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¿Cómo repensar un mejor sistema educativo para Colombia?

Hay 7 temas clave para mejorar la calidad educativa en el país. ¿Qué desafíos tendrá el próximo presidente?

Andrea Escobar*
26 de mayo de 2022 - 08:18 p. m.
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Foto: Diego Peña Pinilla
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Definitivamente, la pandemia ocasionó serios efectos en las esferas estructurales más profundas de la sociedad colombiana. Uno de los casos más representativos de estos efectos fue la crisis en términos de calidad y acceso a la educación que, producto del confinamiento, los cierres de las instituciones y la dificultad de transitar hacia la virtualidad, acentuó brechas educativas preexistentes que todavía no se terminan de cuantificar. (Lea Ya hay datos que revelan la desigualdad educativa que dejó la pandemia en Colombia)

Ante la inminencia de estas consecuencias, el debate sobre el rumbo que deben tomar las estrategias y políticas para el sector educativo en Colombia representará retos importantes para el próximo gobierno. Especialmente, en términos de nuevas soluciones que aborden desde cómo adecuar el esquema de financiación hacia una mayor eficiencia, equidad e inversión en calidad, hasta cómo trabajar con los gobiernos locales buscando fortalecer la autonomía, mejorar la calidad docente, impulsar la innovación y la tecnología y garantizar las trayectorias completas desde la primera infancia hasta la pos-media.

Es precisamente con ese ánimo de elevar los debates y plantear alternativas sobre cada uno de estos aspectos, que en la Fundación Empresarios por la Educación hemos venido trabajando con el propósito de Repensar la Educación, planteando alternativas que permitan avanzar en 7 temas clave para mejorar la calidad educativa en el país. Más allá de los bajos resultados en calidad educativa en las pruebas PISA, o que estemos notoriamente por debajo de otros países de la OCDE - e incluso de la región - en términos de financiación de la Educación, el reto lo tenemos con nosotros mismos, a nivel interno tenemos grandes brechas de resultados entre poblaciones vulnerables: jóvenes rurales y urbanos, mujeres y hombres, estudiantes de colegios públicos y privados, entre otros grupos.

Reconocer diagnósticos e investigaciones previas, unir la mirada de académicos e investigadores para generar caminos viables que aporten herramientas claras al país, ha sido nuestra prioridad; de la mano de expertos como Felipe Barrera-Osorio, Claudia Zea, Margarita Peña, Emiliana Vegas, entre otros, hemos visto que sí es posible transformar y superar los retos profundos del sector educativo. Si iniciamos por reconocerlo realmente como un sistema conectado se podrán implementar soluciones innovadoras y con efectos positivos tangibles en la formación de los niños, niñas y adolescentes del país.

Las propuestas concretas para repensar la educación inician por la reformulación de la financiación en Colombia, a una redistribución en términos de equidad y eficiencia de los recursos del Sistema General de Participaciones para aumentar el monto que se invierte en calidad. Generando, además, incentivos a los gobiernos locales para que destinen más recursos propios a la educación y condicionando las transferencias en términos de resultados educativos y mecanismos de rendición de cuentas.

En segundo lugar, para el cierre de brechas educativas, lo primero es poner al estudiante en el centro de todas las acciones, iniciando por la remediación de aprendizajes, recolección de datos, evaluación de los rezagos, y apoyo en el acompañamiento socioemocional a estudiantes y docentes. El trabajo en equipo entre Ministerio de Educación y las Secretarías de Educación es crítico para poder establecer planes de acción para cada institución educativa.

Adicionalmente, es necesario que el nuevo gobierno se permita imaginar y pensar la educación desde la innovación y la tecnología. En Colombia se necesita solucionar la infraestructura social y tecnológica, la energización de las sedes es un primer paso, el uso eficiente de datos y sistemas de información, el fortalecimiento de las competencias digitales y una gestión estratégica de la innovación. Además, es importante contar con una fuerte voluntad legislativa para potenciar el talento humano de las instituciones educativas, los docentes y directivos docentes, lo cual requiere construir un Sistema de Desarrollo Profesional Docente que aborde cuatro frentes: la selección y formación previa al servicio docente, la formación en servicio, la evaluación docente y el liderazgo directivo de rectores y docentes.

He recorrido propuestas para la básica primaria, secundaria y media siempre con el estudiante en el centro, sin embargo, serán exitosas si se inicia por lo fundamental. En la primera infancia, se requiere priorizar la calidad, medición y el acceso, la articulación de actores y la gestión del talento humano docente para garantizar la atención integral. Y para completar la trayectoria educativa, debemos poner la mirada también en la educación posmedia como alternativa para ampliar el acceso equitativo a oferta de formación en otros niveles como la técnica, tecnológica o educación para el trabajo y desarrollo humano. Todo, para superar la deserción y enlazar la demanda de capital humano para anticipar procesos de formación y nuevas competencias que le permitan a los jóvenes insertarse de forma exitosa en el mundo laboral.

Está claro que la pandemia profundizó y dejó al descubierto desigualdades en Educación limitando su poder para construir sociedades más inclusivas, resilientes e innovadoras. Por eso, desde la Fundación Empresarios por la Educación esperamos que estas alternativas puestas sobre la mesa alcancen a todos los actores que hacen parte del sector educativo y amplíen la conversación para orientar mejores decisiones en el sector, movilizando políticas públicas que permitan transformar la calidad de la educación de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes de Colombia, mejorando sus aprendizajes y protegiendo su futuro desde la evidencia.

Porque el 2022 es, sin duda, un año crucial para determinar nuevas agendas legislativas y gubernamentales que nos lleven a la consecución de resultados deseados en términos de educación: a tener cada vez más estudiantes y docentes con mejores desempeños; con la tecnología e innovación como articulador para la competitividad; con distancias cada vez más cortas en términos de calidad, acceso y permanencia de los estudiantes; y con un sistema que les garantice un acceso equitativo a oportunidades.

*Directora de la Fundación Empresarios por la Educación

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Por Andrea Escobar*

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