“Veo una segunda ola de la inteligencia artificial”: gerente de IBM Colombia
Patricio Espinosa afirma que las empresas en Colombia avanzan hacia la adopción de este tipo de tecnologías en el corazón de los negocios. Algunas como “blockchain” están en pañales, debido a que es necesario implementarla como un ecosistema entre varias empresas o entidades.
María Alejandra Medina C. / @alejandra_mdn
Patricio Espinosa es gerente de IBM Colombia desde enero pasado. En entrevista con este diario, cuenta cómo ve al país en la adopción de tecnologías como inteligencia artificial (IA) y la nube. Afirma que aún son incipientes soluciones como blockchain (literalmente “cadena de bloques”), una tecnología que se ha hecho famosa por su aplicación en criptomonedas, pero que tiene amplio potencial para garantizar descentralización y trazabilidades con la información valiosa.
IBM, precisamente dedicada, entre otras cosas, a desarrollar estas herramientas para las empresas, actualmente emplea a 350.000 personas en el mundo, aunque no revela su cifra para Colombia. Espinosa afirma que sus inversiones en el país están enfocadas sobre todo en programas de educación para atajar el mentado déficit de talento en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemática (STEM, por sus siglas en inglés). Lo hace con programas como Ptech, dirigido a estudiantes (hasta ahora, 240) de entidades públicas, para otorgarles títulos técnicos laborales en áreas relacionadas con STEM.
¿Qué encontró en la empresa y el país al llegar al cargo?
Yo estaba manejando la región de Latinoamérica, excepto Brasil y México. Todo el tiempo estamos analizando oportunidades de mercado, economía, crecimiento, y la verdad es que todos los parámetros eran positivos. Llegar acá ha sido más refrescante todavía: indicadores macroeconómicos buenos, estamos entre 3 % y 4 % (crecimiento del PIB); inflación en menos de 4 %. Todo indica que vamos a tener un buen año. Luego, en nuestra industria, es superdivertido por lo que está sucediendo, cómo está transformando nuestras vidas en términos de impacto y la capacidad que tiene un aparato como un celular. Al tiempo, las líneas entre negocio y tecnología cada vez son menos claras. Hay bancos que hablaban hace unos años de que son institutos con la tecnología en el “core” de lo que hacen; hoy puede que digan que son empresas de tecnología que prestan servicios financieros. Entonces, si juntas una economía que está bien con una industria en plena revolución, la expectativa es superpositiva.
Escuchamos de muchas tecnologías que convergen para hacer la revolución digital: IA, 5G, “blockchain”. ¿Cómo ve a Colombia en esas tendencias y en qué está más fuerte tanto en desarrollo como en adopción?
Colombia se está moviendo a la par o, en algunos casos, delante del resto de mercados en Latinoamérica. Un estudio de IDC dice que Colombia es el número uno en adopción de la nube en la región y que en 2017 se invirtieron más de US$300 millones en esto. En inteligencia artificial, hemos dado pasos importantes. Por ejemplo, estamos trabajando con la Fiscalía en la adopción de una herramienta de Watson (sotfware para analizar grandes cantidades de información, en este caso, denuncias); estamos con la Fundación Santa Fe en la utilización de inteligencia artificial aplicada en oncología. La adopción de IA se está expandiendo y vemos que va a haber una segunda ola en términos de adopción de inteligencia artificial, mucho más cerca del core (corazón) de negocio de las empresas. En blockchain hay varios proyectos, pero la adopción todavía es relativamente baja. Creo que estamos en un ciclo de maduración. El secreto de esta solución es que tiene que haber un ecosistema trabajando en conjunto para que tenga sentido. Por ejemplo, Food Trust es una solución que comenzó con Walmart. Ellos encontraron un problema de calidad en uno de sus productos (alimentos) y se demoraron más de dos meses encontrando el origen. Mientras tanto, Walmart tuvo que retirar todo eso del mercado. Entonces, en conjunto con nosotros desarrollaron un proyecto de blockchain para hacer la trazabilidad al punto de origen. Esa solución que montamos para Walmart se está añadiendo a otras empresas similares que quieren tener esa trazabilidad y confianza respecto al origen de la comida.
