científico que se debía hacer. En Colombia no hay estudios claros ni certeros de la gente expuesta ni de enfermedades a personas expuestas por eso. En uno de los sitios más expuestos, que sería el municipio de Campamento, hay certificaciones tanto de la Gobernación de Antioquia como de la Alcaldía y la Secretaría de Salud de Campamento y del hospital que demuestran que no hay ni un solo caso registrado de empleados, ni exempleados, ni pensionados, ni personas de la región; tenemos 13 veredas alrededor y no hay un solo caso registrado.
¿Y qué dice el Ministerio de Salud?
Hay un informe del Ministerio Salud que fue mal interpretado, donde dice que las patologías o los diagnósticos de estas enfermedades no se pueden atribuir al asbesto sin un estudio de cohorte. Entonces lo que deja claro ese informe es que se malinterpretó la información, le ponen unas cifras de enfermos con patologías parecidas y se las atribuyen al asbesto, cuando el informe es claro y dice que no puede determinar cuáles son enfermos por exposición de asbesto.
¿Qué recursos les quedan?, ¿qué van a hacer?
Son varias cosas que estamos pensando hacer, todo basado en el derecho. Se violaron varios derechos constitucionales, como el derecho al trabajo y a la propiedad privada. En el artículo 58 de la Constitución hay una cantidad de cosas que pueden ser anticonstitucionales, pero también desde nuestro punto de vista hay una falsa motivación en el acto administrativo, porque lo que se demostró y las evidencias que se mostraron no son las indicadas, ni fueron bien utilizadas; hay mucha desinformación y manipulación de la información. Es verdad que el asbesto aparece como cancerígeno, pero también aparece el sol, la contaminación, la carne asada, el Splenda... una cantidad de cosas con las que tenemos contacto, y eso no es motivo para prohibirlo. Tenemos que hacer buenos temas de salud ocupacional, como se lo dijimos por medio de un comunicado al presidente. Aquí también hay cosas para tener en cuenta. Somos una compañía que está regulada con la ley 007 del 2011 de uso seguro de fibras, nadie nos ha demostrado que hay enfermos después de esa ley, nadie nos ha demostrado que hay enfermos después de que Colombia empezó a implementar la salud ocupacional, a mediados de los 80. Es cierto que muchos países lo tienen prohibido, pero lo prohibieron en momentos en que el tema de salud ocupacional apenas se estaba comenzando a implementar en los años 70 y 80, entonces son situaciones diferentes; hoy el mundo ha cambiado.
¿Cómo demostrar que eso es real?
Como lo hemos dicho en otras ocasiones, estamos dispuestos a hacer los estudios necesarios a los empleados que han estado expuestos durante muchos años. Tenemos empleados con más de 38 años de trabajar en la empresa y no tienen nada, el promedio de antigüedad de empleados es de más de 22 años en la empresa y son nuestros mayores defensores, los exempleados y pensionados son los mayores defensores, la comunidad es también defensora.
¿Entonces por qué se da este “ataque” al asbesto?
No sabemos el porqué, para nosotros puede haber intereses, desinformación, mucha desinformación, y para nosotros lo que se debió haber hecho es estudios, haber cogido la región, haber cogido los empleados, los exempleados, los pensionados, haber hecho un estudio bien realizado para tomar decisiones en derecho; pero no, parece que tomaron decisiones basados en desinformación. Parece más un tema económico, que puede desfavorecer a unos y favorecer a otros.
En Colombia hay mucho asbesto, ¿insisten en que se haga un estudio científico para demostrar cuánta gente se ha afectado?
Hay estimaciones que dicen que existen más de 400 millones de metros cuadrados de asbesto, el 80 % de la ruralidad en nuestro país tiene que ver con el asbesto, todos hemos crecido con el tema del asbesto o en contacto con él o en la escuela, los puestos de salud o en la casa, todos hemos tenido contacto con él y nunca ha habido problemas de salud pública en este país por eso. No entendemos el pánico económico que se ha creado ni lo que puede conllevar esto para el Estado, porque esto puede conllevar a que el Estado tenga que reemplazar miles y miles de metros cuadrados y no tenga los recursos.
Le compraron la compañía al Estado. ¿Sienten que hubo claridad al momento de comprar?
