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Un salón de clases del Instituto de Secundaria Número 11 de Hangzhou, capital de Zhejiang (China), sirvió de experimento para instalar un sistema de gestión del comportamiento. Este sistema de reconocimiento facial determinará el nivel de atención de los estudiantes en las diferentes clases. De tener éxito, se implementará en todos los colegios del país.
En los tableros se esconderán tres cámaras que graban los rostros de los estudiantes mientras están en clase. Simultáneamente, un algoritmo determinará la importancia y el interés del alumno hacía la lección, y notificará en tiempo real al profesor.
El programa está diseñado para reconocer siete emociones (alegría, tristeza, ira, frustración, miedo, sorpresa y tranquilidad. Sí el estudiante empieza a distraerse o a aburrirse, el sistema alertará al profesor. Ni Ziyuan, director de la escuela, explicó que los niños serán divididos en dos grupos: el A para los que estén atentos en clase, y del B harán parte aquellos que estén dispersos.
En China los sistemas de reconocimiento facial son muy usados. Por ejemplo, para identificar usuarios o buscar delincuentes. De hecho, la policía de este país es capaz de determinar si un transeúnte tiene antecedentes penales con solo mirarlo por medio de las gafas especiales.
Por eso, el Ministerio de Seguridad Pública, está construyendo una base de datos con los rostros de 1.400 millones de ciudadanos. En 2015 lanzó un programa de desarrollo para convertirse en líder mundial de este sector.