Cuando hay 41 días para cambiar el modelo de salud de los maestros
No ha pasado un mes desde que la Fiduprevisora tuvo que asumir las riendas del nuevo modelo de salud de los maestros, que ha causado dificultades en la atención y en la dispensación de medicamentos. El Gobierno la está echando la culpa a esa entidad, pero también le llueven críticas —y al Fomag y a Fecode— por pensar que una tarea tan compleja podía llevarse a cabo en poco más de un mes.
Paula Casas Mogollón
Juan Diego Quiceno
Sergio Silva Numa
No son días fáciles para los profesores de los colegios públicos de Colombia. Tampoco para sus familias. Desde el 1 de mayo les ha tocado sortear un cambio de 180 grados en su sistema de salud. Además, han tenido que lidiar con el pánico de las noticias y de la pelea que ahora entabló el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, con el presidente la Fiduprevisora, Mauricio Marín —que fue elegido por Gustavo Petro— . En el debate de control político que hubo este lunes, 20 enero, le echó toda la culpa de las dificultades que se están presentando. “Todo lo ha decidido el doctor Marín con sus amigos y su gente”, dijo. “Aquí sí se trabajó. Esto no fue una improvisación”.
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No son días fáciles para los profesores de los colegios públicos de Colombia. Tampoco para sus familias. Desde el 1 de mayo les ha tocado sortear un cambio de 180 grados en su sistema de salud. Además, han tenido que lidiar con el pánico de las noticias y de la pelea que ahora entabló el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, con el presidente la Fiduprevisora, Mauricio Marín —que fue elegido por Gustavo Petro— . En el debate de control político que hubo este lunes, 20 enero, le echó toda la culpa de las dificultades que se están presentando. “Todo lo ha decidido el doctor Marín con sus amigos y su gente”, dijo. “Aquí sí se trabajó. Esto no fue una improvisación”.
Sin embargo, cuatro audios que se filtraron unas horas después, pusieron en duda la versión de Jaramillo. Son audios de una reunión que llevó a cabo días antes (la fecha no es precisa), entre el ministro y Marín, junto a otros funcionarios. En ellos, en términos muy sintéticos, se escucha al ministro de Salud hablar sobre algunos de los problemas que estaba presentando el nuevo modelo y pedir resolverlos de manera apresurada, como la dispensación de medicamentos. También se le escucha decir que él “sabía” cuál iba a ser el resultado de ese proceso (para oírlos completos, le sugerimos ingresar a este artículo). Las críticas, desde luego, no se hicieron esperar. Desde varios sectores señalaron al Gobierno de estar improvisando con el modelo de salud de los profesores.
Pero más allá de este episodio, para varias personas lo que está sucediendo con este sistema de salud era previsible. ¿La razón? Pusieron en sus manos una tarea que debía resolver en un tiempo limitado. 41 días, para ser precisos.
Ese fue el tiempo que transcurrió desde el 20 de marzo de 2024, cuando la plenaria de Fecode autorizó el nuevo modelo de salud que habían estado negociando y estructurando las directivas del Fomag y el Ministerio de Salud desde noviembre de 2023. Según Marín, recibió el mandato de implementación siete días después, el 27 de marzo. El nuevo modelo, entonces, tendría que empezar a marchar el 1 de mayo, pues el 30 de abril terminaban los contratos con los operadores.
Si antes la Fiduprevisora solo era un intermediario que contrataba a los 9 (a veces 13) operadores que gestionaban el sistema por regiones, durante esos 41 días debió asumir el rol de dirección, organización de red, financiamiento y pago de servicios. Tenía que transformarse creando una nueva estructura interna que incluyera una nueva gerencia general para el modelo de salud y otras dependencias que la apoyaran.
En otras palabras, la Fiduprevisora sería la encargada de hacer lo que hacían aquellos operadores: contratar la red de clínicas y hospitales. Desde el Ministerio de Salud, esperaban que abarcara a casi la totalidad de las IPS registradas en el país (más de 12.000). Es decir, pasaba de realizar una decena de contratos, a gestionar miles de contratos. (Pero para no detenernos en esos detalles, le sugerimos leer este artículo, en el que explicamos cómo funcionaba ese sistema y los principales cambios que le esperaban)
Pero no todos vieron con buenos ojos que el balón estuviera en manos de la Fiduprevisora. “Es que es una entidad que no tenía la capacidad para hacer gestión en salud. No era razonable que en un mes lograra armar una red de prestadores (clínicas y hospitales). Además, le asignan tareas con las que no tenía experiencia, como las relacionadas con el mercado de medicamentos”, dice la profesora de la Universidad de los Andes, Tatiana Andia, que ha estudiado en detalle el sistema de salud colombiano. “¿No era mejor empezar con un piloto en una región para saber qué había que ajustar ese experimento?”, se pregunta.
