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Desde el 13 de septiembre, Andrés Molano, psicólogo y doctor en Educación de la Universidad de Harvard, asumió el reto de ser el nuevo director del Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación (Icfes). El trabajo académico de Molano se ha centrado en evaluar el desarrollo de habilidades sociales y emocionales a lo largo de la vida de un estudiante. (Puede leer: Mineducación pide a universidades privadas que aumento de matrícula sea menor a IPC)
El principal objetivo de Molano, quien era profesor asociado de la Facultad de Educación de la Universidad de los Andes, al frente de esta entidad “es avanzar en la medición de factores sociales y emocionales que inciden en el aprendizaje holístico de los estudiantes, en sus trayectorias educativas”, dijo el presidente Gustavo Petro el día de su nombramiento.
En entrevista, Molano explica cuáles son las estrategias que empleará y las herramientas que ayudarán al Icfes a comprender cómo está el país en las otras dimensiones, como la social y emocional. También señala que es fundamental dejar de ver las pruebas internacionales en las que participa la nación, por ejemplo las Pisa, como rankings. “Debemos entender qué explica todo ese ecosistema; es decir, los otros factores que evalúa”, apunta. (Le puede interesar: En 2022, más de 2.000 niños no han podido ir al colegio en el Catatumbo)
Dado que usted viene de la academia, ¿cómo sintió ese salto de ser un investigador y dar clases a ser el director del Icfes?
Profesionalmente, es un reto importante. Creo que la academia, o al menos el tipo de investigación que hago, no está tan desligada de la realidad. No es la torre de marfil de la psicología clásica. Siempre he dicho que lo que hago es psicología aplicada al desarrollo. Lo que implica trabajo en colegios, centros comunitarios y centros de atención especializado para jóvenes en el sistema penal. Esa era mi cotidianidad. Lo que sí implica un cambio fuerte son, de alguna manera, los retos administrativos, que es estar al frente de una entidad con 400 personas, con unas responsabilidades grandes frente al país. El Icfes no les puede fallar a los estudiantes. La entidad tiene un equipo técnico muy sólido y nos hemos fortalecido con unas nuevas visiones; eso da mucha tranquilidad.
¿Cuáles son las nuevas visiones con las que se está fortaleciendo?
Partamos de que al Icfes se debe ver más allá de las pruebas. Es una institución que hace medición de la educación de calidad y, cuando abres ese panorama, lo puedes entender como un ecosistema. Primero te permite seguir a los niños, jóvenes y adultos a lo largo de su vida para describir sus trayectorias dentro del sistema educativo. También te posibilita empezar a contemplar que lo que medimos no puede ser únicamente el éxito académico, sino que implica comprender cómo está nuestro país en las otras dimensiones. Las habilidades sociales y emocionales son fundamentales. Observar cómo resuelven conflictos con otros, cómo toman decisiones y cómo establecen relaciones. Hay unas habilidades que el Icfes debe fortalecer en su medición: las relaciones entre padres y profesores. (También puede leer: Becas de estudio para colombianos en Chile: requisitos y cómo inscribirse)
Resalta mucho la frase de que el Icfes es más que pruebas y que debe evaluar el sistema educativo. ¿A qué se refiere?
Es una cosa de doble vía. Quiero que la ciudadanía empiece a reconocernos no solo por los instrumentos de evaluación que utilizamos, sino por el análisis y la contribución que hacemos a la educación de calidad. Buscamos darle al país unas imágenes de cómo se ve esta educación y cómo funciona el sistema educativo. Para ello debemos fortalecer ese ecosistema. En la educación hay una frase muy célebre y es que no hay bala de plata, aludiendo a que para mover la calidad educativa no hay una sola fórmula. Si partimos de esa premisa, lo que deberíamos medir, contarle al país y poner en los debates son los factores que están atados a todo lo que ocurre en la vida escolar y en la escuela.
Debe asumir la entidad después de uno de los mayores desafíos educativos de los últimos años: la pandemia. Teniendo en cuenta esto, ¿cuáles son los principales retos del Icfes?
En este momento presentamos un reto fundamental y es comunicar. Uno de las grandes logros del Icfes durante la pandemia es haber continuado con la evaluación educativa; eso no lo hicieron muchos institutos. Es una información que tenemos ahora y podemos decir que los retos de equidad se evidencian en el desempeño de los estudiantes. Pero debemos encontrar formas de contarle al país qué es lo que está ocurriendo en el sistema educativo y no solo con los datos que ya están recolectados, sino con los que estamos buscando. Queremos preguntar cosas nuevas; por ejemplo, cómo se están relacionando los profesores con los estudiantes. Eso nos generará nuevas referencias
¿Cómo se podrían comunicar mejor esos resultados para que sea más asertiva?
