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La decisión de Estados Unidos de sancionar a la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) el lunes podría traducirse pronto en una escasez de gasolina en el abatido país lationamericano.
Citgo Petroleum, el brazo de refinación estadounidense de la petrolera venezolana, seguirá operando, pero no se le permitirá enviar dinero al régimen del autocrático presidente Nicolás Maduro; en su lugar, los ingresos se mantendrán en cuentas bloqueadas de Estados Unidos. Esto probablemente afectará el mercado interno de gasolina en Venezuela, porque Citgo no solo vende crudo en el extranjero, sino que compra la muy necesaria gasolina que el sistema paralizado de Venezuela no puede producir.
“Es muy probable que haya una escasez en el medio plazo. PDVSA podría comprarlo en Europa y otros lugares, pero será complicado, lento y costoso, y la compañía tendrá menos efectivo para responder a esta situación”, dijo Francisco Monaldi, experto en energía latinoamericana en Rice University de Houston.
Con más petróleo que Arabia Saudita, Venezuela ha vendido durante mucho tiempo la gasolina más barata del mundo a nivel nacional, a un precio de menos de un centavo por llenar un tanque.
Pero años de mala administración, junto con la caída de los precios de las materias primas en 2014, arrastraron al país socialista a un colapso económico marcado por la creciente escasez de alimentos, la hiperinflación y el derrumbe de los servicios públicos.
Con la caída de la capacidad en las refinerías de Venezuela al 24 %, el país ha tenido que importar gasolina en los últimos dos años. Sin embargo, la escasez se ha convertido en algo común y llegó a la capital el mes pasado, cuando los automovilistas tenían que esperar en colas de una hora, lo que obligó a las gasolineras a cerrar antes de las extensas vacaciones navideñas de Venezuela.