“En la Fiduprevisora no tienen la capacidad técnica para hacerlo. No tienen la estructura administrativa, ni el software, ni el sistema de información adecuado, ni el músculo necesario técnicamente para exigir a las entidades los contratos, ni las personas de nivel técnico con la experiencia que requiere un manejo de este tipo”, añade Hernando Bayona, exviceministro de educación preescolar, básica, media en los primeros meses del gobierno de Gustavo Petro. A sus ojos, lo ideal era que hubiese un periodo amplio de transición de al menos un año para poder hacer los cambios.
Francisco Cajiao, experto en educación, opina algo similar. “Es un error pensar que en muy poco tiempo se pueden hacer procesos supremamente complicados cuando ya de por sí el sistema no estaba funcionando bien”, asegura. “Pretender que aquella complejidad en menos de un mes pasara a una sola entidad, además no especializada en el tema, pues era una locura”.
“La Fiduprevisora básicamente jugaba un papel muy subsidiario de tesorería. El gran problema es que consiguen este nuevo modelo y convierten a la Fiduprevisora en una EPS de la noche a la mañana. Ahora tiene que hacer todo, contratar la red, tener un sistema de información, manejar la referencia, la contra referencia, coordinar la entrega de medicamentos y demás. La Fiduprevisora nunca ha estado preparada para eso”, manifiesta el exministro de Salud y de Educación, Alejandro Gaviria.
Desde el interior de la Fiduprevisora también insisten en ese punto. Una persona que ha estado al frente del proceso, pero que prefiere que su nombre no sea revelado, reitera que, desde el inicio de esa idea, “había varias alertas de que sería imposible de construir el modelo en tan poco tiempo”.
Marín, que fue nombrado por el mismo Gustavo Petro y que, congresistas como Jennifer Pedraza han señalado de ser cuota política del Partido Conservador y de La U, expresó algo similar en el debate del lunes: “No podemos pretender que el 30 de abril se apague algo por la noche y el 1 de mayo aparezcamos todos con historia clínica interoperable”. Para él, las fallas de articulación que ha habido, sin embargo, no están poniendo en riesgo la vida de los maestros. Pidió al ministro que mostrara pruebas y acusó a sus críticos de estar causando pánico económico.
Es difícil capturar una fotografía completa de cómo se está atendiendo a los maestros en todo el país, pero hay algunas señales que ayudan a hacerse una idea. Según la Supersalud (que hoy puso medida cautelar a la Fiduprevisora y al Fomag), el total de reclamos pasó de 9.142 en 2014, a 46.359 en 2023. Entre enero a abril de este año, se han presentado 14.356 reclamos. La mayoría (18.33%) están en Antioquia.
En Bogotá, por ejemplo, Miguel Antonio Lasso, presidente del Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores de la Educación de Bogotá (Sintraeducación), asegura que el principal problema se ha centrado en los puntos de atención habilitados para los más de 150.000 beneficiarios de este sistema. Hasta el momento, dice, solamente tienen dos sitios a donde acudir. Uno está ubicado sobre la avenida Boyacá con calle 53 y el otro en Chía, lo que, en su opinión, es el reflejo “de una completa desorganización, negligencia e improvisación por parte del Gobierno”.
En Boyacá tienen una opinión parecida. Omar Carillo, Sindicato de Maestros y Trabajadores de la Educación de Boyacá (Sindimaestros), afirma que en su departamento hay “caos que se ha generado por la implementación del nuevo modelo de salud”. A su parecer, “era necesario el cambio de modelo, pero lo que empezó como una buena iniciativa para mejorar la atención en salud del magisterio, terminó empañándose por la falta de organización y planeación”.
El caso Marisol Gamboa, que lleva más de 30 años afiliada a Fecode y es directiva sindical del magisterio de Norte de Santander (Asinor), también ayuda a entender un poco mejor la situación de los pacientes. Gamboa viajó desde Cúcuta para hacer fila en la sede de la Fiduprevisora, en Bogotá. En la carpeta que llevaba hace unos días bajo el brazo tenía más 80 denuncias de pacientes oncológicos que, como ella, no han recibido atención médica, ni tratamientos, ni medicamentos. Con el nuevo modelo, cuenta, no han contratado a los oncólogos que trabajaban en el centro donde los suelen atender.
En estos días de tensiones y confusión, varios han recordado unas palabras que pronunció el ministro de Salud el 1 de mayo. Aseguró que ese sistema de salud de Fecode era el “ejemplo de salud que quiere el presidente de la república, no solo para los maestros, sino para el resto de colombianos”.
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