¿En Colombia invierten en investigación y desarrollo de IBM?
Nuestras inversiones están principalmente enfocadas en ayudar a emprendedores. Un emprendedor que tiene una buena idea puede aplicar a nuestro programa y le podemos dar hasta US$120.000 al año de recursos gratuitos, eso le da acceso a más de 180 servicios de la nube desde el procesamiento, así como inteligencia artificial, blockchain y servicios para analítica. El otro foco de inversión está en educación. Estamos obsesionados con ese tema. Se ha hablado mucho del déficit de recursos y de talentos que hay en Latinoamérica y también en Colombia. Tenemos cincuenta universidades trabajando con nosotros en programas académicos. Tenemos el programa de Ptech; tenemos Digital Edu, una plataforma hecha para Colombia que estamos poniendo disponible de forma gratuita para que las personas puedan ver videos de todas estas tecnologías y se puedan educar ahí. Nuestro objetivo es tener más de 10.000 personas usando esta plataforma hasta fin de año. Sobre investigación y desarrollo: se centralizan mucho en los centros globales donde tenemos científicos, hay uno en Brasil y Nueva York, pero donde hacemos mucho desarrollo de soluciones es cocreando con los clientes; hemos desarrollado soluciones que eventualmente se exportan a otros países.
¿Cómo pueden acceder los emprendedores a ese programa?
La forma más fácil es que entren a nuestra página. El programa se llama Startup with IBM. Hay que llenar algunos campos y hay ciertos requerimientos; por ejemplo, tiene que ser una empresa joven y hay una descripción del tipo de negocio para que tenga sentido.
¿En dónde están los vacíos en la fuerza laboral de los que hablaba?
Todo lo que está relacionado con la migración y adopción en la nube; mantenimiento y programación de esas herramientas; pero donde veo el déficit principalmente es alrededor de los científicos de datos. Hoy es uno de los trabajos más buscados del mundo. Según Indeed, a escala mundial estiman que la demanda creció 29 % anualmente, y que la oferta —las personas buscando empleo como científicos de datos— apenas creció 14 %.
¿Y qué le falta al sistema educativo para que la fuerza laboral del futuro esté mejor preparada?
Es importante reconocer que la decisión de un niño o una niña de estudiar STEM tiene su origen desde muy temprano. Segundo o tercer grado. Hacer coaching o ayudarles a los profesores a despertar ese interés puede hacer una diferencia muy grande. Ya más adelante, cuando tenemos más niños y niñas interesados, todos tenemos que colaborar, con programas como Ptech, focalizarlos en habilidades y asegurarnos de que haya recursos disponibles para que se preparen. Otro tema importante es el inglés; es importante que niños y niñas lo aprendan, mucho de este aprendizaje es autodidacta, y muchas de las metodologías de aprendizaje hoy te dan un problema y tienes que buscar cómo resolverlo, y para hacer eso tienes que hablar inglés.
El Gobierno está trabajando en una subasta de espectro que viene retrasada y un proyecto de ley de TIC. ¿Cómo ven el entorno colombiano desde lo normativo para avanzar hacia la revolución digital?
Estamos presentes en Colombia desde hace 82 años. Hemos acompañado el progreso del país. Creemos que más allá del gobierno de turno, la dirección siempre ha sido la correcta y por eso hemos seguido invirtiendo en el país. Lo que veo ahora es que los países se están adaptando y están haciendo cada vez más un esfuerzo para ser habilitadores de adopción de estas tecnologías, que son parte de la cuarta revolución industrial. Y Colombia no se queda atrás, se está adaptando. Es una pregunta más de velocidad y agilidad para poder dar las garantías que se necesitan para seguir trabajando.
Con la primera fotografía de un agujero negro que vimos hace poco, también supimos que toda esa información la tuvieron que mover en avión. Era imposible hacerlo a través de internet. ¿Cómo se dan internamente las discusiones acerca de las limitaciones y el exceso de confianza que a veces parece que se tuviera respecto a la tecnología, internet, la nube…?
