Celulares en las escuelas, ¿sí o no?
Bajo rendimiento académico y consecuencias emocionales son algunas de las advertencias que hizo la Unesco respecto al uso de celulares y computadores. Algunos países, como Australia y Estados Unidos, han tomado cartas en el asunto.
El uso de tecnología en las escuelas podría tener efectos perjudiciales en niños y niñas. Así lo afirmó la Unesco en su Informe Global de Monitoreo de la Educación (GEM 2023), publicado este 26 de julio en Montevideo, Uruguay (Lea también: ¿Quiere estudiar una maestría? Icetex abre convocatoria para universidad en EE. UU).
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El uso de tecnología en las escuelas podría tener efectos perjudiciales en niños y niñas. Así lo afirmó la Unesco en su Informe Global de Monitoreo de la Educación (GEM 2023), publicado este 26 de julio en Montevideo, Uruguay (Lea también: ¿Quiere estudiar una maestría? Icetex abre convocatoria para universidad en EE. UU).
El informe se basó en estudios internacionales sobre el uso de celulares y computadores en ambientes escolares. ¿Los resultados? Que, según los investigadores, estos dispositivos interrumpen el aprendizaje de niños y jóvenes en las aulas de clase y en sus hogares (No se pierda: “Las becas trans iniciarán este segundo semestre en Medellín”, director Sapiencia).
Son dos factores clave: el primero, la distracción que se genera, por ejemplo, al recibir notificaciones. El segundo habla de que la mera proximidad a celulares y computadores propicia un ambiente donde los estudiantes pueden hacer actividades que no están relacionadas con sus tareas académicas.
De hecho, y de manera más determinante, el informe de la Unesco encontró que, después de una distracción, los jóvenes pueden demorarse un promedio de 20 minutos en enfocarse otra vez.
Además, estos dispositivos podrían contribuir a la brecha de desigualdad entre estudiantes, pues el 90% del material de aprendizaje en internet proviene de Europa y América del Norte. El idioma también es una barrera, pues el 92% del contenido está en inglés.
Esto sin contar la realidad que viven niños y niñas en hogares donde no hay acceso a internet y que tampoco cuentan con celulares o computadores.
Lo concluido por la Unesco no es novedad
Otras investigaciones, como la realizada por el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA), ya había arrojado resultados preocupantes. En 2018, se hizo un análisis en 79 países para los que se creó un índice de actividad en línea basado en diversas acciones: el envío de correos electrónicos, la programación de eventos, la navegación en web, y el uso del chat para comunicarse con otras personas.
Los resultados demostraron una asociación positiva entre el uso moderado de la tecnología y los puntajes obtenidos en matemáticas, ciencias y literatura. Sin embargo, cuando había un empleo intensivo de los dispositivos, se comprobó una disminución en las aptitudes académicas.
Además, el informe analizó la capacidad de autorregulación y adaptación tecnológica de los estudiantes durante la pandemia de COVID-19: “La transición al aprendizaje en línea afectó más a los estudiantes de escuela primaria que a los estudiantes mayores, quienes pudieron haber logrado mantener mejor su aprendizaje en un entorno remoto”, se detalló.
Prohibir los dispositivos móviles en las aulas, ¿sí o no?
Un informe de las Naciones Unidas muestra que el 13% de los países cuenta con leyes para prohibir el uso de celulares en las instituciones educativas, como Bangladesh. Mientras, el 14% tiene normativas que restringen su utilización, como Australia.
De hecho, la misma ONU dice que en países como Bélgica, España y Reino Unido ha funcionado la prohibición de dispositivos móviles para mejorar el rendimiento académico de sus estudiantes.
Pero no solo la distracción que genera la tecnología es motivo de preocupación. La privacidad y el uso de datos personales es uno de los temas que más ha cobrado fuerza durante los últimos años, ya que cada día se desarrollan más maneras para violar la seguridad de los usuarios y extraer su información privada.
Países como Estados Unidos han decidido tomar cartas en el asunto. Un claro ejemplo fue la inhabilitación de TikTok y otras redes sociales en algunas escuelas. Asimismo, en Dinamarca se suspendieron plataformas como Google Workspace for Education y Chromebooks, y en Francia se prohibieron las versiones gratuitas de Microsoft Office 365 y, también, Google Workspace.
Por su parte, la Unesco dice que la prohibición de tecnología en las escuelas puede ser legítima en ciertos casos, pero también se debe considerar su integración adecuada en el aprendizaje de los jóvenes. “Las políticas deben ser claras sobre lo que está permitido y lo que no”, dice el informe.
Además, se hizo énfasis en que cada vez se le enseñara más a los jóvenes sobre los riesgos que corren con el uso de dispositivos móviles, sean celulares, computadores y demás.
Cabe recordar que, en El Espectador, ya habíamos hablado sobre los diversos riesgos que trae para la salud el empleo extendido de celulares. Un estudio realizado por investigadores brasileños, financiado por la FAPESP y publicado en la revista científica Healthcare, detectó diversos factores de riesgo para la salud de la columna, tales como el uso de pantallas durante más de tres horas diarias, la poca distancia existente entre el aparato electrónico y los ojos, su utilización en la posición acostada de prono (echarse sobre el vientre) y también en la posición sentada.