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María Adelaida López llega al barrio El Nogal, en Bogotá, a una de las sedes de Aeio Tú, una fundación que busca una forma diferente de educar y de centrarse en los problemas de la primera infancia en Colombia. Mientras cruza la entrada y se dirige al parque, donde les están dictando una clase a los niños, explica que el principal objetivo de estos centros educativos, en donde se desempeña como directora ejecutiva, es convertir al menor en el protagonista de su aprendizaje. Entre juegos y risas en la arenera, los niños van construyendo conocimiento, en este caso, sobre el medio ambiente y la importancia de conservar la naturaleza. (Le sugerimos: Las claves de Unicef, OCDE y Unesco para que la educación primaria sea universal)
Aeio Tú tiene actualmente 30 sedes, ubicadas en 14 municipios, donde atienden a cerca de 12.300 menores. La idea surgió en 2008 a raíz del panorama crítico que enfrentaba la primera infancia en el país. De acuerdo con datos del Departamento Nacional de Estadística (DANE) en el territorio nacional viven más de 4,3 millones de niñas y niños de cero a seis años, de los cuales 3,5 millones, es decir, el 82%, habitan en zonas vulnerables con condiciones de pobreza. Una brecha que ha tratado de reducir María Adelaida y el equipo de trabajo de la fundación y que, poco a poco, va demostrando resultados.
Es el caso de una niña de una comunidad indígena que no habla español, pero que, por medio de los ejercicios realizados en el centro educativo, consiguió comunicarse con sus compañeros y ellos lograron entender el entorno en el que vive su comunidad, la Wayúu. “Creemos en la construcción de relaciones y nos preguntamos quiénes somos y cómo nos entendemos a través de nuestras diferencias. En estos casos buscamos maneras para podernos comunicar y en el aula queremos generar herramientas que nos unan: donde busquemos espacios comunes, y tener herramientas didácticas, en las que ella pueda ver símbolos y códigos que vienen de su lengua materna, y, que los otros niños, se conecten con esos códigos”, explica María Adelaida, quien combina su experiencia en artes plásticas con sus métodos de educación.
Mientras recorre el centro educativo, cuenta que por cada nivel hay dos instructoras. Entra al salón de actividades de los niños más grandes donde van fila para pasar y ubicar sus pertenencias en los casilleros. La directora señala que con estas actividades enseña a los niños a empoderarse y a ser independientes. “Por medio del juego, de la exploración, del desarrollo de procesos de aprendizaje, también estamos haciendo un impacto social importante, estamos construyendo cultura, construyendo sentido de identidad y de pertenencia, que creo que este país lo necesita mucho. Estamos generando herramientas que hacen que ellos como seres humanos se sientan autónomos, libres”, añade María Adelaida.
Los centros Aeio Tú funcionan por medio de una estrategia de subsidio cruzado, es decir, los recursos que generan los planteles privados sirven para las escuelas subsidiadoras que están ubicadas en poblaciones de gran vulnerabilidad y pobreza. Opera desde tres diferentes estrategias. La primera como centros educativos directamente; la segunda en conjunto con otros, es decir, brindan acompañamiento a otros maestros, a otras instituciones para mejorar las prácticas y la calidad en la atención en menores de cero a seis años; y, por último, a través de la movilización social para sumar diferentes actores del sector público, del privado y del social, para alcanzar una atención integral a la primera infancia.
Cuando los niños regresan del parque se reúnen en la plaza central, un lugar diseñado para que los menores de todas las edades se reúnan y reciban las recomendaciones de sus instructoras. Luego, suben a sus espacios porque, como cuenta María Adelaida, en este centro educativo no hay aulas de clases, ni los pupitres y tableros de un jardín convencional. Allí, guiados por sus dos maestras, desarrollan una asamblea, en la que los niños pueden socializar sus experiencias, sentimientos o pensamientos de los proyectos de investigación en los que están trabajando. La hora de la asamblea es la más importante en las instalaciones de Aeio Tú, porque es una estrategia con la que buscan inculcar el diálogo, la democracia y llegar a acuerdos. (Acá: Niños: un as de calidad bajo la manga)
“Con este método tengo una anécdota interesante. En uno de los centros en Suba, en medio del juego, un niño le pegó sin culpa a una niña, ella se volteó y le dijo no me pegues. Inmediatamente se desplaza a donde su maestra y le pide convocar a una asamblea, allí la niña expone su caso, con sus compañeros conversan del tema y llegan a un acuerdo. Después, el papá de la niña comentó que ella le había dicho que ya no le podía pegar y que si había actuado mal podían socializarlo en una asamblea. Así es como una estrategia pedagógica, que invita al diálogo y a la democracia, está entendiendo la diferencia de género y empoderando a los niños”, dice María Adelaida, quien desarrolló desde niña el amor por la educación gracias a su abuela materna, quien era profesora.
A la hora del almuerzo los niños pasan al comedor y escogen del menú qué van a comer. Una vez acaban, recogen y dejan el espacio arreglado. Los padres llegan por ellos y socializan, con el acompañamiento de los maestros, las actividades desarrolladas durante el día. El modelo educativo implementado por Aeio Tú ha tenido un impacto relevante en la sociedad colombiana, y eso lo demuestra un estudio realizado por el Instituto Nacional de Estados Unidos para la Investigación sobre la Educación Inicial, la Universidad de Rutgers y la Universidad de los Andes. En él comprueban que los niños en situación de vulnerabilidad que asisten a estos centros durante 20 meses o más, logran cerrar la brecha de desarrollo entre niños provenientes de familias de bajos y altos ingresos.
“Es importante fortalecer e invertir en la educación en la primera infancia, porque durante los primeros años de vida del ser humano es cuando se está desarrollando todo este tejido neuronal, nuestros principios y valores. Tenemos estudios y evaluaciones que te dicen que, si inviertes en la educación entre los cero y los seis años, estás evitando deserción escolar, el embarazo adolescente, la criminalidad, porque le estás dando un niño una oportunidad de desarrollar sus capacidades y competencias cognitivas, socioemocionales, comunicativas, corporales, que lo que haces en ese momento nunca lo vas a poder deshacer después”, concluye María Adelaida, quien lleva 20 años trabajando en la educación infantil. (Le puede interesar: App colombiana para educación financiera de niños)
¿Qué es la filosofía Reggio Emilia?
María Adelaida cuenta que es una filosofía que invita a ver al niño como un protagonista del aprendizaje, que es capaz de realizar las cosas y empieza a generar ámbitos educativos donde el entorno provee oportunidades de aprendizaje, es otro maestro como explica la directora. Además, el maestro se ve como un investigador.
Esta filosofía surgió en la ciudad de Reggio Emilia, después de la Segunda Guerra Mundial. Loris Malaguizzi, su fundador, empezó a ver cómo las familias estaban tratando de recuperar, de sanar y de restablecerse como ciudadanos, como comunidad, vieron esta tragedia como una oportunidad para enriquecer los procesos que estaban teniendo con los niños. Para la época de los 60 tienen sus centros educativos y promueven esta cultura de la infancia, donde hay un acercamiento muy constructivo con los niños.
“La filosofía o el enfoque Reggio Emilia es conocido hoy como uno de los mejores enfoques educativos para la primera infancia en el mundo. Este contribuye no solamente con lo que pasa al interior del centro con el aprendizaje de los niños, sino lo que está sucediendo socialmente alrededor, donde la escuela es un nodo articulador, es una plataforma donde toda la voz de los niños, de los maestros y de las familias está siendo escuchada. Allí hay una movilización social que hace que la ciudad misma, progrese y mejore su calidad de vida”, dice María Adelaida.