Una recuperación en cámara lenta: ¿se estancó subida de los embalses de energía?
El nivel útil de los embalses ha aumentado en los últimos meses, pero a los expertos les preocupa el ritmo al que está subiendo desde julio. Le contamos qué implica.
Este año, el país superó el fenómeno de El Niño sin pasar por un racionamiento de energía, pero por poco. El nivel de los embalses llegó incluso a un preocupante 28,56 % en abril, en ese momento los gremios advirtieron que si el evento climático duraba más de lo esperado, harían falta medidas drásticas.
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Este año, el país superó el fenómeno de El Niño sin pasar por un racionamiento de energía, pero por poco. El nivel de los embalses llegó incluso a un preocupante 28,56 % en abril, en ese momento los gremios advirtieron que si el evento climático duraba más de lo esperado, harían falta medidas drásticas.
En el país, la generación de energía en tiempos normales se soporta en cerca del 70 % en las hidroeléctricas, por eso el nivel de los embalses es clave. En el caso del último fenómeno de El Niño, ante la sequía, fue necesario que las plantas térmicas produjeran a su máxima capacidad para atender la demanda y evitar un racionamiento, una medida que incrementó las tarifas porque generar energía con gas o carbón es más caro que generar con agua.
Desde finales de abril, con el aumento de las lluvias, los embalses empezaron a subir. Sin embargo, en este punto preocupa que la curva dejó de aumentar al mismo ritmo que en mayo y junio.
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“La curva de crecimiento del nivel de los embalses se aplanó. Desde principios de julio el nivel útil ha estado fluctuando entre el 58 % y 59 % y veníamos de una curva creciente”, explicó Julio César Vera, presidente de XUA Energy.
El experto señala que el nivel de aportes hídricos ha estado por debajo de la media histórica. “Para agosto está en el 75 % y para julio estuvo en el 80 % de la media histórica, es decir, hemos venido recibiendo menos aportes de lluvias que en el promedio histórico”.
Natalia Gutiérrez, presidenta de Acolgen, explicó que los precios de la energía, en promedio, dependen en 80 % de los precios que se negocian en contratos de largo plazo, el otro 20 % depende de los precios en la bolsa de energía que tiene variaciones, principalmente, por el clima.
Como la generación en Colombia depende del agua, cuando llueve menos o se espera que llueva menos, los precios suben porque toman más protagonismo las térmicas y generar con esas plantas es más costoso que generar con las hidroeléctricas.
En este punto hay que entender, al menos en términos generales, cómo funciona la bolsa. Antes de las 8:00 de la mañana, los generadores presentan una oferta de precio para el día siguiente y dicen cuánto están dispuestos a generar cada hora. XM, el operador del sistema, organiza las ofertas de menor a mayor. Imagine que hay una fila de personas (las empresas generadoras) con ofertas, a los que logren montarse a un bus se les compra, a los que se queden por fuera, no. Para determinar quiénes lo logran, se organizan por orden de precio: el que tiene la propuesta más competitiva (el que ofrece el precio más bajo) tiene el primer lugar y el que cobraría más caro queda de últimas.
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Las personas pueden entrar hasta que se llena el cupo, que en el ejemplo es el equivalente a la demanda que proyecta XM, es decir, lo que se va a necesitar al día siguiente para atender a los usuarios. El precio que se les pagará a todos los que lograron subirse lo determina la oferta de la última persona, es decir, el precio más alto entre los que “clasificaron”. Al ver el detalle, hay otras reglas, por ejemplo, quienes tienen una capacidad de generación inferior a 20 megavatios no ofrecen precio, pero se ubican al principio de la fila.
El tema es que no siempre todos se quieren subir al bus. Como explicó Pablo Hernán Corredor, gerente de PHC Servicios Integrados y exgerente general de XM, los precios en bolsa son flexibles por la incertidumbre y la percepción de riesgo de los generadores. En este caso, en el que se anticipan menos lluvias, las hidroeléctricas buscan guardar el agua para poder cumplir con sus contratos y por eso tienden a ofertar a precios mayores para no salir despachadas. Ahí entran las térmicas con mayor fuerza porque los precios a los que pueden ofertar les permiten “subirse al bus” y porque no dependen del clima y pueden generar energía sin problema.
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Exponerse a la bolsa de energía es una lotería, en algunas ocasiones los precios pueden ser menores que los de los contratos, pero en otras, como en sequías, pueden ser mucho mayores. Por regulación, si el precio supera un tope determinado (precio de escasez de activación), los generadores están obligados a entregar la energía que tienen comprometida en el cargo por confidencialidad y se les paga un monto máximo determinado (precio de escasez ponderado). Básicamente, ese cargo funciona como un seguro, los usuarios pagan una especie de prima para tener esta opción en casos extremos.
Vera afirmó señala que los precios en bolsa afectan, principalmente, “a los comercializadores ubicados principalmente en la periferia, que son los que tienen mayores dificultades para poder contratar”. Aunque los precios en bolsa están lejos del pico que se registró en abril, sí han venido aumentando en los últimos días.
Gutiérrez explica que en las últimas semanas aumentó la generación térmica porque los generadores necesitan “cuidar las reservas de agua”, teniendo en cuenta que aunque se espera el fenómeno de La Niña, que se caracteriza por intensificar las lluvias en las regiones Andina, Pacífico y Caribe, no ha llegado y cuando llegue tendría una intensidad más “débil” de la estimada inicialmente.
La probabilidad de que se desarrolle un fenómeno de La Niña entre agosto y septiembre es del 70 %, de acuerdo con los modelos internacionales. Dicho de otra manera, este fenómeno se estaría consolidando en el segundo semestre de este año.
Con menos aportes hídricos a la vista, los generadores de energía buscan guardar sus reservas para tener suficientes para la temporada de “verano” del próximo año, en la que se anticipan menos lluvias (aunque no al nivel del fenómeno de El Niño).
En su cuenta de X, Gutiérrez dijo que no solo hay que tener en cuenta “la foto de hoy”, sino también el futuro, en este caso, el nivel al que el país debe mantener sus embalses para atender la demanda. “Debemos seguir ahorrando agua, pues el margen que teníamos entre reservas y senda en julio disminuyó a pesar del aumento en la generación térmica”.
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Como dice Vera, mantener el monitoreo de los embalses es clave para evitar que el país quede en aprietos el próximo año. Por ahora, que el nivel de los embalses no crezca al ritmo esperado, se está traduciendo en precios mayores en la bolsa de energía.
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