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Desconcierto entre un gran porcentaje de la población deja la reforma tributaria estructural aprobada en las Comisiones Terceras del Congreso y con la cual el Gobierno espera recaudar un poco más de $6,2 billones, $1 billón por debajo de lo estimado inicialmente por el Ministerio de Hacienda y la DIAN. Pese a que se realizaron foros en varias ciudades, todo se fraguó en las instalaciones de Hacienda y el Gobierno. Y en el recinto del Congreso se volvió a las viejas mañas: aprobar a pupitrazo, sin la discusión que requiere un proyecto de esta naturaleza y con la evidente injerencia de algunos sectores económicos poniendo a salvo sus intereses. “Pareciera que el debate no ha sido totalmente liderado por el Congreso y el Gobierno, y en esa medida se ve todavía que hay una injerencia de algunos sectores en las discusiones importantes que tiene que ver con el tema fiscal. Eso no termina siendo del todo saludable”, señaló el gerente de investigaciones económicas de la firma Acciones y Valores, Wilson Tovar. (Lea Ambiente enrarecido para la reforma tributaria)
La reforma tributaria estructural “no tiene nada. Básicamente contiene un aumento de la tarifa general del IVA del 16 % al 19 %”, resaltó el catedrático de la Universidad Nacional, Alberto Villabona. El Gobierno, por otro lado, considera que los $6,2 billones esperados de ingreso son “suficientes para cumplir la meta del déficit fiscal”, dijo el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas. La caída en los ingresos estimados se achaca a la eliminación de la propuesta del impuesto a las bebidas azucaradas, donde el pulso lo ganaron los sectores económicos. “Hicimos una defensa de ese impuesto. Lo consideramos conveniente desde muchos puntos de vista. Desde la salud pública hay muchos argumentos. Defendimos las tesis, pero las mayorías son las que tienen la última palabra, y no consideraron que este impuesto fuera conveniente”, dijo el derrotado ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas. (Lea Aprueban reforma tributaria con alza de tarifa general del IVA al 19%)
El exdirector de la DIAN, Horacio Ayala señaló que “infortunadamente el Gobierno tuvo que echar atrás, como suele suceder siempre cuando se presentan estas cosas por razones políticas, una serie de medidas que lo van a afectar, como la reducción del impuesto a los dividendos, los cambios relacionados con las limitaciones de exenciones y las bebidas azucaradas”. Otros piensan que todo va saliendo mejor, como el director de Fedesarrollo y miembro de la comisión de expertos tributarios, Leonardo Villar: “La reforma va avanzando bien, mantiene los lineamientos principales de las recomendaciones de la Comisión Tributaria y de lo que presentó el Gobierno inicialmente. En ese sentido, creo que el Congreso se está comportando de manera muy responsable ante una situación que es evidente, que la reforma no es popular. Nunca es fácil aumentar la tributación, pero sería mucho más dañino no aprobarla”.
Renta de asalariados
El ministro de Hacienda resaltó que la reforma aprobada mantiene el nivel de tributación de los asalariados y que no se aumentaron las tarifas ni la base, “es decir, quienes hoy tienen la obligación de declarar, que son los colombianos cuyos ingresos son de $3,5 millones al mes, seguirán siendo los mismos que tienen esa obligación. Eso no se modificó y la tabla de renta para los asalariados tampoco sufrió modificaciones”. Cárdenas indicó que se puso un tope a las deducciones para las personas de ingresos altos, “eso va a permitir que las personas de altos niveles de remuneración no puedan deducir sino hasta $150 millones, con lo cual vamos a tener un poco más de progresividad en la tributación en Colombia”.
Uno de los mayores impactos de la reforma tributaria estructural es no gravar a los asalariados, señaló la representante del Partido Liberal, Olga Lucía Velásquez. “No se dejó aumentar la base gravable. Tampoco se dejó modificar los rangos de la tarifa de renta”, agregó. La congresista explicó que una persona que gana hoy $4 millones paga cerca de $41.000 de renta al año, pero la propuesta del Gobierno era que tributara $1,2 millones.
Tranquilidad para los mercados
En el mercado financiero se percibe que lo aprobado tranquiliza a las calificadoras de riesgo. “Hasta ahora las cifras van cuadrando, es decir, el riesgo mayúsculo de una reducción en la calificación porque la reforma no dé los recursos para reponer, en parte, los ingresos de la renta petrolera, se va diluyendo. Por ahora la reforma es saludable para el mercado, en la medida en que el grueso de los recursos que el Gobierno pretendía conseguir se está logrando”, dijo Wilson Tovar.
Como al Gobierno le ha tocado retirar algunos impuestos y no modificar la tabla de renta para las personas naturales, analistas consideran que la reforma tributaria tiene poco de estructural. “Hay elementos de lo estructural que se han debilitado, pero se mantienen los lineamientos de la reforma. En el impuesto a los dividendos ha habido un debilitamiento adicional al que presentó el Gobierno frente a la propuesta de la Comisión Tributaria”, dijo Leonardo Villar.
Por su parte, el exdirector de la DIAN, Horacio Ayala, considera que “no podemos hablar de una reforma estructural en realidad. Yo pienso que fue otra vez un paquete de ajustes. Así como se presentó el debate, sin discusiones en las comisiones, seguramente va a suceder lo mismo en las plenarias” de Senado y Cámara. Consideró que el incremento del IVA va a tener impacto en las personas de medianos y bajos ingresos.
La congresista María del Rosario Guerra, del Centro Democrático, denunció que el ministro de Hacienda ha prometido una adición presupuestal para el próximo año y “es básicamente para darles contentillo a los congresistas. Una adición presupuestal para gastarse la plata que va a sacar del bolsillo de los colombianos con la reforma tributaria”. Se estima que puede ser de $3 billones