Son discusiones muy, muy profundas. Hemos acordado internamente dentro de IBM ciertos principios en cuanto al uso de la tecnología. El título que nos gusta usar es “Good tech”. Creemos que tiene que ser para el bienestar de las personas y la sociedad. Por ejemplo, cuando hablamos de inteligencia artificial, nos gusta hablar de “augmented intelligence” (inteligencia aumentada). En el caso de oncología, la idea no es tomar la decisión por el doctor, sino ayudarle a tomar una mejor decisión a él. Hay una gran diferencia. También es un tema de transparencia. Cuando le hacemos la recomendación al doctor, le decimos por qué razones, en qué estudios, documentos, casos, nos basamos para recomendar lo que estamos recomendando y cuáles son las contraindicaciones. Creemos que las personas que usan nuestras soluciones tienen que entender cómo estamos infiriendo la información, cómo se está llegando a esos algoritmos que permiten el desarrollo de la inteligencia artificial. El otro principio es que cuando utilizas nuestra nube desarrollas algo, cargas la información, esa información es tuya. El tema de privacidad de la información. En ningún momento vamos a agarrarla, a menos que haya un acuerdo, como es el caso, por ejemplo, del tema de oncología. Tenemos cientos de miles de casos de pacientes, pero todo eso obviamente con permisos y con privacidad; no es algo improvisado. Lo otro es que cuando hablamos de la nube siempre hablamos de seguridad. Si hay algo que sabemos con base en nuestra experiencia de haber estado en el mercado más de cien años, especialmente los últimos diez o 15 años, es que con con la avenida de tantos dispositivos móviles, de tantas formas de conectarse, los riesgos que se abren son mucho mayores. Nuestra nube está diseñada para los negocios, no para personas naturales, sino empresas que la utilicen de una forma segura.
Sabemos que para avanzar en la revolución digital hay retos de seguridad digital, un reto energético, entre otros.
¿Para usted, cuáles son los mayores retos para avanzar hacia la revolución digital, a parte del talento?
El mayor desafío que tienen las empresas para transformarse está dentro de casa. Hay un libro que se llama “Immunity to change”, que desarrolla la teoría de que los seres humanos tenemos un sistema para protegernos y protegernos es no cambiar. Entonces, cuando hablas de una revolución, de un cambio tan profundo en la forma que trabajamos, el mayor reto está en el cambio cultural. Lo veo en los clientes e incluso dentro de IBM; es algo que tenemos que ir cambiando, pero es un proceso que todos estamos haciendo.
Patricio Espinosa es gerente de IBM Colombia desde enero pasado. En entrevista con este diario, cuenta cómo ve al país en la adopción de tecnologías como inteligencia artificial (IA) y la nube. Afirma que aún son incipientes soluciones como blockchain (literalmente “cadena de bloques”), una tecnología que se ha hecho famosa por su aplicación en criptomonedas, pero que tiene amplio potencial para garantizar descentralización y trazabilidades con la información valiosa.
IBM, precisamente dedicada, entre otras cosas, a desarrollar estas herramientas para las empresas, actualmente emplea a 350.000 personas en el mundo, aunque no revela su cifra para Colombia. Espinosa afirma que sus inversiones en el país están enfocadas sobre todo en programas de educación para atajar el mentado déficit de talento en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemática (STEM, por sus siglas en inglés). Lo hace con programas como Ptech, dirigido a estudiantes (hasta ahora, 240) de entidades públicas, para otorgarles títulos técnicos laborales en áreas relacionadas con STEM.
¿Qué encontró en la empresa y el país al llegar al cargo?
Yo estaba manejando la región de Latinoamérica, excepto Brasil y México. Todo el tiempo estamos analizando oportunidades de mercado, economía, crecimiento, y la verdad es que todos los parámetros eran positivos. Llegar acá ha sido más refrescante todavía: indicadores macroeconómicos buenos, estamos entre 3 % y 4 % (crecimiento del PIB); inflación en menos de 4 %. Todo indica que vamos a tener un buen año. Luego, en nuestra industria, es superdivertido por lo que está sucediendo, cómo está transformando nuestras vidas en términos de impacto y la capacidad que tiene un aparato como un celular. Al tiempo, las líneas entre negocio y tecnología cada vez son menos claras. Hay bancos que hablaban hace unos años de que son institutos con la tecnología en el “core” de lo que hacen; hoy puede que digan que son empresas de tecnología que prestan servicios financieros. Entonces, si juntas una economía que está bien con una industria en plena revolución, la expectativa es superpositiva.
