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El viernes pasado fue un día duro para la economía internacional: China informó que desde el 1º de septiembre incrementará los aranceles a US$75.000 millones de bienes estadounidenses, y, como se esperaba, Trump contraatacó. Ratificó, desde septiembre, los mayores tributos que deberán pagar US$300.000 millones de bienes chinos, y, desde octubre, US$250.000 millones en artículos chinos, que ya habían sido gravados en mayo, tendrán un nuevo incremento en su tarifa hasta el 30 %.
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Sin embargo, hay un nuevo rayo de esperanza, luego de que este lunes ambas naciones dieran señales de que retomarían los diálogos para llegar a un acuerdo y así poner fin a la guerra comercial. El 15 de diciembre, día en el que tanto China como Estados Unidos amenazan con realizar otro incremento en sus tarifas de aranceles, se muestra como la fecha límite para que esta disputa se resuelva. Sin embargo, la incertidumbre es mayor que nunca, por lo que es preciso contemplar el peor escenario: el no acuerdo.
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¿Y Colombia?
Sergio Olarte, economista principal de Scotiabank Colpatria, explica que “si no hay acuerdo entre China y Estados Unidos, y sigue la guerra comercial, a corto plazo vamos a ver un repudio por los activos riesgosos dentro de los mercados financieros, lo que va a provocar un deterioro de los precios de los activos de las economías emergentes. Esto indicaría que la tasa de cambio seguiría subiendo en Colombia, tal vez superando los $3.500. También se debe esperar debilidad en los precios de los bonos de deuda colombiana y en las acciones de nuestra bolsa”.
En efecto, ya se están apreciando algunos de esos efectos provocados por la aversión al riesgo. Los anuncios del viernes causaron una gran volatilidad en mercados como el colombiano, en donde la tasa de cambio subió más de $33 y cerró en $3.423. Este es un fenómeno que también se presentó el 5 de agosto, cuando China devaluó su moneda, y con los ataques de los últimos meses de la guerra comercial. De hecho, al comparar el movimiento del índice de volatilidad VIX con el de la tasa de cambio colombiana, se encuentra que se han comportado de forma similar.
Asimismo, José Carlos Faria, jefe de investigación económica para Latinoamérica de BNP Paribas, indica que “la guerra comercial entre China y Estados Unidos podría tener consecuencias perjudiciales para la economía colombiana, ya que dicha coyuntura está interrumpiendo las cadenas mundiales de suministro y produciendo una incertidumbre que perjudica la inversión en muchos países. Esto puede conducir a una desaceleración en el crecimiento económico mundial, que a su vez puede afectar a Colombia con una reducción de la demanda de exportaciones y en los precios de los productos básicos exportados desde el país”.
Una desaceleración, o incluso una recesión mundial, es claramente una de las preocupaciones más grandes actualmente. Es una posibilidad que está sobre la mesa porque China y Estados Unidos suman cerca del 40 % del PIB mundial y ambas naciones ya están mostrando señales de debilidad: este mes el país asiático reportó el crecimiento más débil de su producción industrial desde 2002, y los bonos estadounidenses están mostrando señales que en el pasado han augurado una recesión.
Pero incluso en caso de que no haya acuerdo, podría haber oportunidades: “A mediano plazo, China deberá encontrar nuevos socios comerciales. De hecho, ya lo estamos viendo con las importaciones de soya que harán desde Brasil. Entonces, una vez pase el ruido que se genere por un posible fracaso de las negociaciones, países como Colombia pueden ver nuevas oportunidades para su comercio exterior: tanto para las exportaciones como para las importaciones”, dijo Olarte.
Asimismo, un artículo de Bloomberg revela que las empresas chinas están aprovechando los precios más baratos en Suramérica para la cosecha del próximo año. “Las compras de China a Suramérica no son nuevas: los productores de Brasil y sus países vecinos han sido los principales proveedores de la nación asiática durante la guerra comercial. Pero asegurar las compras con tanta anticipación es una señal de que los consumidores chinos pueden estar preparándose para una disputa aún más prolongada con Estados Unidos”, indicó el informe.
Lo claro de esta situación es que el mundo debe prepararse para casi cuatro meses de una intensa incertidumbre. Alzas como las que se dieron este lunes en Wall Street, tras conocerse que los diálogos siguen abiertos, muestran que el mundo aún guarda las esperanzas de un acuerdo. Pero si no lo hay, Colombia deberá prepararse para un 2020 duro, aunque con el objetivo de aprovechar las oportunidades que vengan más adelante por la guerra comercial entre China y Estados Unidos.