Esta compañía fue comprada al Estado colombiano en 2012 en una subasta pública, y nos la entregó con todos los salvamentos del mundo, afirmando que no había problema. Había una resolución, la 007 del 2011, donde se reglamentaba el uso seguro de fibras, y lo que hacía que no hubiese más ataques para tratar de prohibir, se nos daba estabilidad jurídica y el grupo de inversionistas entró basado en eso. Pero lo que hemos visto es totalmente diferente, hemos visto ataques y ataques. Esto se volvió un tema mediático, somos radioactivos para los bancos, para los proveedores, para todo el mundo, y no está bien, porque estamos tratando de hacer empresa en este país, somos el polo de desarrollo y la única fuente de empleo en la región, la única fuente de financiación para el municipio, somos los que estamos haciendo presencia en la zona para cosas que el Estado no ha hecho: arreglamos la carretera, electrificamos las veredas, el puesto de salud, la escuela, bodegas para los campesinos, el transporte de los campesinos. Hemos sido todo lo que el Estado no ha hecho y ahora somos los malos del paseo.
A ustedes les garantizaron la explotación a treinta años. ¿Se sienten engañados entonces?
Sí, porque el Estado colombiano en el contrato con la Superintendencia de Sociedades nos entregó un título convertido a ley 685, en el cual se daban treinta años más de explotación y esta es la hora en que no se ha firmado el contrato después de que está desde el año 2012 y no ha habido voluntad política para firmar el contrato.
¿Van a hacer lobby en el Congreso?
Le enviamos una carta al presidente de la República en la que le dábamos nuestro punto de vista, le mostramos las cosas que a nuestro parecer no se hicieron bien y cómo a nosotros nadie nos tuvo en cuenta; también hemos ido n cantidad de veces al Congreso y nadie nos ha dejado hablar. El mismo alcalde de Campamento estuvo más de siete veces en el Congreso y nadie lo dejó hablar. En la Comisión Séptima se habló de tener unas audiencias públicas y por obvias razones una de esas audiencias públicas se debió haber hecho en Campamento, como el alcalde lo pidió al Congreso en cartas el año pasado, pero tampoco se logró nada; solo se limitaron a hacer una audiencia pública en la Plaza de Bolívar en Bogotá, donde no hay afectados directamente. Nos hicieron a un lado, se convirtió en tema mediático y tomaron decisiones que afectan a muchas personas.
Hay preocupación entre los trabajadores por los salarios y las prestaciones que les adeudan. ¿Cuál es la respuesta que les dan?
Es cierto que estamos en una incertidumbre muy grande. Todos nos vemos afectados, hemos tratado de mantener todos los puestos de trabajo y los vamos a mantener, es cierto que les estamos debiendo un dinero, pero estamos tratando de ponernos al día. Estamos enfocados en defendernos para seguir produciendo.
¿Les da la seguridad a los trabajadores de que su dinero no se va a perder?
Por supuesto; de hecho, lo más fácil hubiera sido salir del personal y eso fue lo que nos recomendaron los abogados y contadores, y no lo hemos hecho porque sabemos que el Gobierno Nacional y el departamental tienen que tomar medidas para que estos empleos no se acaben.
El alcalde decía que si ustedes pudieran explotar ese otro tipo de materiales se incrementaría el número de trabajadores. ¿Qué tan real es eso?
Hay un proyecto con el silicato de magnesio, que se ha venido trabajando desde hace tres años. Desafortunadamente con todos estos ataques y el tema mediático, los inversionistas salieron corriendo hasta que baje la marea, pero hay un proceso de montaje de una planta de procesamiento de silicato de magnesio con una inversión importante de cerca de US$40 millones, que permitiría casi duplicar o triplicar los empleos, pero dependemos de tener todo legalmente armado y de que los inversionistas tomen la decisión de entrar acá. Para eso también hemos estado pidiendo al Gobierno que tome medidas de impuestos que hagan motivar a los inversionistas; si logramos tener unos beneficios de impuestos en IVA, que sean atractivos, podríamos finiquitar esa decisión de los inversionistas de entrar al proyecto.
¿Es factible explotar el silicato de magnesio sin tocar el asbesto?
Totalmente, el título minero es de 5.000 hectáreas y el área de explotación del asbesto está en veinte. Además, el silicato de magnesio tiene un proceso de altas temperaturas por encima de los 700 grados y el asbesto, a 600 grados centígrados durante más de veinte minutos, se transforma en otro material, o sea que no habría ningún problema con el asbesto.
¿Para qué se usa el silicato de magnesio?
Como biofertilizante. En el mundo ha ido creciendo la demanda de biofertilizantes y se ha descubierto una cantidad de bondades en el silicio que mejora el tema radicular y el aparato inmune de la planta (el magnesio también). Se utiliza además como refractario de alta temperatura o alta resistencia, y este se puede usar para muchas cosas, como filtros para la industria petrolera. Hay muchas cosas que se pueden utilizar con esto.