Escuchamos de muchas tecnologías que convergen para hacer la revolución digital: IA, 5G, “blockchain”. ¿Cómo ve a Colombia en esas tendencias y en qué está más fuerte tanto en desarrollo como en adopción?
Colombia se está moviendo a la par o, en algunos casos, delante del resto de mercados en Latinoamérica. Un estudio de IDC dice que Colombia es el número uno en adopción de la nube en la región y que en 2017 se invirtieron más de US$300 millones en esto. En inteligencia artificial, hemos dado pasos importantes. Por ejemplo, estamos trabajando con la Fiscalía en la adopción de una herramienta de Watson (sotfware para analizar grandes cantidades de información, en este caso, denuncias); estamos con la Fundación Santa Fe en la utilización de inteligencia artificial aplicada en oncología. La adopción de IA se está expandiendo y vemos que va a haber una segunda ola en términos de adopción de inteligencia artificial, mucho más cerca del core (corazón) de negocio de las empresas. En blockchain hay varios proyectos, pero la adopción todavía es relativamente baja. Creo que estamos en un ciclo de maduración. El secreto de esta solución es que tiene que haber un ecosistema trabajando en conjunto para que tenga sentido. Por ejemplo, Food Trust es una solución que comenzó con Walmart. Ellos encontraron un problema de calidad en uno de sus productos (alimentos) y se demoraron más de dos meses encontrando el origen. Mientras tanto, Walmart tuvo que retirar todo eso del mercado. Entonces, en conjunto con nosotros desarrollaron un proyecto de blockchain para hacer la trazabilidad al punto de origen. Esa solución que montamos para Walmart se está añadiendo a otras empresas similares que quieren tener esa trazabilidad y confianza respecto al origen de la comida.
¿En Colombia invierten en investigación y desarrollo de IBM?
Nuestras inversiones están principalmente enfocadas en ayudar a emprendedores. Un emprendedor que tiene una buena idea puede aplicar a nuestro programa y le podemos dar hasta US$120.000 al año de recursos gratuitos, eso le da acceso a más de 180 servicios de la nube desde el procesamiento, así como inteligencia artificial, blockchain y servicios para analítica. El otro foco de inversión está en educación. Estamos obsesionados con ese tema. Se ha hablado mucho del déficit de recursos y de talentos que hay en Latinoamérica y también en Colombia. Tenemos cincuenta universidades trabajando con nosotros en programas académicos. Tenemos el programa de Ptech; tenemos Digital Edu, una plataforma hecha para Colombia que estamos poniendo disponible de forma gratuita para que las personas puedan ver videos de todas estas tecnologías y se puedan educar ahí. Nuestro objetivo es tener más de 10.000 personas usando esta plataforma hasta fin de año. Sobre investigación y desarrollo: se centralizan mucho en los centros globales donde tenemos científicos, hay uno en Brasil y Nueva York, pero donde hacemos mucho desarrollo de soluciones es cocreando con los clientes; hemos desarrollado soluciones que eventualmente se exportan a otros países.
¿Cómo pueden acceder los emprendedores a ese programa?
La forma más fácil es que entren a nuestra página. El programa se llama Startup with IBM. Hay que llenar algunos campos y hay ciertos requerimientos; por ejemplo, tiene que ser una empresa joven y hay una descripción del tipo de negocio para que tenga sentido.
¿En dónde están los vacíos en la fuerza laboral de los que hablaba?
Todo lo que está relacionado con la migración y adopción en la nube; mantenimiento y programación de esas herramientas; pero donde veo el déficit principalmente es alrededor de los científicos de datos. Hoy es uno de los trabajos más buscados del mundo. Según Indeed, a escala mundial estiman que la demanda creció 29 % anualmente, y que la oferta —las personas buscando empleo como científicos de datos— apenas creció 14 %.
¿Y qué le falta al sistema educativo para que la fuerza laboral del futuro esté mejor preparada?
