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Uno de los proyectos emblemáticos para el acceso a la educación superior durante el gobierno de Juan Manuel Santos fue Ser Pilo Paga. La iniciativa, impulsada por Gina Parody, ministra de Educación en ese entonces, consistía en el pago del 100 % de los costos económicos de las matrículas en la Institución de Educación Superior que él o la beneficiaria eligiera. (Lea: ¿Cuáles son las propuestas de Gustavo Petro y Rodolfo Hernández en educación?)
El único requisito era obtener un alto puntaje en el Icfes y pertenecer al Sisbén con el puntaje necesario. El objetivo del gobierno de ese entonces era reducir la brecha en educación superior, teniendo en cuenta que en Colombia más de la mitad de los y las jóvenes que se gradúan del colegio no logran continuar con sus estudios. El factor económico es la principal causa.
Además de este financiamiento, Ser Pilo Paga también le ofrecía a los y las beneficiarias subsidios de sostenimiento, auxilios de transporte y apoyos en equipos de cómputo. Sin embargo, el programa desapareció.
La principal razón, de acuerdo con un análisis del Observatorio de la Universidad Colombiana, se debe a que “el Gobierno se quedó sin recursos para financiarlo (cerca de 4 billones de pesos, para llevar a los 40 mil estudiantes hasta su graduación, que equivalía a la misma cifra que, al año, le representaba al Estado transferir recursos a todas las universidades públicas colombianas)”, señaló. (Puede leer: Estudiantes que se ganaron una beca en Alemania hacen “vaca” para poder viajar)
Para cubrir esta deuda, añadió el observatorio, el gobierno se vio obligado a tomar recursos destinados a las Instituciones de Educación Superior públicas. “Por beneficiar a 40 mil jóvenes, se estaría afectando el sostenimiento del sistema público, y por ello Ser Pilo Paga comenzó a debilitarse”, dijo.
Además de esa problemática, con el tiempo, surgió una nueva: ¿qué pasaba con los “pilos” que se veían obligados a retirarse de sus carreras? El Observatorio lo explicó así: “Si por ejemplo un “pilo” había estudiado solo cinco de diez semestres, al retirarse se le ocasiona un proceso jurídico para que pague al Estado el equivalente a los valores de matrícula, más los intereses generados, que el gobierno le giró a esta universidad. Recuérdese que los beneficiarios pertenecían a los estratos más bajos de la población”.
Ahora, por primera vez, se tienen cifras de cuántos cupos se aprobaron y cuántos “pilos” se tuvieron que retirar. Para sacar estos datos, el Observatorio de la Universidad Colombiana se basó en la información que maneja el Icetex sobre el balance de Ser Pilo Paga.
El objetivo del programa, que se ejecutó de 2014 a 2018, era beneficiar a 10 mil estudiantes por cada año. Sin embargo, en estos cuatro años únicamente se aprobaron 39.998 cupos, de los cuales 635 no fueron utilizados. La Fundación Universidad del Norte fue el plantel educativo que más “pilos” admitió, con un total de 4.155, de los cuales 300 desertaron. (Le puede interesar: De la Nacional a los Andes: las 16 mujeres que lideran universidades en Colombia)
La Universidad Javeriana es la institución con más “pilos” desertores. De los 3.158 beneficiados, 378 desertaron. Acá están otros de los datos revelados por el Observatorio de la Universidad Colombiana:
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