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Elon Musk es una fábrica de noticias: si no está asistiendo al presidente Trump, está atendiendo los problemas de producción del Model 3, proponiendo nuevas formas de transporte masivo, lanzando cohetes, insultando a un rescatista tailandés o buscando la forma de privatizar una de las empresas de tecnología más destacadas del mundo.
Las últimas semanas han sido movidas para Tesla, por decir lo menos, luego de que Musk dijera a través de un tweet que busca comprar de nuevo las acciones de su compañía. El mensaje envió los títulos de la compañía en una espiral ascendente y abrió uno de los mayores torbellinos de especulación corporativa de los últimos tiempos.
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Los acontecimientos más recientes en esta suerte de novela empresarial tienen que ver con el interés del fondo de inversión de Arabia Saudita en la empresa (que ya posee 5 % de ella), así como el examen que la junta directiva de la corporación está haciendo acerca de la propuesta de Musk.
Sobre este último punto, la junta aseguró que formó un comité especial para evaluar la propuesta de Musk. Los directores independientes Brad Buss, Robyn Denholm y Linda Johnson Rice conformarán el comité, que aún no ha recibido una propuesta formal, según un comunicado dado a conocer este martes. No han llegado a ninguna conclusión sobre si es aconsejable o factible retirar de bolsa a Tesla.
Todo esto sin olvidar la investigación que abrió la Comisión de Valores de EE.UU. por supuestas manipulaciones del precio de la acción a través del tweet de Musk. De acuerdo con una publicación del diario The New York Times, el ente regulador citó a declarar al ejecutivo. La razón: desde la publicación del mensaje es claro que ni Tesla, ni su CEO y fundador, tienen los fondos para comprar de vuelta los títulos de la empresa.
De acuerdo con el Times, la citación de Musk sugiere que la investigación avanza y ha adquirido más forma, pues esta acción requiere del aval de las cabezas de la Comisión de Valores.
Mientras tanto, Musk anunció que trabajará con asesores de Goldman Sachs para la estructuración de un plan para privatizar su compañía. La firma financiera confirmó su papel de asesor y dijo que eliminaría sus calificaciones y su meta de precios para las acciones de la empresa.
Viejos amigos
El banco consiguió el codiciado papel de suscriptor principal en las vendas de acciones públicas de Tesla, por US$2.200 millones, que incluyen la OPI y cinco ofertas posteriores, según datos compilados por Bloomberg. En la única transacción de este tipo que no encabezó, una oferta de acciones por US$2.300 millones en 2016, ocupó el segundo lugar detrás de su rival Morgan Stanley.
Goldman Sachs también dirigió la OPI en 2012 y dos subsiguientes ventas posteriores de SolarCity Corp., la empresa de energía solar apoyada por Musk y adquirida por Tesla en 2016 en una transacción tasada en cerca de US$2.000 millones.
Esto significa que el banco ganó más de US$22 millones en comisiones por las vendas de acciones de Tesla en los últimos ocho años, según cálculos de Bloomberg. La remuneración por una transacción para sacar a la empresa de la Bolsa podría ser mucho más alta: Jeffrey Nassof, director de Freeman Consulting Services, estimó la semana pasada que los bancos que asesoren a Musk podrían embolsar entre US$30 millones y US$50 millones.
La relación entre el multimillonario y el banco no quedó exenta de escrutinio. Patrick Archambault, un exanalista de Goldman, causó suspicacia en 2016 al elevar la recomendación para las acciones de Tesla de “neutra” a “compra” pocas horas antes de anunciarse que su empresa administraría una venta de acciones nuevas de Tesla junto a Morgan Stanley.