Una comunicación que reconozca la variabilidad. Te lo voy a explicar en un ejemplo que ponía en clase de métodos cuantitativos. Les preguntaba a mis estudiantes: ¿qué es un promedio? Es una medida de tendencia central: 4 + 4 + 4 + 4 dividido 4 te da 4. Ese es su promedio. Pero a ese 4, tú también puedes llegar por 7 + 1 + 7 + 1 dividido 4, igual te da 4. ¿Qué es diferente? La variabilidad”. Supongamos que son alumnos; en el primer caso todos tienen el mismo puntaje. Mientras tanto, en el otro salón tienes dos en un nivel muy bajo y dos en uno muy alto. Es decir, mismo promedio, distinta variabilidad. Esto nos plantea que debemos empezar a contar nuestros resultados atendiendo a la variabilidad que hay en el país y no solo a una cifra. Debemos darnos cuenta de esas diferencias territoriales y regionales, de cómo se produce o se genera la educación en esos sectores.
Uno de los grandes desafíos que tenemos en el sistema educativo es medir las consecuencias en el aprendizaje y el desarrollo de los estudiantes. ¿Qué estrategia emplearán para hacerlo?
El Icfes tiene un rol fundamental. Para responder describo parte del funcionamiento de la entidad, que es producir la información: qué tantas habilidades han desarrollado los estudiantes; eso lo hacemos bien. El reto que se identificó es buscar una forma de explicar mejor esos resultados. Entender que el aprendizaje ocurre en un contexto social particular, en una escuela, con unas condiciones, con unos niños que tienen características diferentes en cada salón. Parte de la ilusión del fin de la pandemia es la insistencia en abrir los colegios. Ese era el primer paso. Después venían las preguntas de cómo se siente, qué pasó durante la pandemia, qué les pasó a los profesores. Todo eso sigue pasando en el sistema educativo. Tenemos que medir esas cosas y analizar cómo se asocian con el desempeño académico. Es una de las tareas fundamentales de lo que debemos hacer.
Hablando de la salud mental, ¿cuál sería un buen método para medirla en los niñas y adolescentes de Colombia?
La forma más fácil es preguntándole a la gente cómo se ha sentido en un rango de tiempo. No podemos permitir que con esa información se den rankings o puntajes. La idea es emplearla para generar acciones diferenciadas para el sistema. Si sabemos que existen esos indicadores, podemos reaccionar. El objetivo es que las personas dejen de lado la idea de que el Icfes hace preguntas en las que solo hay una respuesta correcta. El reto de comunicación es mostrar que esos datos son para poder ayudar a guiar esas grandes decisiones territoriales.
También tenemos que utilizar los instrumentos que ya se han desarrollado, como Evaluar para avanzar. En el marco de esa iniciativa, los docentes también pueden obtener, adaptar o compartir herramientas de observación de clase. Por ejemplo, valdría la pena preguntarse si la forma en que los niños manifiestan alguna angustia emocional es retrayéndose. Es una forma de medir que el profesor puede emplear y nos puede informar para empezar a buscar acciones.
Hablemos de las pruebas Pisa, que ya presentó Colombia. ¿Cómo tomar los resultados sin alarmarnos?
Los resultados, que llegarán al principio de 2024, son de la aplicación de 2022. Hay un reto siempre en Pisa y es como si fueras a tomar una foto y el resultado de esa imagen te la entregan casi dos años después. Quisiera que con todas las pruebas internacionales en las que participamos rompamos la idea de que nos dan unos rankings, porque ya sabemos cómo se ve esa foto. Hay que empezar a entender qué explica todo ese ecosistema. Por ejemplo, los marcos teóricos de Pisa analizan las actitudes de los estudiantes frente a la escuela, las relaciones entre profesores y estudiantes, el involucramiento parental, qué tanto tiempo dedican los profesores en sus clases para explicar un concepto o ponerlo en práctica. Este estudio se puede desarrollar en conjunto con la academia.
Hace unas semanas, el ministro Alejandro Gaviria dijo que el sistema educativo está en crisis y con serios líos financieros. ¿Esos problemas perjudican al Icfes?
Entendí en su intervención que tenemos retos importantes en el desempeño y el logro académico de los estudiantes o, de alguna forma, en la calidad de la educación que reciben en diferentes contextos del país. Esta imagen representa una crisis, porque tenemos unos retos muy grandes para avanzar. Partiendo de ese supuesto, claro que involucra al Icfes, ya que tiene la responsabilidad de mirar continuamente cómo va cambiando el desempeño y el aprendizaje de alumnos de diferentes contextos. La misión del Icfes es darle continuidad y ver cómo esa imagen se va transformando en una película, pero también a pensar en qué otras cosas influyen en el cambio que se pueda ver en esa película.