Es importante reconocer que la decisión de un niño o una niña de estudiar STEM tiene su origen desde muy temprano. Segundo o tercer grado. Hacer coaching o ayudarles a los profesores a despertar ese interés puede hacer una diferencia muy grande. Ya más adelante, cuando tenemos más niños y niñas interesados, todos tenemos que colaborar, con programas como Ptech, focalizarlos en habilidades y asegurarnos de que haya recursos disponibles para que se preparen. Otro tema importante es el inglés; es importante que niños y niñas lo aprendan, mucho de este aprendizaje es autodidacta, y muchas de las metodologías de aprendizaje hoy te dan un problema y tienes que buscar cómo resolverlo, y para hacer eso tienes que hablar inglés.
El Gobierno está trabajando en una subasta de espectro que viene retrasada y un proyecto de ley de TIC. ¿Cómo ven el entorno colombiano desde lo normativo para avanzar hacia la revolución digital?
Estamos presentes en Colombia desde hace 82 años. Hemos acompañado el progreso del país. Creemos que más allá del gobierno de turno, la dirección siempre ha sido la correcta y por eso hemos seguido invirtiendo en el país. Lo que veo ahora es que los países se están adaptando y están haciendo cada vez más un esfuerzo para ser habilitadores de adopción de estas tecnologías, que son parte de la cuarta revolución industrial. Y Colombia no se queda atrás, se está adaptando. Es una pregunta más de velocidad y agilidad para poder dar las garantías que se necesitan para seguir trabajando.
Con la primera fotografía de un agujero negro que vimos hace poco, también supimos que toda esa información la tuvieron que mover en avión. Era imposible hacerlo a través de internet. ¿Cómo se dan internamente las discusiones acerca de las limitaciones y el exceso de confianza que a veces parece que se tuviera respecto a la tecnología, internet, la nube…?
Son discusiones muy, muy profundas. Hemos acordado internamente dentro de IBM ciertos principios en cuanto al uso de la tecnología. El título que nos gusta usar es “Good tech”. Creemos que tiene que ser para el bienestar de las personas y la sociedad. Por ejemplo, cuando hablamos de inteligencia artificial, nos gusta hablar de “augmented intelligence” (inteligencia aumentada). En el caso de oncología, la idea no es tomar la decisión por el doctor, sino ayudarle a tomar una mejor decisión a él. Hay una gran diferencia. También es un tema de transparencia. Cuando le hacemos la recomendación al doctor, le decimos por qué razones, en qué estudios, documentos, casos, nos basamos para recomendar lo que estamos recomendando y cuáles son las contraindicaciones. Creemos que las personas que usan nuestras soluciones tienen que entender cómo estamos infiriendo la información, cómo se está llegando a esos algoritmos que permiten el desarrollo de la inteligencia artificial. El otro principio es que cuando utilizas nuestra nube desarrollas algo, cargas la información, esa información es tuya. El tema de privacidad de la información. En ningún momento vamos a agarrarla, a menos que haya un acuerdo, como es el caso, por ejemplo, del tema de oncología. Tenemos cientos de miles de casos de pacientes, pero todo eso obviamente con permisos y con privacidad; no es algo improvisado. Lo otro es que cuando hablamos de la nube siempre hablamos de seguridad. Si hay algo que sabemos con base en nuestra experiencia de haber estado en el mercado más de cien años, especialmente los últimos diez o 15 años, es que con con la avenida de tantos dispositivos móviles, de tantas formas de conectarse, los riesgos que se abren son mucho mayores. Nuestra nube está diseñada para los negocios, no para personas naturales, sino empresas que la utilicen de una forma segura.
Sabemos que para avanzar en la revolución digital hay retos de seguridad digital, un reto energético, entre otros.
¿Para usted, cuáles son los mayores retos para avanzar hacia la revolución digital, a parte del talento?
El mayor desafío que tienen las empresas para transformarse está dentro de casa. Hay un libro que se llama “Immunity to change”, que desarrolla la teoría de que los seres humanos tenemos un sistema para protegernos y protegernos es no cambiar. Entonces, cuando hablas de una revolución, de un cambio tan profundo en la forma que trabajamos, el mayor reto está en el cambio cultural. Lo veo en los clientes e incluso dentro de IBM; es algo que tenemos que ir cambiando, pero es un proceso que todos estamos haciendo.